El viento para lo grande y el sol para lo pequeño. Los parques eólicos para la iniciativa pública y las instalaciones fotovoltaicas de autoconsumo para la economía doméstica. De momento, ese es el reparto en la transición hacia un nuevo modelo energético en la Isla, del que queda mucho camino por recorrer.

Uno de los cambios fue la creación, hace un año y medio, de la ventanilla única de energías renovables, la primera de España, que pertenece al Cabildo pero gestiona la Cámara de Comercio. Lo que hace la ventanilla es tramitar los permisos que se necesitan para instalaciones de autoconsumo, principalmente, y que dependen de cinco organismos diferentes.

El usuario autoriza a la ventanilla a realizar en su nombre esos trámites. La mayoría de los interesados, ya más de 400, son particulares, y se han superado los 200 kilovatios instalados en casi cien viviendas.

La ventanilla también tramita las subvenciones que otorgan para estas instalaciones tanto el Cabildo de Lanzarote como el Gobierno de Canarias, que además no son incompatibles. Casi la mitad (el 45 por ciento) de las subvenciones otorgadas en 2017 por el Gobierno en todo el Archipiélago las ha tramitado esta ventanilla en Lanzarote.

Las instalaciones de autoconsumo pueden ser con baterías o sin baterías, aunque la mayoría opta por la primera opción. La inversión total puede variar entre los 4.000 y los 12.000 euros. El Gobierno puede subvencionar aproximadamente el 40 por ciento mientras que el Cabildo puede llegar a cubrir hasta el 60 por ciento.

Hay particulares que instalan y no piden subvención, y para que la inversión sea rentable tiene que estar amortizada en unos diez años, con una vida útil para las placas de hasta 25.

En la Isla hay siete empresas instaladoras autorizadas. También hay subvenciones solamente para la instalación del agua caliente para casas construidas antes de 2007 porque las posteriores tienen que estar ya adaptadas por ley. El Cabildo resolvió en julio las de 2017, otorgando setenta subvenciones de hasta mil euros.

Lo que no existe aún es el famoso balance neto, porque la regulación estatal no lo permite. Consiste en consumir tu propia energía y la energía de la red pero, a la vez, poder vender el sobrante a la compañía eléctrica. Ahora el sobrante se regala. Esto no sólo haría más rentable la instalación sino que también reduciría la dependencia de las energías fósiles.

El balance neto -apuntan desde la ventanilla única- sería un gran avance. La energía fotovoltaica no es exclusiva de las familias. Hay empresas que han puesto instalaciones de paneles solares en las azoteas de sus naves industriales, además de algún complejo de apartamentos y una bodega. En La Graciosa se tramita una de estas instalaciones y el Cabildo pretende instalar 7.000 paneles en la balsa de Maneje, con dos megavatios de potencia para autoconsumo de la planta desaladora de Punta de los Vientos.

En el aire, quien ha cogido ventaja es Inalsa o el Consorcio del Agua. De los cinco parques que ganaron la asignación definitiva del concurso eólico en 2014, tres eran de Inalsa. Es la única empresa que los tramita. Las otras empresas desistieron, una por el cambio en la regulación, ya que en 2015 un decreto permitió la instalación sin concurso con mejores condiciones, y la otra porque la declaración de impacto ambiental fue desfavorable.

Antes de 2015 ya estaban Montaña Mina y Los Valles, con 8.775 kilovatios, aunque Montaña Mina se va a desmantelar tras la quiebra de la empresa propietaria. Este año se han puesto en marcha la repotenciación de Los Valles, con 850 kilovatios, los dos molinos de Punta Grande con 4,6 megavatios y el Parque Teguise I con 9,2 megavatios, todos asociados a Inalsa.

En total, se han instalado en los dos últimos años 14.650 kilovatios. En trámite, con declaración de impacto favorable, hay tres más de Inalsa. Uno de autoconsumo de 12 megavatios y dos más en el misma zona que Teguise I, entre Montaña Mina y Zonzamas, también de 9,2 cada uno.

En total, se han instalado en los dos últimos años 14,6 megavatios. En trámite, con declaración de impacto favorable, hay tres parques eólicos más de Inalsa

En 2009 se comenzaron a tramitar dos parques en el Norte, Cerro Tabayesco y La Camellita, ambos de 9,9 megavatios, de Endesa, que se abandonaron, y se tramitan dos más, Maresía I y II, de la empresa Satocan, en Mácher, de 7,5 megavatios entre ambos, pero el Ayuntamiento de Tías y el Cabildo se oponen por su impacto.

La transición, sin embargo, no es solo el cambio de una energía fósil por otra limpia. Recoopera es la única cooperativa de energías alternativas en la Isla y recuerda que el Cabildo anunció que se iba a socializar la propiedad de esos parques mediante participaciones, pero que no ha sido así.

Se trataría de una financiación por particulares que no está nada clara porque es la primera vez que se hace en España y hay que encontrar una fórmula legal para poder hacerlo. “Aunque la gente ponga dinero no son los dueños del parque, participas pero no votas ni decides nada”, argumentan: “No está mal pero no es una socialización”.

“El parque Teguise I, en realidad, no es una socialización porque ya está pagado con los fondos Fdcan”, señalan desde la cooperativa. En todo caso, la cooperativa destaca que la cuestión no es si son parques privados o públicos, sino el modelo, de grandes parques o pequeñas instalaciones, es decir, cambiar la generación centralizada por una más distribuida.

No existe aún el famoso balance neto, porque la regulación estatal no lo permite. Esta fórmula consiste en consumir tu propia energía y la energía de la red pero, a la vez, poder vender el sobrante

Para Recoopera también es importante el balance neto, que necesita un cambio legislativo en todo el país porque ahora se podría verter el excedente con una fórmula llamada Autoconsumo 2, pero “esa una maraña burocrática”.

Es el modelo contrario al impuesto al sol, que no opera en Canarias pero es un despropósito, y se explica mejor con un ejemplo: “Es como si tú compras tomates en el supermercado y pasas a plantarlos en tu huerta, y tienes que pagar por los tomates que recoges por haber dejado de comprarlos en el súper”.

Los cambios legislativos son fundamentales, señalan desde Recoopera, para promover ese modelo de generación distribuida, tanto el balance neto como otros que permitan que sean rentables las instalaciones en edificios y no sólo en viviendas unifamiliares.