El servicio de cuidados paliativos domiciliario y la Unidad de apoyo a la eutanasia hacen que Lanzarote sea la isla, en porcentaje, en la que más se solicita

Lanzarote facilita los trámites para morir dignamente: en el último año se tramitaron nueve eutanasias
El servicio de cuidados paliativos domiciliario y la Unidad de apoyo a la eutanasia hacen que Lanzarote sea la isla, en porcentaje, en la que más se solicita
El Hospital Universitario de Gran Canaria Doctor Negrín acogió a principios de mayo una Jornada de Bioética organizada por el Comité de Bioética de España y la Comisión Asesora de Bioética de Canarias, que reunió a 120 expertos, investigadores y profesionales del sector de la salud con el objetivo de reflexionar sobre los principales desafíos éticos en la biomedicina, la investigación y la atención sanitaria.
Durante la jornada se dieron datos sobre la aplicación de la eutanasia en Canarias que, por primera vez desde la entrada en vigor de la Ley de eutanasia en 2021, se trata de datos divididos por islas.
La Ley se aprobó en junio de 2021 y desde entonces hasta finales de 2024, en Canarias se han tramitado 151 expedientes y se han practicado 65 eutanasias. En el último año, 2024, fueron 50 solicitudes. De ellas, 12 fueron en Gran Canaria, nueve en Lanzarote, 28 en Tenerife y una en La Gomera. No hubo solicitudes ni en Fuerteventura ni El Hierro ni en La Palma. De las 50 llegaron hasta el final la mitad.
Otras 15 personas fallecieron durante la tramitación y 20 fueron denegadas, siete revocadas por los propios solicitantes y hubo tres aplazamientos. La tasa por cada mil fallecimientos en Lanzarote es del 4,3 por mil, muy por encima del resto, que se mueven en un porcentaje que no llega al uno o al dos por mil, en función de las islas.
En los cuatro años de aplicación, el resultado es parecido. De 151 solicitudes hay 141 expedientes cerrados y se están tramitando los otros diez. En Gran Canaria fueron 49 solicitudes, en Lanzarote 34, en Fuerteventura dos, en Tenerife 64, en La Palma y La Gomera, una y en El Hierro ninguna.
Siete de ellas se habían pedido a través de las Manifestaciones Anticipadas de Voluntad (MAV), que son las instrucciones previas sanitarias dirigidas a procurar una muerte digna, que también se suelen conocer como testamento vital.
De las eutanasias practicadas, el 62 por ciento fueron en el Hospital, el 34 en el domicilio y una en una residencia. Se practicaron 65, menos de la mitad de las solicitadas. Las enfermedades de base más frecuentes entre las eutanasias realizadas son las patologías neurológicas (casi la mitad) y las oncológicas (el 40 por ciento). En cuanto al perfil de los solicitantes, hay 72 hombres y 69 mujeres y la media de edad fue de 68 años.
En Lanzarote no sólo se solicitan, porcentualmente, muchas más eutanasias que en el resto de las islas, sino que además la mayoría se practican en los domicilios. ¿Por qué esta diferencia? Para Victoria Castañeyra, responsable de la oficina de MAV en el Hospital Molina Orosa de Lanzarote, que se puso en marcha en octubre de 2019 y miembro de la Unidad de apoyo a la eutanasia, la respuesta es sencilla. “Es así porque en Lanzarote, desde hace años, hay un buen servicio de cuidados paliativos domiciliario”.
En Lanzarote no sólo se solicitan, porcentualmente, muchas más eutanasias que en el resto de las islas, sino que además la mayoría se practican en los domicilios
Muchos de los pacientes ya reciben atención de ese servicio, tienen confianza en él y se asesoran. De hecho, en Lanzarote se hicieron las dos primeras solicitudes de eutanasia en Canarias y se practicó la primera en el Archipiélago tras la aprobación de la Ley.
