Si se considera que esta crisis es una guerra, no es extraño que junto a los responsables políticos y médicos, salga cada mañana un militar a dar el parte. Fernando Simón va camino ya de ser una celebridad principalmente por su lenguaje no verbal más que por lo que dice, mientras que el jefe del Estado Mayor de la Defensa, el general Villarroya está haciendo oposiciones para seguir el mismo camino por el motivo contrario con frases como esta: “Sí, hoy es viernes en el calendario, pero en estos tiempos de guerra o crisis, todos los días son lunes”. O esta: “En esta guerra irregular y rara que nos ha tocado vivir o luchar, todos somos soldados”.

Y claro, algunos se lo toman al pie de la letra y cada uno libra sus propias batallas, pero como el enemigo es casi invisible pues disparan a todo lo que se mueve. Ya hay quien ha insultado desde el balcón a una doctora que volvía su casa después de estar 24 horas de guardia. No parece que esos sean los ánimos que necesitan las tropas.

Como todos somos soldados viviendo el lunes de la marmota y la mayoría no tenemos una misión, pues nos la buscamos para ser útiles. Unos animan (o no) tocando la trompeta desde la ventana, otros cosen mascarillas y a otros les da por ser expertos, por ser espías o por matricularse en Primero de Inquisición, ya sea por la modalidad de balcón o vía online. Otros muchos siguen trabajando y no tienen tiempo para estas cosas, lo cual es de agradecer.

Da la impresión de que la humanidad ha progresado (ha avanzado en el tiempo) hasta ahora más por confrontación que por cooperación. En esta guerra se supone que estamos todos en el mismo bando aunque todos, a su vez, seamos enemigos potenciales. Es un galimatías difícil de desentrañar, pero si somos soldados, respetemos la cadena de mando. Si tu misión es no hacer nada, disfruta y deja las medallas, que no hay para todos.

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