Matías Reyes

Algunas (supuestas) fortalezas y (al menos) una debilidad de Ástrid Pérez

No conviene llevarse a engaño y pensar que, en clave política, la presidenta del PP, alcaldesa de Arrecife y diputada del Gobierno de Canarias, sea alguien a quien no considerar. A nadie que desee entrar en liza con un oponente le favorece no valorar las fortalezas de su contrincante.

De entrada, es quien gobierna el municipio con mayor número de habitantes de la isla, es presidenta del partido por algo, así sea porque maniobra y carezca de remordimientos. Como gobernante, tiene la sartén por el mango, y entre que hace y parece que hace, realmente se ha puesto a ejecutar algunas obras que le dan ante el pueblo cierto lucimiento, y digo “cierto” porque la parte positiva es que algo se hace, pero la negativa, es que todo se le va en el espectáculo. La visibilidad es su mejor baza.

Tiene a su favor la poca solvencia de quienes la rodean en su equipo, lo cual catapulta su figura pública y si, además, tiene controlado el medio que mensualmente la publicita, llegando a cada casa por medio de una revista de autobombo (Arrecife City News) donde cada anuncio lleva su imagen, pues parece que es caballo ganador en cualquier contienda pública. Todo con recursos públicos.

Es verdad que cuando no dice la verdad, no es tanto porque quiera mentir -que también lo hace mucho- como que no tiene la información correcta, y todo lo lanza como sentencias irrebatibles. En política la contundencia en la exposición de los argumentos, aunque sean falsos, otorga mucho crédito. Como los adversarios no es que estén muy amueblados, pues todo va a su favor porque, además, la memoria sobre los asuntos públicos es frágil y la ciudadanía perdona determinadas licencias con peligrosa rapidez.

No cabe duda de que los recientes acontecimientos relacionados con la adopción de medidas de conservación del patrimonio, la tienen en pugna con el Cabildo, y no faltándole la razón a la primera institución insular, la opinión pública está más cerca de las tesis municipales que de las del Cabildo. No es tanto porque la alcaldesa tenga la razón, que no la tiene, como porque la ciudadanía ve sus derechos comprometidos, y, en la balanza, con el bien común, la memoria y los valores por un lado, y sus propios intereses en el otro, estos últimos son los que anteponen. Al patrimonio que le den, y a cada vecino una licencia de demolición. Con la suspensión del rally, pues tanto de lo mismo, ve un motivo de desgaste del equipo de gobierno del Cabildo y ahí manda a otros a que se quemen en lo que parece una batalla perdida pues, finalmente, primarán las medidas de conservación de la biodiversidad y del territorio. Ahora apela a que la apertura al tráfico en la marina de Arrecife ha mejorado la actividad comercial del centro de la ciudad, lo cual es una soberana patraña, pues a la vista está que no es así. Realmente la degradación tiene que ver tanto con la inoperancia de las organizaciones empresariales como con el abandono del espacio público por parte de la administración que lidera la alcaldesa, y la prueba está en esas medidas ridículas que adoptan a dos manos para intentar atraer clientela y que parecen una cascada de malos chistes.

Realmente, Ástrid carece de proyecto político, pero ¿quién tiene algo así? Todos están a perpetuarse y por eso las campañas se alargan cuatro años contando los buenos que son sin hechos que lo avalen. Habiendo puesto el Cabildo recursos públicos para intervenciones en la ciudad, ¿quien lo sabe? Nadie.

Ni Ástrid, ni su desaparecido socio de CC, que le ha dado estabilidad y no pilla foco, ni los podemitas, ni, de momento, el PSOE, han dado muestras de saber qué quieren para el municipio. No hablo de obras, que de esas promoverán de todo, sino de un proyecto de transformación del espacio urbano. ¿Que qué es eso? Pues la exposición de una idea de ciudad a la que se aspire y que una vez verbalizada, suponga explicar qué hacer para que ello sea posible. Ese es el momento de los proyectos, no antes.

Ástrid, efectivamente, parece tenerlo todo a favor, aún teniendo un equipo que se muestra tan incapaz, técnica y jurídicamente, pues ni sus asesores ni sus cargos público parecen poder, y, de poder, no deben querer, y, de querer, Ástrid los fulmina ipso facto para que no le hagan sombra. Y al que parezca capaz ya se encarga ella de cortarle las alas. A ver, pongan cara a alguien del PP local para pensar que puede liderar una batalla. Si lo piensan bien sale sólo una persona, Ástrid Pérez. Es cierto que parece tener el don de la ubicuidad pero no es más que estrategia. Con lo listorra que es, que lo es tanto como desconfiada e insegura, podría haberse hecho un equipo de primera, pero eso no es para ella pues considera que sus carencias quedarían de manifiesto.

