DIARIO DEL CORONAVIRUS (VIII)

Fabricando

Saúl García 0 COMENTARIOS 23/03/2020 - 20:26

Escuchaba este fin de semana a Juan José Millás decir que quien está sosteniendo la situación es la clase trabajadora, y nombraba una retahíla interminable de profesiones, muchas veces denostadas o minusvaloradas y que hoy son básicas: reponedores, cajeras, personal de limpieza, transportistas, repartidores, agricultores, etc. etc. Acababa haciendo una afirmación con una premisa inicial imposible pero con un mensaje cierto: que si los ricos se pusieran ahora en huelga nadie lo notaría.

La gente es maravillosa y las redes sociales más. Por un lado están los expertos en pandemias, fácilmente reconvertibles en expertos a secas. Estos se pueden subdividir, a su vez, en los que solo reclaman insistentemente las medidas a tomar (una minoría) y los que piden que rueden cabezas (la mayoría). Estos dos subgrupos, con sus correspondientes respondedores, ya existían antes y demuestran escasa capacidad de adaptación a la nueva situación. En el fondo, ambos prefieren tener un culpable a tener una solución. Suelen ser hegemónicos pero ahora está pegando fuerte un ejército de grupos de acción y buena voluntad. Si esto sigue así, dentro de dos días vamos a estar cosiendo mascarillas por encima de nuestras posibilidades.

Y quien dice mascarillas dice respiradores en 3D o caretas protectoras Cuatro asturianos han ideado un prototipo de respirador y van a empezar a fabricar. En Telegran hay un grupo, Coronavirus makers, con 14.000 miembros, para hacer piezas, y el IES Playa Honda ha juntado nueve impresoras y se va a poner a imprimir las caretas para los sanitarios. Lo que piden, unos y otros, a las empresas, es material: telas en un caso y filamentos en el otro. 

Hace unos meses asistí a un taller en la Fundación César Manrique sobre impresión en 3D. Lo impartía Adam Jorquera, de Los Hacedores, y decía que la impresión en 3D iba a suponer una revolución que implicaría lo siguiente: volverá la fabricación a los países de origen, se necesitará menos mano de obra, se responderá con más velocidad a los cambios de mercado, habrá un empoderamiento de los pequeños fabricantes y se abandonará la fabricación en masa para pasar a una fabricación personalizada: “Necesitamos productos que se adapten a nosotros, y no adaptarnos nosotros a unos productos”.

Da la impresión, desde hace días, más que nunca, de que ayer era el pasado y esta tarde es el futuro.

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