-Había muchas esperanzas este verano en la recuperación del sector turístico. ¿Cómo está Costa Teguise?

-La evolución es muy imprevisible. Más que el verano, preocupan mucho los meses de la temporada de invierno, de octubre a diciembre, y también que la recuperación de los hoteles vaya más rápida que la de la hostelería o que las ayudas al pequeño y mediano empresario no estén llegando a tiempo. A uno se le cae el alma al piso cuando le vienen a ver muchos pequeños empresarios, que han mantenido puestos de trabajo durante años, que han tenido que tirar la toalla y vienen preguntando por programas de empleo. En Teguise ha habido una destrucción del tejido empresarial y los autónomos han sufrido más que nadie.

-¿El interés inversor en Costa Teguise que se veía en el pasado reciente ha desaparecido?

-La situación es en algunos casos contradictoria. Este verano hay algunos hoteles, que son buques insignia, que han decidido seguir cerrados y, por otro lado, ahora mismo hay dos proyectos de renovación de hoteles de la cadena Barceló sobre la mesa y un proyecto comercial y turístico en las inmediaciones del Paseo de Las Cucharas, otro de rehabilitación hotelera y uno más de construcción de un nuevo establecimiento. Por un lado, hay cautela y, por otro, se ve que hay interés inversor. La rentabilidad de Costa Teguise está fuera de duda. Lo cierto también es que hay que empezar a buscar nuevos nichos económicos, donde tenemos potencialidades, como el de los nómadas digitales. Un ejemplo claro es la Caleta de Famara: desde el punto de vista económico, por allí no ha pasado la Covid. Tenemos que captar teletrabajadores.

-A estas alturas de 2021, ¿tiene claro ya cuál va a ser el impacto real de la crisis del coronavirus en las arcas municipales?

-Hemos dejado de recaudar casi tres millones en conjunto. Como en una familia que sufre recortes, el Ayuntamiento también tiene que reestructurar la casa por dentro. Eso sí, no hemos tocado ninguna subvención ni ayuda a colectivos. Lo cierto es que ahora el principal problema es que el Gobierno de Canarias no mira para Teguise. Los anteriores gobiernos, con Paulino Rivero y con Fernando Clavijo, invertían en el municipio. El actual no lo hace. Estamos estudiado una operación de crédito, que sería la primera como alcalde, para inyectar obra pública. Es una herramienta que podemos utilizar porque hemos saneado Teguise, que cuando llegué tenía una deuda por habitante de casi 900 euros.

“A uno se le cae el alma al piso cuando le vienen a ver pequeños empresarios”

-¿Considera que se maltrata a Teguise por sus colores políticos?

-No lo quiero creer, pero los hechos son irrefutables. Tenemos un proyecto de Archivo Histórico, con licencia, por 800.000 euros, y que he pedido que cofinancien el Gobierno de Canarias y el Cabildo, pero no ha habido manera. Salvo 50.000 euros para eliminar barreras arquitectónicas, desde que se consiguió la remodelación del Paseo de Las Cucharas no ha venido un céntimo de los planes de infraestructura turística y mire que hemos presentado proyectos. El ejemplo más palpable es La Graciosa: el saneamiento quedó paralizado desde 2019 y no se ha hecho nada. Con las carencias del colegio de Costa Teguise, lo mismo...

-En cambio, el viceconsejero de Cultura, Juan Márquez, dice que el Gobierno quiere adquirir un inmueble en La Villa, la Casa Torres.

-El inmueble con más historia de Teguise es la Casa Palacio del Marqués, donde se firmó el Fuero de Niebla, y hay un acuerdo del Gobierno para comprarla, que no se ha cumplido. Me consta que hay una persona con opción de compra de la Casa Torres, dudo que el Gobierno pueda adquirirla y, al final, el dinero se irá para Tenerife, Gran Canaria u otra isla.

-¿Cómo ha sido posible que varias obras en Teguise hayan sufrido problemas prácticamente de forma simultánea?

-El campo de fútbol de Costa Teguise se ha reanudado después de que solventáramos un modificado del proyecto, y el centro cívico de la localidad, igual. En agosto se retoman las obras del castillo de Santa Bárbara, para el centro cívico de Las Caletas solo se está a expensas de un informe y el centro sociocultural de La Graciosa está firmado y a punto de arrancar. En algunos casos, cuando ha habido que modificar proyectos e importes, ha afectado la sentencia de Tahíche [una indemnización de más de tres millones a propietarios de suelo]. El plan de pagos se ha presentado en el Juzgado y eso ha permitido aprobar las modificaciones que le digo.

