Samuel Clavijo

Se llama Franquis, Sebastián Franquis

No me interesa lo más mínimo la vida del Sr. Franquis, ni la privada ni la pública, ni tan siquiera me interesaría nada de él si no fuera porque de su persona dependen decisiones que afectan al territorio. Por darme igual, es que me da lo mismo donde milite y las razones que tenga quien le coloca ahí, de consejero de Obras Públicas del Gobierno de Canarias. Pero no me da lo mismo cómo administra su cargo ni qué es lo que sale de su cabeza cuando decide lo que decide y eso afecta a mi entorno y a mi forma de vida.

Si Franquis afirma que cada una de sus decisiones vienen avaladas por informes técnicos, debe estar queriendo hablar de la supuesta infalibilidad de sus técnicos, de que es una garantía para las decisiones que adopta, pero en Lanzarote eso puede no significar nada y hasta nos echamos a temblar, sobre todo por lo que esas decisiones puedan restar. Lo suyo es que nadie cuestione las decisiones técnicas porque no haya nada que nos haya hecho dudar, pero la realidad, tozuda ella, nos indica otra cosa. Determinadas decisiones restan, cuando en el reparto de presupuesto no llegamos a las migajas en comparación con el resto del archipiélago y eso se hace con informes técnicos. Resta, cuando nuestra opinión como comunidad no es de su consideración. Resta, cuando lo que conceden allá no sirve aquí, pero viene refrendado por informes técnicos. Hasta me recuerda los informes técnicos que, tras la erupción de La Palma, defienden nuevas carreteras en esa isla que, en lugar de ir por las coladas que se han cargado miles de metros de suelo, las pasan por terreno que se libró de ellas. Hasta los palmeros menos ilustrados tienen más luces cuando se quejan de que un papel en una mesa en Gran Canaria o Tenerife, aguanta las rayas que quieras hacer para elaborar un informe técnico.

Claro, solemos quedarnos callados cuando se nos responde desde cualquier administración, sea cabildo, ayuntamiento o gobierno, que las decisiones vienen avaladas por informes técnicos y entonces casi nos da la risa. Porque de analizar la realidad plenamente, y si somos capaces de mirar atrás, la cosa va de que la calidad de los informes técnicos queda en cuestión. O va de la calidad de los propios técnicos. O va de la integridad de algunos técnicos. Las Teresitas venía avalada por informes técnicos; los hoteles ilegales de Lanzarote venían avalados por informes técnicos; la bodega Stratvs venía avalada por informes técnicos. Hay decenas de obras en toda Canarias avaladas por informes técnicos que son un disparate. O sea, que tengamos la fiesta en paz, Sr. Franquis, le diría.

No puedo más que dar la razón al diputado y alcalde de Teguise sobre la doble vara de medir del Gobierno, y ya me roncha hacerlo con los antecedentes de su partido, CC, líder en tropelías.

Existen informes técnicos rotundos e incontestables que se sustentan en la existencia de leyes y normas de distinto rango, que lo que hacen es responder con rigor a cuestiones que se plantean a la administración. Existen técnicos que emiten informes que no sabe uno en qué se amparan y que hasta proponen la modificación de diversa regulación para que tengan encaje sus propuestas o sus intereses, o los surgidos de la mezquindad de nuestros representantes, que tienen sus propias prioridades territoriales con el destino del dinero público. Por haber, hay hasta informes técnicos que justifican actuaciones en el espacio urbano que, literalmente, son una chapuza, y de eso, por frecuente, estamos hartos. En esta casuística, unos técnicos informan una cosa como podrían haber haber informado la contraria. No se trata,  por tanto, de descalificar a quienes ejercen determinadas competencias, sino de poner de manifiesto que existen informes técnicos que no sabemos en qué se basan, como cuando plantan determinadas especies vegetales en las aceras, contraindicadas en cualquier manual para aficionados, como pasa en Arrecife o en Puerto del Carmen, o en Tías, o en San Bartolomé y que vienen propuestas por informes técnicos.

Que digan que hay que consumir más territorio para hacer una carretera de circunvalación de Playa Honda que conduzca al aeropuerto y que, para ello, hay que cambiar nuestra normativa insular es, cuanto menos, extraordinario. Si es por dinero, con otras islas los túneles no han sido un problema técnico, ni tampoco lo que cuestan. Con Fuerteventura no han tenido miramientos para financiar ese disparate de autopista, más propia para comunicar dos estados americanos, pongamos Texas y California, pero que aquí parte en dos un territorio tan frágil. A ver si allí lo que pasa es que tienen en mente la recalificación de suelo y las nuevas urbanizaciones que podemos presagiar. A los de aquí, que nos den. Mojo con morena. Que en Lanzarote son tontos, están a la greña, y sólo están a la pela. A ver si van a tener razón, aunque se refieran a nuestros representantes públicos.

Comentarios

Luego cuando yo cuestiono el rigor de los informes que llevaron a la no-celebración del rally se me echan encima. Y es lamentable que se tenga que mencionar lo que dice el primer párrafo de este artículo. Sin duda consecuencia de que la consejera de medio ambiente denunciara en los juzgados no solo a quienes la amenazaban, sino a quienes criticaban su gestión.
Le invito a que revise y analice a quién, cuándo y cómo, se adjudicó o encargó ese informe técnico. De momento ya sabemos que es ingeniero de caminos y que se llama D. José Francisco Henríquez Sánchez.....?¡*^.

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