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Un estudio de los CACT ya advertía del riesgo de rotura de cristales por el viento en Montañas del Fuego

El informe fue entregado al Cabildo en mayo del año pasado

Saúl García 3 COMENTARIOS 24/02/2020 - 10:45

El informe titulado 'Diagnóstico climático y medidas de eficiencia en los Centros de Arte, Cultura y Turismo de Lanzarote', entregado en mayo del año pasado al Cabildo de Lanzarote, presidido en aquel momento por Pedro San Ginés (CC) ya advertía del riesgo de rotura de cristales.

El estudio, elaborado por Ezequiel Navío, hoy asesor del grupo de gobierno en materia medioambiental, evaluaba los riegos en cada uno de los Centros. En el caso de Montañas del Fuego señalaba que “en diferentes lugares de la instalación existen aberturas entre paneles de cristal y en claraboyas horizontales por donde entra el agua en caso de lluvias de gran intensidad”.

“En relación a las claraboyas de la azotea, en torno a 25 elementos, hay que destacar las aberturas existentes entre el cristal y la base de soporte, aberturas por las que entra agua al interior de diferentes estancias cuando se conjuga lluvia y viento horizontal. Además, los cristales que componen las claraboyas horizontales no son cristales de seguridad templados, sino de una sola lámina que puede quebrar por efecto del viento”, continuaba.

“Este factor -dice el texto- es determinante al reducir significativamente la capacidad de resiliencia de la instalación, no solo debido a que en caso de reventar la claraboya el efecto podría incrementarse exponencialmente por diferencias de presión entre el exterior y el interior, sino también porque, en caso de astillarse el cristal, éste se fragmentaría en múltiples trozos convertidos en proyectiles".

Según el informe, "este riesgo representa un serio peligro para las personas del exterior e interior, pero también para otros elementos estructurales del entorno (cristaleras, vehículos, etc.) dada la fuerza con la que estos fragmentos podrían impactar de forma caótica”.

Esto es precisamente lo que pasó este fin de semana, cuando las fuertes rachas de viento rompieron un cristal del restaurante El Diablo, que obligó a cerrar la instalación y a cancelar las visitas a Timanfaya.

El informe recomendaba “sustituir la totalidad de cristales de la claraboyas de la azotea por paneles de cristal templado (no se fragmenta en caso de rotura) y de mayor grosor y resistencia que los actualmente colocados; además, se sugiere que los cristales tengan menor margen exterior sobre la base en que se asientan, ya que el sobrante puede ejercer de palanca y facilitar su extracción”.

También recomendaba el cambio por cristales de mayor capacidad de resistencia, ya que cuando hay fuertes vientos se despliega un sistema de refuerzo metálico.

“Tras observar este sistema, se concluye que el hecho de que nunca se hayan roto no implica que no puedan romperse en el futuro y, si este hecho sucede, es muy, pero que muy probable, que se produzca una ruptura en cadena de otras cristaleras hacia el interior del restaurante”, concluía el dictamen.

Comentarios

Hace muchos años presencié en el restaurante del Castillo de San José cómo uno de los grandes cristales caía sobre una pareja de turistas mayores que estaban almorzando. El señor quedó inconsciente y con una brecha sangrante.Al parecer los empleados habían desencajado uno de los cristales para ventilar dejando el cristal sin sujeción hasta que una ráfaga de viento lo tumbó.
Hace años, los cistrales que rodean el restaurante se rompían con mucha frecuencia, sobre todo por la zona sur del restaurante. El hueco que queda ba se tapaba con chapas de madera sujetadas con barras de la construcción. Fueron muchos los cristales que se rompieron.
Vete a acostarte.

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