DIARIO DEL CORONAVIRUS (XIV)

Orden

Saúl García 1 COMENTARIOS 29/03/2020 - 20:32

Tenía que pasar. Era inevitable.

Quince días en casa y aún sin ordenar. Así que ha pasado. Se empieza por un cajón, unos papeles, una carpeta... Luego vienen los libros, y una fuerza inexplicable obliga a mirar el interior y aparece una tarjeta de visita, una factura, un folleto, la lista de la compra... Y después las fotos. A media mañana ya estás pensando en cambiar de estantería aunque no sea buen momento. Hay carpetas vacías, diskettes, ¡diskettes!, cuyo contenido hoy solo podría descifrar un disketólogo...

Llega un momento en que echas de menos tener un altillo, como una salida digna para trasladar el caos del suelo a una capa superior. La ventaja en estos momentos es que no puedes salir de casa y eso te obliga a continuar. Hay un armario lleno de papeles de cuando la información llegaba impresa, incluso por fax con poca tinta, en una época intermedia entre el nacimiento del microchip de los espías rusos de la Guerra fría y el pen drive, el correo electrónico, la nube y el we transfer. El armario queda al margen.

Sigues. Hay CDs, adornos, sobres, agendas, gafas viejas, cables. Hay una caja llena de cables (y de otros aparatos innombrables) conservados con la esperanza de que tengan una utilidad futura a pesar de la constatación de que ni siquiera servían antes.

Y, sobre todo, hay dos cajas, que no eran desconocidas y cuyo crecimiento no era ajeno, pero de las que es mejor no preguntarse por su existencia. Tuvo que haber un origen, ya inexplicable, y una inercia que da sentido por sí sola a la colección.

La utilidad es nula. Son apuntes, son todos los apuntes que han dado lugar a todos los artículos, reportajes o entrevistas. La información valiosa, si lo es, está publicada. El resultado está a la vista. Si sirven para algo, su utilidad está por descubrir. Si hay secretos están a salvo porque la letra solo es descifrable, y no siempre, por quien la escribió, que parecía que iba para médico pero se quedó en enfermo. Lo que se suele llamar valor sentimental tampoco está claro que se pueda aplicar a este caso.

Pero, sin embargo, ahí están. Y ahí van a seguir estando. En otro lugar, un poco más arriba. En tres cajas, no en dos, como hasta hora. Son 128 cuadernos, de todos los tamaños, escritos desde mayo de 2002 hasta hoy.

Qué sería de nosotros si tuviéramos explicación para todo lo que hacemos.

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Comentarios

Lo valioso puede estar publicado, pero eso no significa que se quede publicado. Las cosas también desaparecen de internet.

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