Alexis de la Cruz Otero

Sobre la peatonalización y el comercio de Arrecife

No sé si nuestra alcaldesa no sale de su despacho o si, simplemente, cuando lo hace, lleva puesta una mascarilla sobre los ojos, que le impide ver la realidad. En la reciente entrevista concedida a M. Riveiro para el Diario de Lanzarote, publicada el pasado 9 de mayo, sus declaraciones me producen una mezcla de estupor e indignación. Ante la pregunta de la pérdida de empuje comercial del centro de Arrecife a causa de la crisis generada por la pandemia, la buena de Ástrid achaca parte del problema (y cito textualmente) a "la actitud empresarial. Somos la única ciudad de Canarias en la que hay comercios que cierran por las tardes entre semana". Pues ahora me entero... ¿Dónde están esos comercios que solo abren por las mañanas o esporádicamente? Porque yo soy uno de dichos comerciantes, de los que de lunes a viernes estoy a pie de calle, abriendo de mañana y de tarde (¿le suena a usted de algo el turno partido, señora alcaldesa, o ese horario no se estila demasiado por el Ayuntamiento?) y lo único que veo es que la gran mayoría de las tiendas y comercios abren también por la tarde y muchos, entre los que me incluyo, los sábados por la mañana, algo que jamás, en su historia, han hecho los organismos oficiales. Así que no me hable usted de "actitud empresarial" y de que somos la única ciudad de Canarias cuyos comercios cierran a mediodía y no abren por la tarde (otra cosa es que unos pocos tengan horarios de verano, que de todas maneras no han entrado en vigor todavía), porque si algo nos sobra a los comerciantes son ACTIDUD y GANAS, virtudes que no abundan demasiado entre los dirigentes de la clase política. Ahórrese usted las amenazas, eso de que los comerciantes "van a tener que hacer un esfuerzo, porque se trata de un tema empresarial. El ayuntamiento no puede ponerles el dinero en las cajas registradoras", porque más bien es al revés: es usted —usted y su equipo, ya que tanto se vanagloria de haber aumentado la plantilla— quienes tendrían que ponerse las pilas, porque somos nosotros, los comerciantes, quienes llenamos, en parte, sus bolsillos. No confunda ni tergiverse el orden de las cosas.

Pero lo que me asquea de verdad es su demagogia barata respecto al tema de la peatonalización. Ahora resulta que, al contrario que en el resto del mundo (¿pero ha viajado usted por cualquier capital de Europa, mi niña?), la culpa de que bajen las ventas se debe al cierre de "dos vías principales de acceso al comercio: la Avenida Marítima y la calle Porlier y Sopranis, que es una calle fundamental". ¿En serio? ¿Cerrar una avenida y una calle al tráfico es impedir las vías de acceso al comercio, solo porque los coches no puedan rodar? No se puede estar más ciega. Lo que de veras potenciaría hasta límites insospechados el comercio y la belleza de esta maltrecha ciudad sería, para empezar, peatonalizar todo el centro de Arrecife. Embellecer sus calles, llenarlas de árboles e impedir el acceso al tráfico. Así las personas, ya sean residentes o turistas, podrían caminar en paz, entrar y salir de las cafeterías y las tiendas (algo básico para poder comprar) sin temor a que las atropellen, o sentarse tranquilamente a desayunar en una terraza sin necesidad de estar todo el santo día bombardeados por el ruido del tráfico, por no hablar de la contaminación, el humo y otras menudeces que usted, imagino, no percibe desde su despacho. No se necesita encargar ningún estudio para ello, sino aplicar un poco de sentido común, de lógica humana y comercial. Y dudo que la "mentalidad conejera" sea diferente al resto en ese plan; ya basta de abusar del tópico con fines políticos. Así que lamento decirle que la reapertura de la Avenida marítima o cualquier otra calle céntrica que proyecte usted reabrir (se intuye leyendo entre líneas), no es la panacea al entramado comercial de Arrecife, sino más bien su condena definitiva.

