La Iglesia puso a su nombre en Lanzarote un total de 38 bienes, aprovechando la reforma legislativa del Gobierno de Aznar, que permitió que entre 1998 y 2015 pudiese inmatricular en el conjunto del país un total de 34.961 fincas con una simple “certificación eclesiástica”.

En Arrecife, la Diócesis de Canarias inmatriculó la iglesia parroquial de San Ginés, mientras que en el municipio de Tinajo hizo lo propio con la iglesia y la plaza de San Roque, la ermita de Los Dolores y la plaza, así como la ermita y plaza de Nuestra Señora del Pilar.

En estos cuatro casos, según el informe que este martes se registró en el Congreso de los Diputados, la Diócesis de Canarias aportó un título de propiedad distinto a la citada certificación eclesiástica.

No sucede lo mismo con los ocho bienes que la Diócesis de Canarias inmatriculó en el citado periodo en el municipio de Haría ni con los 18 bienes en Teguise. En estos casos, no contaba con más títulos que los polémicos certificados eclesiásticos.

En el municipio norteño, la Diócesis puso a su nombre el Museo de Haría, la ermita de Nuestra Señora de la Merced, la ermita de San Juan, la de San Francisco Javier, la de Nuestra Señora de Lourdes, la iglesia de Nuestra Señora de la Encarnación, la ermita de Nuestra Señora de la Candelaria y la ermita de Santa Rosa de Lima.

En Teguise se inmatricularon otros 18 bienes, sin más título que la certificación eclesiástica. Así puso a su nombre la Diócesis la iglesia de Nuestra Señora del Socorro, las ermitas de San Leandro, de Fátima y San Isidro, de Nuestra Señora de Nazaret y de Santa Catalina de Alejandría.

En la mayoría de las inmatriculaciones en la Isla, la Diócesis se valió de simples "certificaciones eclesiásticas"

También hizo lo mismo con los conventos de Santo Domingo y de San Francisco, con las iglesias del Cristo de las Aguas, de la Vera Cruz o de Nuestra Señora de Guadalupe, así como con las ermitas de San Sebastián, de Corazón de María, de San Juan Bautista, con la de Nuestra Señora de la Peña o con la iglesia de San Andrés.

Del mismo modo, valiéndose de certificaciones eclesiásticas, la Diócesis de Canarias puso a su nombre en el Registro de la Propiedad los cementerios de Tao y Guatiza, así como el cementerio viejo de Teguise.

En Tías, la Diócesis de Canarias inscribió la Iglesia vieja de Nuestra Señora de la Candelaria, la ermita de San Antonio (utilizada por el Ayuntamiento para actividades culturales), la ermita de la Magdalena, la de Nuestra Señora del Carmen y de Lourdes, la de San José Obrero y la iglesia nueva de San Antonio.

En el municipio de Yaiza, sin títulos de propiedad, la Diócesis de Canarias inscribió la iglesia de Nuestra Señora de Los Remedios y la ermita de Nuestra Señora de la Caridad.

Polémica con las inmatriculaciones

En 2017, en el Congreso se aprobó una proposición no de ley a instancias del PSOE para que en el plazo “improrrogable” de seis meses se elaborase un estudio que recogiese “todos aquellos bienes que desde 1998 han sido inmatriculados a favor de la Iglesia Católica, y proceda a reclamar la titularidad del dominio o de otros derechos reales inmatriculados a favor de la misma, si dicha inmatriculación se hizo sin la necesaria existencia de un título material y previo que justifique la titularidad”.

En el conjunto del país, la Iglesia inmatriculó un total de 34.961 fincas entre 1998 y 2015, aprovechando la posibilidad de hacerlo con la certificación eclesiástica que autorizó el Gobierno de Aznar.

Una vez que se conocen los bienes que la Iglesia ha puesto a su nombre, ahora esas inscripciones pueden ser “contestadas”, como reconoció la vicepresidenta del Gobierno central, Carmen Calvo, al presentar el informe. Para ello, dijo, “estará la vía de los tribunales”.