Lanzarote presume desde hace años de ser una especie de laboratorio, por su escala, para el desarrollo sostenible. Esa característica estaba en el espíritu de su nombramiento como Reserva de la Biosfera en 1993, porque la Unesco dio un giro a su política y decidió que las reservas también podían ser lugares habitados y dejar de parecerse a los parques nacionales. El Hierro también es un pequeño laboratorio en el uso de energías alternativas tras la apertura de Gorona del Viento para comprobar si una sociedad puede vivir solo con este tipo de energía. Canarias, en general, puede ser (y quizá lo sea) un laboratorio para muchas cosas por su situación geográfica y por el hecho insular.

Pero una cosa es hacerlo y otra decirlo. Y se veía venir. Ante la buena situación en comparación con otras comunidades por el coronavirus, el presidente del Gobierno de Canarias, Ángel Víctor Torres, se vino arriba y dijo que Canarias podía ser “un laboratorio para la desescalada”. Ya hay una recogida de firmas en change.org diciendo esto: “Los canarios no estamos dispuestos a servir como pruebas de desconfinamiento sin realizar test masivos y sin protecciones adecuadas, no somos ratas de laboratorio. Los canarios cuidamos de nuestras familias”. Lleva más de 17.000 firmas pero se le augura un éxito total. El Gobierno ya dio marcha atrás: “Nunca se tomarán decisiones sin tener en cuenta las máximas garantías sanitarias para nuestra población”, han aclarado.

Para que un experimento social pueda tener éxito, un requisito imprescindible es que no se sepa que se trata de un experimento. Somos conejillos de indias permanentes pero en el caso de una crisis sanitaria, la cosa es grave. Es cierto que el desconfinamiento gradual en las zonas menos afectadas puede servir de base para saber si se puede seguir el desconfinamiento en las zonas más afectadas. Y alguien tendrá que salir el primero. Todo fenomenal si sale bien. Peor si sale mal y crecen los contagios como no habían crecido hasta ahora y mueren cien o doscientas personas, ¿qué se les explica a los familiares? ¿Se les dice que son muertos de prueba?

Torres plantea que se tenga en cuenta la realidad de Canarias “para que aquellas islas, cuya situación sanitaria lo permita, puedan recuperar antes su normalidad”. Y eso estaría bien. Si la tendencia sigue así esperemos que seamos los primeros en salir, como sea, poco a poco, por grupos de edad o para dar un paseo, pero sin experimentos.

***