Ante el desastre evidente que ha supuesto Canal Gestión para la isla, el principal responsable, Pedro San Ginés, intenta corresponsabilizar a todo el que puede de aquella decisión. Es tan absurdo que Loli Corujo niegue que el PSOE apoyó la decisión como que San Ginés intente hacer ver que todo el proceso fue fruto de un consenso.

San Ginés llegó a decir que la llegada de Canal había sido una “bendición” para Lanzarote, que era la mejor noticia que había tenido la Isla o que si había habido un pelotazo, ese había sido para Lanzarote. Los excesos verbales o bravuconadas no tienen ya demasiada relevancia, ni en este caso ni en otros. Suelen calificar más a quien los pronuncia que a las situaciones que describe.

Pero los hechos son los que son. Resulta que ahora el Consorcio dice que de los 54,4 millones de inversión comprometidos por Canal Gestión faltan 21. Esa cantidad la tenía que haber invertido Canal en los cinco primeros años de la concesión. Nos enteramos ahora, siete años después, que no lo había hecho.

Qué cosas. Resulta que San Ginés, además de los adjetivos, no ahorraba en presentaciones, power points y ruedas de prensa para alabar el compromiso de la empresa madrileña. En abril de 2018 Canal Gestión decía que ya había ejecutado el 82 por ciento de las inversiones previstas y que tenía comprometidos ya 60 millones, cuatro más de lo pactado. Y nadie le decía nada. Si nos remontamos un poco más atrás, el propio San Ginés, en rueda de prensa, decía que Canal habría invertido 35 millones antes de finalizar 2015.

Si nos creemos al San Ginés de entonces, un vendehumos de categoría, entonces Canal no ha hecho una sola inversión más en los últimos diez años. Pero es que terminó aquel año, dio otra rueda de prensa y dijo que se habían adjudicado proyectos “por casi 51,4 millones”. Y en 2018 insistía: “Donde había ruina y sombras, ya no hay 50 millones de deuda y hay 50 millones invertidos”.

Menos mal que quien ha abierto el expediente para rescindir el contrato de Canal Gestión es su compañero de partido. Si hubiera sido otro partido, las cifras de inversión que esgrime ahora el Consorcio, para San Ginés no serían ni buenas ni malas, serían mentira.