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Los Matoso ‘machacan’ por el mundo: Verónica jugará en León y Cándido en Alemania

Rubén Betancort 1 COMENTARIOS 13/09/2014 - 10:35

Cuando se apaguen las luces del Campeonato del Mundo de baloncesto, el interés mediático del baloncesto bajará varios niveles y nuevamente quedarán en el anonimato miles de jugadores que tratan de ganarse la vida como profesionales de este deporte. Cándido y Verónica Matoso, primos de sangre, no tuvieron dudas cuando decidieron hacer las maletas y emprender aventura fuera de Lanzarote. En la actualidad se dedican profesionalmente a lo que más le gusta y tienen la suerte de poder vivir del baloncesto.

Verónica Matoso fue la más precoz de la familia a la hora de hacer las maletas y comenzar a jugar a baloncesto fuera de Lanzarote. Tenía 13 años y todavía recuerda como fue el primer día: “Fui con mis padres y mi hermana a Tenerife y los primeros años me alojé en una residencia de monjas”.

Han pasado 13 años de ese primer día de septiembre fuera de casa e incluso Verónica recuerda una anécdota cuando las monjas se aprovecharon de su padre “para que les descargara un camión de sillas”. Cándido recuerda cuando llegó a Japón de noche. “Cuando amaneció vi los típicos campos de arroz, casas totalmente diferentes a las de aquí”, y no se podía imaginar que ya estuviera en el país asiático.

Vivir del baloncesto en categorías inferiores es toda una odisea y una lucha casi diaria. Cándido Matoso asegura que hay una idea equivocaba al pensar que sólo se puede vivir del baloncesto en España. “Hay un millón de posibilidades fuera”, explica, y pone como ejemplo sus aventuras en Japón o actualmente en Alemania, tras un breve paso por Eslovaquia.

El panorama es totalmente diferente en el caso del deporte femenino. Verónica es consciente de que “en chicas tienes que ser una jugadora de élite para retirarte y poder vivir de las ganancias del baloncesto”, aunque asegura que personalmente el deporte de la canasta le ayuda a vivir “el día a día”, sin tener que solicitar ayuda a la familia.

No todo han sido alegrías para los Matoso a lo largo de su carrera deportiva, teniendo que soportar los sinsabores de los impagos. Cándido tuvo que abandonar Eslovaquia y asegura que “la pasada ha sido la peor temporada” desde que lleva jugando al baloncesto. “Cuando estaba en mi mejor momento físico me lesiono, a ello hay que unir que no te pagan, no se preocupan por ti y al final tuve que volver”, explica. Más dramática fue la situación de Verónica en el Uni Tenerife, teniendo que pedir ayuda para poder comer. Recuerda que “cada vez que protestábamos o amenazábamos con parar se nos castigaba, nos mentían diciendo que nos iban a pagar e incluso nos hacían sentir mal por reclamar lo que era nuestro”. Los Matoso no se arrepienten del pasado y las malas experiencias les han servido para crecer como personas y jugadores.

Nueva aventura en el exterior

Verónica Matoso ha visto recompensado su trabajo, teniendo la oportunidad de jugar en la máxima categoría nacional del baloncesto femenino. Lo hará en las filas del Embutidos Pajariel Bembibre PDM (León). “Voy a debutar por primera vez en la Liga Femenina 1 y tengo la suerte de conocer a casi todas las jugadoras del equipo”, explica. La jugadora lanzaroteña se ha mentalizado para afrontar una temporada en la que no tendrá tantos minutos en cancha como en pasadas campañas: “Sé que el entrenador si trabajo me va a dar oportunidades y minutos”.

Cándido Matoso afronta su segunda etapa en Alemania y lo hace en el conjunto del Bodfeld Baskets de la Regionalliga División. “Tenemos que ir a por el primer puesto para lograr el ascenso y trabajaremos para ayudar al equipo en todo lo que podamos”, destaca.

Mantener el contacto con la Isla

“El Facebook ayuda mucho a mantener el contacto”. Es la manera de comunicación que tienen los primos Matoso a lo largo de la temporada para saber qué está haciendo cada uno en su equipo. Cándido asegura que suele “seguir todas las estadísticas de Verónica y de Yaiza García, que también juega fuera”. Verónica también sigue de cerca lo que hace su primo en Alemania y mantiene un contacto directo con la familia y amigos que deja en Lanzarote.

Trayectorias

CÁNDIDO MATOSO. Mide 2,07 metros, juega de pívot y tiene 22 años de edad. Comenzó a jugar en el CB La Isla, para luego militar en las filas del CB Grubati y CD Magec Tías. Su primera experiencia fuera de España fue en Japón, defendiendo la camiseta del Gyberdyne Daytrick Tsukuba, fichando al año siguiente por el Pu Akademik Presov. Tras su mala experiencia en Eslovaquia regresó a Lanzarote para reforzar al CB Conejero y pocos meses después emprender nueva aventura en el Schwäbisch Hall Flyers de Alemania. Esta temporada se vuelve a Alemania para jugar en el Bodfeld Baskets, equipo que milita en la quinta división del baloncesto germano.

VERÓNICA MATOSO. Mide 1,85 metros, juega de ala-pívot y tiene 26 años. En su etapa de formación estuvo en las filas del Dominicas y CB Ariagona Lanzarote. A los 13 años de edad tuvo la oportunidad de emigrar para fichar por el Universidad Laguna, equipo que posteriormente adquirió el nombre de Uni Tenerife. Las dos últimas campañas las ha pasado en tierras gallegas, vistiendo los colores del Durán Maquinaria Ensino de la Liga Femenina 2. En la temporada 2014-2015 debutará en la Liga Femenina 1 en el Embutidos Pajariel Bembibre PDM.

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¿Este periódico se habrá enterado de que hoy Lanzarote celebra sus fiestas más importantes? Ni una mención, ni el miércoles, ni de la feria insular, ni romería. . . Está bien

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