Virginia Carretero

Educación: una consejería en entredicho

Dicen que la Consejería de Educación funciona, y que lo hace con autonomía. Yo diría que con autonomías, lo cual significaría que la consejera manda lo que manda y que en algunas direcciones generales mandan tanto como ella o mucho más que ella. Eso es lo mismo que afirmar que la consejera manda poco y que hay directores y directoras generales que están lejos de ponerse a sus órdenes, y están ahí porque el partido debe complacer a alguno de cada familia, de cada clan o de cada facción y darle autoridad, poder y recursos que manejar en alguna dirección general, digamos que de infraestructura, donde se maneja pasta hasta el aburrimiento. Por no saber, ni tienen que saber del área que controlan.

Dicho lo que antecede, la cosa no pinta bien para algunos. La escuela de artes y oficios, a la que me cuesta denominar correctamente, o sea, escuela de arte, parece tener un problema, y no es que haya generado un conflicto con nadie, sino que le han endilgado un lío del que no parece tener capacidad de salir. Resiliente y paciente, se ha hecho un nombre tras una trayectoria centenaria de servicio público, pero no puede resolver lo que la consejera de Educación no parece poder resolver o no le permiten resolver. Primero fue un ascensor, que no un montacargas, que tenía que haberse instalado y puesto en funcionamiento en unos pocos meses para poder dar respuesta a las personas con movilidad reducida que han tenido vetado el acceso desde que se construyó el edificio. Lo que dicen que iba para unos meses ha acumulado tantas lunas que va para dos años, y sumando. El ascensor parece estar, pero ni ha funcionado, ni funciona, ni se espera que lo haga en breve. Claro, la escuela pidió un ascensor y le pusieron un ascensor, lo hicieron tarde, pero lo instalaron. Nadie dijo que tenía que funcionar, ¡qué torpes en la escuela!, tanto, que ahora deberán solicitarlo y esperar un largo y figurado invierno. El segundo caldero al fuego es la ampliación del edificio. La dinámica parece la misma, la empresa constructora es la misma y la consejería no ha cambiado. Lo que iba para unos pocos meses, está parado, bloqueado y sucio. En la escuela hacen gala de una santa paciencia y no les queda otra, y a las familias hay que hacerle un monumento por su contención. No creo que vayan a convocar a los medios de comunicación para decir a la comunidad insular que existen muchas formas de abandono y que esta es una de ellas. Pues ya digo yo lo que no les parece permitido a ellos, que si la educación fuera un proyecto riguroso, ya se habrían puesto las pilas; que una empresa privada habría cortado cabezas desde tiempo atrás; que si tuvieran vergüenza, alguien habría dimitido; que si les quedara algo de vocación de servir, servirían, y no a la empresa constructora, que da la impresión de que comen de su mano y comparten caja. Por menos que esto, algunos directores generales dimiten, a otros los cesan, los apartan o los degradan, y hasta ahora no he mencionado a los técnicos de infraestructura cuya responsabilidad pongo sobre la mesa. Si algo huele mal, y no diría yo que apeste, habrá que asomar la nariz, porque no sabemos el alcance de las componendas, perdón, supuestas componendas, si es que las hay. Ya está dicho.... de nada. Para servir.

 

Comentarios

Cuanta razón este artículo ,si fuera solo ese centro todavía estaríamos en situación de aguantar ,el problema es que no funciona esa consejeria y menos el departamento de infraestructuras . La conclusión es que esta situación de caos interesa ,cuando no hay programa ni se sabe gestionar esto es lo que ocurre . Es muy triste el maltrato que recibe esta isla ,y teniendo consejera y Vice de lanzarote que conocen se supone los centros . Madre mía que vergüenza ajena siente uno. Menos más que dentro de 67 días ya no estarán . Fíjense que San Bartolomé tuvo que acudir a otra consejera para solucionar lo del Quintero . Y del mismo partido Mucha tristeza

Añadir nuevo comentario