En el Consejo de la Reserva de la Biosfera de Lanzarote que se celebró este martes se avanzó que la Isla debe empezar a preparar el examen que efectúa la Unesco cada diez años para determinar si la Isla sigue cumpliendo con las exigencias que marca el galardón.

Lanzarote es Reserva de la Biosfera desde 1993 y la primera evaluación le correspondía en 2003. En aquel momento, según explicó Marisa Tejedor, representante del comité ‘hombre y biosfera’ español, se produjo un “desajuste” y se elaboró un informe “sin contar con la Reserva de Biosfera de Lanzarote”, que fue retirado con posterioridad.

De tal modo, explicó, que la evaluación oficial a Lanzarote como Reserva de Biosfera se aprobó en 2007, por lo que el siguiente informe corresponde entregarlo el próximo año. “Eso no significa”, explicó Tejedor, “que no se hayan hecho seguimientos” y, de hecho, “hace dos años” se empezaron a analizar “una serie de indicadores”. “Lanzarote salió muy bien definida aunque hay que mejorar considerablemente”, afirmó.

Tejedor advirtió que la Unesco ha endurecido el seguimiento a las reservas de la biosfera para que continúen ostentando esta calificación. De ahí que se evalúe el “grado de cumplimiento” con los estatutos de las reservas a escala mundial, “especialmente” en materia de “conservación” y “desarrollo sostenible”.

Además, destacó Tejedor, “últimamente se está dando gran importancia a la gobernanza y a la participación ciudadana”, de la que el Consejo rector de la Reserva de Biosfera y el Gabinete científico “es parte importante”.

En el examen que tendrá que pasar Lanzarote se contempla un análisis con los “principales cambios producidos en la Reserva de Biosfera” durante la última década. El periodo de evaluación es “muy largo”, explicó Tejedor, quien indicó que primero el Consejo científico nacional analiza el informe que se presente desde Lanzarote y luego se eleva al comité del programa de la Unesco en España.

Si pasa ese filtro, el informe se traslada a la Unesco, que tiene otro consejo asesor que lo analiza y, luego, pasa a un Consejo internacional del programa ‘hombre y biosfera’, que es “el que tiene la última palabra para rechazarlo, aceptarlo o hacer sugerencias”.

El informe de evaluación de Lanzarote tendrá que estar culminado en abril del próximo año, para que antes de junio comience su tramitación. La fecha “límite” para que tenga el visto bueno en España es el 30 de septiembre. Cumpliendo los plazos, se debatiría en junio de 2018 por la Unesco.

“Lanzarote no va a tener ningún problema”

Tejedor insistió en que en los últimos años la Unesco ha puesto en marcha una “estrategia de salida” para aquellas reservas de la biosfera que no cumplen, marcando un “camino para descatalogarlas”. “Algunos países se han adelantado, como Inglaterra, que ha propuesto la descatalogación de algunas de sus reservas”, explicó.

Si en el informe de evaluación se detectan “incumplimientos” con los fines del programa de la Unesco, el organismo internacional efectúa una serie de “recomendaciones” con un plazo para corregir las “deficiencias”. En el caso de que no se corrijan se produce “una segunda llamada de atención”. “A la tercera”, subrayó, “se produce la descatalogación”.

“Hay que tener mucho cuidado con los grados de cumplimiento” de las exigencias de la Unesco, subrayó Tejedor, “porque se está llevando muy en serio las descatalogaciones”. No obstante, recalcó: “Estoy convencida de que la de Lanzarote no va a tener ningún tipo de problema, pero es conveniente que todos lo sepamos; no cumplir puede tener consecuencias graves”.