Parece la candidata mejor posicionada, y no me extrañaría que hiciera triplete en las próximas elecciones: Cabildo, Ayuntamiento capitalino y Parlamento de Canarias. Y Jacobo al Congreso o al Senado, que, de salir, ya se lo quita de encima. Como hizo con Paco "cinturita" para que no diera el coñazo. No es que parezca la mejor posicionada, es que lo es, y a la vista de la falta de relevancia de otros jugadores del resto de los partidos, se abre ese escenario. Si no los hay mejores...

Un ciudadano ha decidido rebelarse y contestar en este mismo medio que la entrevistó recientemente, y no le falta razón al autor del artículo sobre “Sobre la peatonalización y el comercio de Arrecife”. De su intervención, en lo que se refiere a la intención de la alcaldesa de reconsiderar la peatonalización de la calle Porlier y Sopranis, yo añadiría que esta no ha reparado en que esta vía es la mejor calle de la ciudad. No lo es porque tenga los mejores edificios, que no los tiene, ni porque los vecinos se dejen la piel cuidando sus fachadas, que no lo hacen; no lo es porque el ayuntamiento haga cumplir las ordenanzas, pues, de largo, ni se ocupa de tal menester. Es la misma calle vulgar que era antes de que la peatonalizaran y le plantaran dos hileras de árboles. Lo que ha cambiado es que, precisamente, dos hileras de árboles son capaces de cambiar la percepción de una vía sin tocar sus edificios, y, de ahí a la dinamización de la actividad comercial, todo es una. Ni Ástrid Pérez, ni ninguno de sus concejales o asesores parecen tener un ápice de conocimiento para valorar que la medida que hace posible una definitiva transformación del espacio urbano, además de haber sido explorada hace cientos de años por otras comunidades, la tiene aquí, en la calle Porlier y Sopranis, en dos simples filas de árboles, la misma que la alcaldesa se quiere cargar abriéndola al tráfico. No sabemos si lo hace porque le sale de suyo o porque el empresariado con el que se llena la boca, y al que rinde pleitesía por encima de todo, le ha dicho que al edificio de aparcamientos no llegan tantos coches como antes y pierden dinero. Esta falta de visión y de servicio al interés general es una debilidad de la regidora. No le voy a dar pistas de cuáles son las otras debilidades. Ahí lo dejo.