En una cosa le doy la razón, cuando usted dice que el "problema de fondo es que hay que peatonalizar con inteligencia". Eso es cierto. Lo malo es que yo no detecto ni un ápice de inteligencia en todo su discurso. Porque usted, lo que pretende, en el fondo —y ahí está la reapertura de la Avenida marítima al tráfico para demostrarlo, nada más jurar el cargo—, es DESPEATONALIZAR Arrecife, convertirla en un hervidero de coches y motos y camiones y hasta de patinetes eléctricos si me apura. Llevo casi tres años abriendo mi librería casi a diario en la calle Porlier y Sopranis, calle que usted tanto cita (por cierto, no la he visto pasar ni una vez por aquí, a ver cuándo viene a hacerme una visita; ¿o es que no tiene tiempo para leer?) y los pocos pivotes que limitaban la entrada del tráfico, los ha quitado usted, para habilitar una zona de carga y descarga al principio de la calle. Y lo que habría que hacer, aparte de regularizar la situación legal, es aumentar el número de esos pivotes, o buscar una solución práctica para que el tráfico no se cuele desde cualquier calle aledaña. Porque entran, impunemente, a todas horas y desde todos lados. ¿O necesito recordarle el árbol que atropellaron durante la pasada cabalgata de Reyes, cuando un camión, ¡nada menos que un camión!, entró por la calle Porlier porque ninguna medida se lo impide? ¿Y si llega a ser un peatón al que embiste? Dígame, y si llega a ser un chinijo, ¿qué? En su mano está prevenir la desgracia.

No suscribo, en absoluto, su afirmación de que "en Porlier genera más perjuicios que alegría para el centro". Aquí lo único que genera perjuicios, se lo garantizo, es el tráfico indiscriminado de la noche a la mañana. Perjuicios humanos y comerciales. Miedo me da usted cuando dice que "sobre esa calle vamos a estudiar seriamente qué hacer". Ojalá se refiera a cerrarla definitivamente al tráfico, y no a reabrirla otra vez, como parecen dar a entender veladamente sus palabras. Porque eso no beneficiaría a nadie.

¿Sabe? Le confieso que dentro de diez días tengo cita para empadronarme en el Ayuntamiento de Arrecife. De lo que usted haga, de las medidas que adopte respecto a este municipio, dependerá mi voto en las próximas elecciones.

Sin más, le saluda un ciudadano y comerciante preocupado por el pasado, el presente y el futuro de su ciudad.

* Propietario de la Librería La Madriguera, sita en el n.° 6 de la calle Antonio Porlier y Sopranis

 