“En Lanzarote nos pusimos las pilas para hacer las cosas bien”, señala. La eutanasia es un proceso complejo, por muchas razones, y hace falta un equipo que ayude. La Unidad de apoyo está formada por dos médicos y tres enfermeras. Su función es apoyar no solo a los pacientes, sino también al equipo médico que tiene que llevar a cabo la tramitación: facilitan la documentación, trámites y consultas, buscan al médico consultor o ayudan al ingreso hospitalario, si hay que hacerlo.
El perfil de los pacientes es similar al del resto del Archipiélago, tanto por sus enfermedades como por edad o género, “pero la diferencia es que el equipo de paliativos está muy implicado, muy especializado y hace una gran atención domiciliaria”, asegura Castañeyra, que dice que “esto rompe con la idea que algunos quieren extender de que la gente quiere la eutanasia porque no tiene cuidados paliativos”.
“Queda claro que es justo lo contrario: como hay un buen equipo de cuidados paliativos, la gente opta por ella”. Castañeyra señala que “es importante que haya unidades de apoyo para que no sea una carga para el médico y es importante que se implique la administración sanitaria porque esto lleva trabajo y la gente necesita tiempo y apoyo”.
“Esto rompe con la idea que algunos quieren extender de que la gente quiere la eutanasia porque no tiene cuidados paliativos”
Como hay una formación especializada y un trabajo previo, en Lanzarote se recogen la mayoría de las solicitudes. En otras islas o incluso en otras comunidades, es difícil saber cuántas personas tienen la intención de solicitarla y al final no la solicitan porque no saben bien cómo hacerlo, por presión de sus familiares, porque les dibujan una tramitación muy complicada o por otros motivos.
“A veces no se recoge la primera solicitud y si no se tramita no existe. Esta es la diferencia de Lanzarote, que sí que se recogen esas primeras solicitudes y se tramitan si el paciente muestra interés”, asegura Castañeyra.
En el proceso para la eutanasia existen requisitos y garantías. El solicitante debe tener la nacionalidad española o residir en el país durante, al menos, un año. La enfermedad que provoca la solicitud debe generar sufrimientos crónicos o imposibilitantes, insalvables o bien que la persona no se valga por sí misma o no tenga un horizonte de curación.
En el caso de que la persona no tenga ya capacidad de decisión por sí misma, tiene que haber dejado antes por escrito que quiere solicitar la eutanasia en la Manifestación Anticipada de Voluntades. No se puede solicitar la eutanasia en nombre de otra persona.
Si el paciente ha nombrado un responsable, algo que no es obligatorio, pero sí recomendable, éste debe hacer valer el documento y si no lo ha nombrado, es responsabilidad del médico que tenga acceso al registro de las últimas voluntades.
La primera solicitud se puede hacer al médico de atención primaria, a un especialista o a cualquier otro médico. Los médicos deben tramitar esa solicitud. En caso de que sea objetor de conciencia debe trasladar la solicitud a un superior para que la tramite. No hay un registro público sobre qué médicos son objetores de conciencia. Es una decisión personal y privada.
El médico delibera con la persona solicitante y hace un informe. A los 15 días, el paciente tiene que hacer una segunda solicitud y de nuevo vuelve a ocurrir lo mismo, pero en este caso con otro médico diferente, que se denomina médico consultor, que hace una peritación, visita al paciente y hace otro informe.
Toda la documentación la recibe la Comisión de garantías y evaluación de la eutanasia, un órgano colegiado que decide si cumple o no con los requisitos y que debe hacer un informe favorable o desfavorable. La componen doce miembros: médicos, juristas y enfermeras.
Si la solicitud sigue hacia adelante, entre el médico y el paciente se fija la fecha y el lugar. Es difícil que el procedimiento dure menos de un mes y medio. La Ley está hecha para que no sea una cuestión impulsiva y haya que superar ciertos obstáculos en su tramitación. En bastantes ocasiones, la muerte llega antes de que finalicen los trámites.
Comentarios
1 Uno que pasaba Mar, 17/06/2025 - 07:35
2 Tierra Mié, 18/06/2025 - 06:16
3 Tierra Mié, 18/06/2025 - 06:16
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