Comentarios

Ni Astrid puede llegar tan alto ni Arrecife estar peor. Bueno, Arrecife si puede empeorar un poquito más. Siempre se puede empeorar.
Qué razón tienes, Matías. Cuántas veces no escucho comentarios del tipo "qué agradable es esta calle" o "qué fresquito se está aquí" de boca de la gente, ya estén paseando o se hayan sentando a descansar en algún banco. Y todo es gracias a los árboles que flanquean el camino. Que por cierto, no sé exactamente qué ocurrió el sábado a mediodía, que vinieron unos operarios a quitar el banco frente a Relojería Mesa (espero que lo repongan pronto). Ojalá se tuviese más en cuenta el poder transformador de los árboles a la hora de embellecer y descontaminar una ciudad, todo redundaría en beneficio de los ciudadanos y del propio comercio, al hacer el paisaje mucho más atractivo.
Que razón tienes vecino, muy agudo! Es increíble como Astrid ha podido llegar a ser Alcaldesa de Arrecife, digno de estudio. Muy buen análisis.
Vecino, todo depende de la talla de nuestros candidatos en todo el espectro político y la calidad del voto. A peores candidatos, mejor le va a Ástrid.
lo mejor de todo esto es que leo comentarios de gente muy capaz, con una visión muy parecida a la mia. Solo falta que la masa termine por entenderlo y así poder cambiar el rumbo.
Qué razón tienes, Matías. Cuántas veces, estando en la librería, no escucho comentarios del estilo "qué agradable es esta calle" o "qué fresquito se está aquí", de gente paseando o sentados en algún banco a la sombra de los árboles. (Por cierto, no sé qué ocurrió el pasado sábado a mediodía, que unos operarios quitaron el banco frente a Relojería Mesa). Ojalá se tuviese más en cuenta el poder transformador de los árboles a la hora de la planificación urbanística: descontaminan, regulan la temperatura, embellecen el paisaje, etc. Todos esas ventajas redundarían en beneficio nuestro y, por supuesto, del propio comercio, puesto que harían más agradable la estancia de cualquier persona que transite por ahí.
La actitud de Astrid en temas de urbanismo es un reflejo de la sociedad. Ella no es la raíz del problema, aunque su decision de no recurrir el plan de pagos del solar de Ginory, condenando a la gente a pagar 700.000€ cada tres meses durante una década, creo demuestra que la alcaldesa no se preocupa por el futuro de la ciudad y su gente. Aunque sí existe un proyecto de ciudad aprobado: el PMUSA, aunque tiene una actitud excesivamente cochecentrista. No se han dado cuenta todavía de que la cultura del coche que llegó de Detroit "Motor City USA" nos está convirtiendo en Detroit. Vaya sorpresa. También existe otro proyecto de ciudad, no aprobado por el ayuntamiento, pero que tiene el visto bueno del consejo de la reserva de la biosfera: el proyecto "Arrecife Capital de la Biosfera" de Juan Palop y su equipo. El problema es que desde el ayuntamiento no hablan de diseño urbano, en parte porque la gente no habla de diseño urbano. La gente cree que eso es cosa de expertos, cuando a esos expertos se les enseña en las universidades a tener muy en cuenta las propuestas de la ciudadanía. Algunos diseñadores urbanos como Mikael Colville-Andersen defienden que los mejores urbanistas son las niñas y niños, y no le faltan razones. A algunos diseñadores urbanos incluso se les enseña que su única función es la de curar y facilitar las propuestas de la ciudadanía. El gran problema es la ideología cochecentrista. La gente de Lanzarote no ve otra alternativa real al coche privado. Confunden esa ideología con la realidad y ven a los países bajos como otro mundo que no es aplicable aquí por la razón que sea. No saben que los países bajos eran igual de cochecentristas que nosotros hasta que una crisis del petróleo en los años 70 (y quizás una influencia de André Gorz y su ensayo sobre la ideología social del automóvil) hizo que apostaran por la bici y el transporte público. Ahora tienen más calidad de vida, aire más limpio, un comercio local con 3 veces más recaudación, ciudades bellas porque no todo tiene que ser asfalto y aparcamientos, se minimiza la violencia estructural consecuencia del cochecentrismo, etc. No nos damos cuenta de que diseñar nuestras ciudades alrededor de las necesidades del coche nos atasca como sociedad. Para las mujeres significa menos independencia y empoderamiento, porque en las familias que solo pueden permitirse un coche casi siempre es el hombre quien lo usa, dificultando la independencia económica de la mujer. Incluso si la mujer tiene coche, muchas veces tiene que hacer de chófer para sus hijos porque las calles son demasiado peligrosas para que los niños vayan en bici al cole. Eso suponiendo que les quede cerca, ya que diseñar para el coche incrementa la extensión de las ciudades (urban sprawl). El diseño centrado en el coche también perjudica a las minorías raciales, que son paradas más a menudo en los controles de tráfico (sobre todo en España, donde te pueden parar sin razón). Para la gente con problemas de movilidad, significa aceras estrechas, sin el mantenimiento adecuado, que en muchas ocasiones no son accesibles. La gente joven y anciana, esa que no tiene permiso de conducir, pierde gran parte de su movilidad, causándoles un daño psicológico y físico considerable. Es una pena que César Manrique no fuese consciente de la ideología cochecentrista. Si hubiera sobrevivido ese accidente de coche que acabó matándolo, quizás lo hubiera visto y hoy Arrecife no sería como Detroit. Y para quienes solo piensan en el dinero, piensen en todo el dinero que sale de la isla para que podamos quemar combustible en nuestros coches.
Alexis, es de suponer que el “banquito “ lo quitaron porque molestaría al camión de la basura o por algún motivo parecido. A las 6 de la mañana pasa el camión de la basura a toda pastilla por la calle real para atajar, llevándose ramas y todo lo que pille por delante. Supongo que con este ayuntamiento el tráfico rodado siempre tiene preferencia.
Del Barrio, pues pregunté a los de la relojería y me dijeron que fue para que pueda entrar la plataforma elevadora de los pintores que están adecentando la fachada del edificio. Ahí está aparcada ahora mismo. Solo espero que vuelvan a colocar el banco cuando terminen. Lo del camión de la basura no tiene desperdicio (nunca mejor dicho).

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