
EL PASEO
Por Saúl García
No parece serio decir públicamente que se está a favor de un Pacto por el agua o que “ningún modelo sale sin consenso” y que después te echen en cara que en el Consorcio no hay información suficiente sobre el proceso de salida de Canal Gestión o que se vaya informando en entrevistas que ya hay no una, sino dos empresas dispuestas a suplir a la empresa madrileña. El asunto es lo suficientemente importante como para que la transparencia sea máxima.
Hay un especial empeño en querer capitalizar un supuesto éxito sobre el agua, una pretendida solución, a corto plazo, como si eso fuera posible. Nadie va a arreglar en solo unos años el problema del agua, ni el actual presidente, ni el que venga, ni la actual empresa ni la que venga.
Ponga el dinero que ponga la empresa siguiente, la mayor parte de la inversión, para el agua de abasto, para el agua de riego y para el saneamiento, va a tener que salir de fondos públicos y no va a ser barata. Por eso ahora es una oportunidad de oro para rescatar el agua en manos públicas. No tiene sentido que la inversión sea pública y que el beneficio, si lo va a haber, sea privado.
No está muy claro de dónde sale la cifra de los 64 millones de euros comprometido en el ciclo integral del agua que dice el presidente, pero si es cierta, es un argumento más para que vuelva a manos públicas, no para insistir en la privatización. Como lo es el hecho de reforzar la plantilla del Consorcio, algo que era necesario dese hace años.
No se sorprendan cuando, unos meses después de que llegue otra empresa, el Cabildo, ahora sí, opte por subir las tarifas del agua. Por dos razones: porque es inevitable y porque, si no es esa una promesa firme pero hecha bajo la mesa a la empresa interesada, no se entiende que nadie tenga interés en gestionar un servicio que, de otro modo, va a ser deficitario.












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