Un nuevo ejemplar de cetáceo, probablemente una cría de calderón tropical Globicephala macrorhynchus, fue localizado muerto este mediodía del miércoles en la costa del Barranco de Los Canarios, en el municipio majorero de Pájara. Se trata del tercer cetáceo que aparece varado en la costa de Sotavento de Fuerteventura desde que comenzaron las prospecciones petrolíferas.

El pasado 9 de diciembre fue también localizado un cachalote pigmeo (Kogia breviceps) en la costa del Barranco de La Torre. Antes, el 20 de noviembre en Costa Calma fue localizado otro cadáver de cachalote pigmeo, coincidiendo con el inicio de las prospecciones petrolíferas frente a los litorales de Fuerteventura y Lanzarote.

El traslado del animal encontrado este miércoles en el barranco de Los Canarios se realizará a lo largo de las próximas horas, dependiendo de cómo evolucione la marea y la accesibilidad a la zona.

Una vez recuperado, se custodiará en las instalaciones de la Estación Biológica de Doñana hasta que un equipo veterinario especializado pueda tomar las muestras que permitan realizar un análisis de las posibles causas de su muerte. 

La consejera de Medio Ambiente del Cabildo, Natalia Évora, hizo una primera valoración al respecto, a la espera de que se aporten datos más concretos: "como en los casos anteriores, no presenta signos externos, lo que probablemente permita descartar la colisión con embarcaciones o hélices como causa de la muerte".

Otro paralelismo es la aparición del cadáver en la costa este de Fuerteventura, justo enfrente de donde se están realizando las prospecciones petrolíferas. "Y por supuesto que la repetición de varamientos de cetáceos de estas especies que se caracterizan por desenvolverse en grandes profundidades, tampoco es muy habitual", explicó Natalia Évora.

Una vez recuperado, el animal se conservará en la cámara frigorífica de la Estación Biológica de La Oliva, que gestiona el Cabildo, hasta la llegada del equipo científico del Instituto Universitario de Sanidad Animal y Seguridad Alimentaria (IUSA), que dirige el catedrático de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC), Antonio Fernández.