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Los ‘síntomas’ de la COVID-19 en la Sanidad pública de la Isla

Este año solo comenzará en Lanzarote el búnker de radioterapia y se posterga la unidad de hemodinámica para infartos

Área de Urgencias del Hospital Doctor José Molina Orosa.
M.R. 0 COMENTARIOS 13/07/2020 - 05:56

Lanzarote quedó libre de hospitalizados por coronavirus el pasado 23 de junio, cuando recibió el alta médica el último paciente ingresado en el José Molina Orosa. Sin embargo, la incidencia de la COVID-19 en la Sanidad pública ha tenido un impacto mayor que el provocado por la atención a los 94 casos registrados en la Isla, seis de ellos activos.

El gerente de los Servicios Sanitarios de Lanzarote, José Luis Aparicio, señala que importantes inversiones previstas para este año se han visto afectadas. “Este año solo va a dar tiempo a que empiece la obra del búnker de radioterapia”, admite.

El comienzo de los trabajos, adjudicados en marzo por dos millones a Satocan y con un plazo de ejecución de 12 meses, está programado para julio, asegura. Se han trasladado dependencias a unos módulos prefabricados en el exterior para dejar libre la zona donde se ubicaría el búnker, en la hasta ahora área administrativa.

Cuando esté en funcionamiento “se comportará como una unidad satélite del Hospital Doctor Negrín, que organizará turnos de su personal que incluyan a Lanzarote.

La unidad de hemodinámica, para atender principalmente casos de infartos, que habitualmente tienen que ser evacuados a Gran Canaria, cuenta con 750.000 euros en el presupuesto autonómico. “Está el proyecto de la obra y falta sacar a concurso tanto la obra como el equipamiento”, dice Aparicio.

Tendría que comenzar en diciembre, pero el gerente da por hecho que “no va a poder ser así”, aunque la unidad “es de una necesidad imperiosa y una promesa a cumplir”. La planta para pacientes de coronavirus se ubicó “justo donde irá la unidad de hemodinámica”. En el Hospital hay dos especialistas cardiovasculares desde enero.

Centro de salud de Argana

Otra reivindicación que se arrastra desde hace años es la construcción de un centro de salud en Argana, el barrio más populoso de la capital y cuyos residentes tienen que acudir al de Titerroy. Aparicio explica que la Consejería de Sanidad pidió en marzo al Ayuntamiento la cesión de suelo, que “está pendiente”.

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