-Es consciente de que hay quejas por lo que se tarda en conseguir una licencia para construir en Teguise. En una época en la que se busca estimular la economía no parece lo más adecuado.

-Hay que ser sinceros: es cierto que hay que mejorar, pero todo lo que está pendiente de licencia tiene una razón. Para dar un permiso de obras en una localidad del litoral se tiene que pronunciar Costas y en el interior tiene que informar el Ministerio de Fomento por las servidumbres aéreas. Pasan meses para que alguno de estos organismos nos conteste. La gente piensa que el problema es del Ayuntamiento, pero el tiempo real de demora en la Oficina Técnica es de seis o siete meses. Costas nos tiene parados expedientes desde hace mucho tiempo. No me escondo: vamos a reforzar la Oficina Técnica, con más técnicos, en lo que queda de año. Pero dependemos de lo que tarden otras administraciones. Acabamos de mandar 86 expedientes al Gobierno de Canarias porque el Plan Rector de Uso y Gestión (PRUG) del Archipiélago Chinijo está anulado y tiene que informar de cualquier proyecto en la Caleta de Famara o en La Graciosa.

-Como paso previo a un nuevo planeamiento del Archipiélago Chinijo, ahora está en exposición el Plan de Ordenación de Recursos Naturales (PORN). Sabe que especialmente en la Caleta de Famara, hay problemas, con reclamaciones que suman más de seis millones por calificar, en el pasado, terrenos privados como zonas verdes sin expropiar ni compensar. ¿Corre el riesgo Teguise de que le suceda lo mismo que a Arrecife con la indemnización millonaria de Ginory?

-Hay problemas en el municipio que intentamos arreglar a través del Plan General de Ordenación. En el Parque Natural del Archipiélago Chinijo el instrumento para ello es el PRUG y le hemos planteado al Gobierno que negocie, pero el inconveniente es que los núcleos están muy delimitados y no hay bolsas de suelo donde se pueda compensar a los propietarios de zonas verdes o suelos de uso público. Hemos presentado alegaciones al PORN y en el futuro Plan Rector exigiremos una ficha financiera para posibles indemnizaciones. Teguise no puede pagar por lo que otros pintan desde arriba.

“En el PRUG de Chinijo exigiremos una ficha para indemnizaciones”

-Con la crisis económica se mira al sector primario y al Complejo Agroindustrial, propiedad del Ayuntamiento. ¿Es aprovechable ese espacio?

-Nadie lo duda, pero Teguise no puede liderar una política del sector primario insular, por mucho que tengamos la propiedad. En el pasado mandato se negoció un acuerdo de venta al Cabildo para que desarrollara la política agraria que necesita la Isla en ese espacio estratégico. Se lo he vuelto a plantear a la presidenta [Dolores Corujo] y al consejero de Agricultura [Ángel Vázquez] y hasta la fecha no ha habido respuesta... También he pedido oficialmente saber qué van a hacer con el centro de transformación y envasado, pero no contestan. El principal problema es el agua: sin agua, no hay agricultura y tenemos un problema sangrante con la red de riego insular.

-Como parlamentario ha hecho hincapié en el fenómeno de la inmigración. ¿Por qué?

-Es un fenómeno que ha venido para quedarse, pero me duelen imágenes que tengo en la retina, de cadáveres flotando en la costa. No hay equipamientos de vigilancia, lo del SIVE es un chiste, la precariedad de las fuerzas de seguridad es tremenda y la falta de espacios para atender a estas personas de forma digna es sangrante. Cuando pedimos que una parte de los Cuarteles se dedique a ello nos dicen que no. No hay base de la patrullera en Lanzarote y cuando pasa algo en La Graciosa tarda cuatro horas. Se ha impermeabilizado el Mediterráneo y se ha dejado abierta la puerta de Canarias. Nos hemos dirigido a la Unión Europea y esperamos que nos escuchen como frontera sur de Europa que somos.

-Sorprendió que no diera el paso para aspirar a secretario insular de CC.

-El cargo orgánico requiere incluso más tiempo que el cargo público. Esta organización necesita dedicación. Hay quien dice: “estos están peleados”. Tengo claro hacia dónde quiero ir, con quién voy a ir, quién me ha apoyado siempre y quién no.

-¿Ese camino pasa por el Cabildo de Lanzarote?

-Me duele Teguise, que es mi cuna y mi casa. Aspiro a seguir trabajando por la defensa de Lanzarote, no me voy a callar en nada, aunque esté mi partido en tareas de gobierno. También digo abiertamente que en el futuro aspiro a crecer y a ir a donde esté motivado, no sé todavía a dónde. Crecer no significa dejar Teguise a un lado, ya se verá.