Comentarios

Cuando peatonalizaron esa calle le hicieron un daño tremendo a los árboles. Destruyeron gran parte de sus raíces cuando abrieron las zanjas para soterrar los cables. Algunos árboles se mantienen porque les pusieron cemento en la base. Si vamos a peatonalizar más calles, por favor hagámoslo respetando la biología del árbol. En vez de cavar zanjas con una excavadora, usemos herramientas de excavación por aire o por succión que dejen intactas las raíces, cubriéndolas con paños húmedos para que no se sequen. Hace un año escribí sobre la necesidad de proteger a los árboles frente a obras, centrándome en el caso de la calle Antonio Porlier y Sopranis: ventusarborum.com/excavadora. Estoy completamente de acuerdo que peatonalizar puede ser muy beneficioso para el comercio. La prueba es que el OpenMall básicamente será una mini ciudad peatonal; no te van a dejar aparcar en la misma puerta del Primark. Pero debe ser una peatonalización que no permita el acceso a coches (incluso el de la policía), que tenga espacios de sombra (no necesariamente árboles), y que forme parte de una estrategia de movilidad municipal que fomente el uso de la bicicleta y el transporte público. Precisamente la bicicleta es la mayor ventaja del comercio fuera de los centros comerciales, por lo que la peatonalización, a excepción de calles muy transitadas, debe permitir el paso de bicicletas. Es copiar a los países bajos; no tiene más misterio. Pero la ideología de la falsa libertad del coche le tapa los ojos a Astrid. No ve que la cultura del coche solo lleva a Detroit, y lo que necesitamos es Utrecht, Copenhagen, etc. Pero ¿qué se puede esperar de quines han hecho pagar 700.000€ al mes a la gente de Arrecife para expropiar lo que en parte ya era dominio público por ser terreno ganado al mar?
Bien escrito Alex y enhorabuena por el éxito de la librería. La entrevista de Astrid me pareció nauseabunda (bueno, lo que reluce de la entrevista sobre ella como persona). Me recuerda una historia de una tribu cuyos miembros tenían la costumbre de marcar con piedras blancas o negras las cosas buenas y malas que les pasaban cada día. Paso un tiempo en que unos se extrañaban de que casi todas sus piedras eran blancas y otros de que las suyas eran negras. Preguntaron al sabio del lugar y no les respondió nada que entendieran, además cada día contaban menos piedras blancas o negras y empezaron a preocuparse. Paso el tiempo y toda la tribu le daba vueltas al color de las piedras, hasta que una mañana, tras una noche agitada, amanecieron las cabezas de los jefes de la tribu clavadas en estacas, las piedras en la marea y nadie volvió a hablar de si eran blancas o negras.
Estimado Alexis, leer tu opinión sobre la alcaldesa y su gestión me ha dejado boquiabierto. No salgo del asombro. Me siento un cobarde que no merece nada de lo que tiene. El verte enfrentarte con nombres y apellidos, con la dirección del local que regentas y a cara descubierta, me deja realmente sin palabras. Comparto totalmente tu opinión, eso por descontado, y además he de decirte si en algún momento puedo echarte un cable, no dudes que lo haré. Tu valentía me hace sentir fuerte, aunque soy un cobarde. Paso por delante de tu local todos los días, porque a pesar de lo que diga la alcaldesa, es una de las pocas calles agradables de Arrecife para pasear. Ahora miraré con otros ojos hacia dentro. Mil gracias. De verdad.
Muchas gracias por tus aportes, Ventus Arborum. Desconocía la masacre que habían hecho al "peatonalizar" la calle, y tienes toda la razón: proteger a los árboles, salvaguardar su integridad, debe ser prioritario, por encima del comercio o de cualquier otra premisa. Ojalá a la hora de emprender estas acciones contasen con el asesoramiento de especialistas en el tema, como tú pareces serlo. Difundiré tu estudio en la medida de mis posibilidades. Anónimo, supongo que ese es el peligro de verlo todo blanco o negro, del maniqueísmo que impera por doquier en nuestra sociedad. A mí, personalmente, toda esta historia me recuerda al célebre poema de Martin Niemöller: "Primero vinieron...". Si no lo conoces, te animo a que lo busques (suele atribuírsele, erróneamente, a Bertolt Brecht). Comerciante, gracias de corazón por tus palabras. No creo que seas ningún cobarde por no dar un paso al frente, a mí me ha costado lo suyo y no pienses, ni por asomo, que las tengo todas conmigo. Espero poder conocerte en persona e intercambiar pareceres sobre el asunto. Eres bienvenido a La Madriguera.
Hola Librero. Muchas gracias por darle visibilidad a mi blog. Ojalá algún día el ayuntamiento de Arrecife (y del resto de municipios) se asesore por alguna consultora en arboricultura antes de hacer este tipo de obras. O por lo menos que el personal técnico del ayuntamiento consulte libros como 'Up by Roots' de James Urban. Lo propio sería que el concejal de parques y jardines velara por los árboles. No sé si deben ser prioritarios los árboles por encima del comercio, pero sí se pueden complementar muy bien si se trata de los árboles adecuados en el lugar adecuado y con el mantenimiento adecuado. Es curioso que Astrid diga que la peatonalización de la calle Antonio Porlier y Sopranis fuese ilegal, ya que se hizo con fondos europeos (fondos FEDER) bajo el plan "Zonas Comerciales Abiertas de Canarias". Ese dinero europeo lo gestionó el Cabildo de Lanzarote bajo la supervisión del entonces concejero de Industria y Comercio, Ángel Vázquez (PP). Por lo tanto, parece ser que Astrid está diciendo que su compañero de partido malversó fondos FEDER.

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