Oswaldo Betancort, como alcalde de un municipio turístico como Teguise, y como diputado del Parlamento de Canarias por Lanzarote y La Graciosa que ha plantado cara a la consejería de Agricultura y Pesca del Gobierno de Canarias por el caso de las jaulas marinas de Playa Quemada, advierte que estamos perdiendo tiempo y recursos para presentar proyectos que consigan financiación europea orientados al desarrollo el llamado Turismo Azul, que promueve el crecimiento sostenible en los sectores marítimos.

"Creo que todos estamos de acuerdo en que la sostenibilidad ambiental nos ayudará a conseguir un turismo más competitivo y de mayor calidad, pero hay que implicar a todos los agentes sociales, garantizar la disponibilidad de los servicios para todos los colectivos, mostrando una actividad público-privada que presente unas políticas accesibles para todos y soluciones que garanticen la calidad en las actividades náutico deportivas y pesqueras", considera Betancort.

"Ahora es el momento de proyectar futuro y optar los planes de sostenibilidad turística en destino que están dotados con 478 millones de euros de fondos europeos, que incluye como prioritarios destinos como Lanzarote, y es que como su propio nombre indica, los fondos Next Generation de la Unión Europea hay que destinarlos a iniciativas reales, rentables y de futuro a todos los niveles, y lo que tenemos ahora mismo es una política que confronta con ese modelo de turismo azul y sostenible, tenemos una política de improvisación total, de parcheo y que reacciona a golpe de manifestación, como es el caso del Cabildo y su repentina oposición a la zona de acuicultura que pretenden instalar en la costa de Arrecife. Ya nos ganamos una bandera negra de los ecologistas en Playa Quemada, explotación que denuncié por activa y por pasiva ante la consejería de Agricultura del Gobierno de Canarias, y ahora tenemos otra nueva amenaza en nuestro litoral desde Arrecife hasta Tías, pero no han sido capaces de decir esta boca es mía hasta que no sienten la presión colectiva, y es que están subestimando continuamente la participación ciudadana y la opinión del pueblo de Lanzarote y La Graciosa", lamenta Betancort.

"Además de sol y playa, tenemos el turismo deportivo-náutico, la gastronomía y la gestión pública y privada debe centrarse en abarcar todas las actividades económicas que dependen del mar y que están orientadas a los visitantes y viajeros, y que son dependientes entre sí, ya que comparten competencias e infraestructura, así como la necesidad de la utilización sostenible de los recursos naturales", añade.

"En definitiva, el Turismo Azul es un elemento clave para la industria turística de Lanzarote, que debe pensar mucho más en el mar como fuente de riqueza y polo de atracción, pero también en su cuidado y sostenibilidad, además de dar voz a todas las tendencias existentes y no dar la espalda a tantos colectivos indignados", sentencia Betancort.