MEDIO AMBIENTE

La vegetación es posible con plantas autóctonas

David Riebold demuestra con el jardín de su casa de Haría la belleza de las plantas locales e insta a las autoridades a fomentar su plantación: son hermosas y fáciles de cultivar

Saúl García 14 COMENTARIOS 28/05/2022 - 08:18

¿Por qué cultivar plantas autóctonas? Según David Riebold hay, al menos, cinco motivos. El primero: son fáciles de cultivar. Han evolucionado durante millones de años para adaptarse a las condiciones locales y toleran el viento, el calor y la aridez de Lanzarote mejor que la mayoría de las alternativas importadas.

El segundo motivo: son hermosas. “Plantadas en un jardín, protegidas de las cabras, las plantas nativas de Lanzarote pueden desarrollarse de forma espectacular, mucho más allá de los especímenes atrofiados que se encuentran en la naturaleza, en las formas más espectaculares”. El tercero y el cuarto: tienen propiedades medicinales y son una fuente de material genético potencialmente valioso. Y el quinto: son la base de un ecosistema único: “Cada especie de planta proporciona alimento y hábitat para una variedad de insectos o aves”.

En el jardín de su casa, en Haría, Riebold, que es profesor de ciencias en enseñanzas medias y máster en medioambiente forestal y agroforestal por la Universidad de North Wales, lleva varias décadas llevando a la práctica esos cinco puntos que explica en su propia página web, demostrando que la vegetación en Lanzarote no es una quimera. “El corazón verde de Haría”, lo llama.

Riebold lanzó el proyecto de reforestación de Montaña Aganada con neblinómetros y construyó su casa aprovechando lo poco que quedaba de una antigua pescadería. Fue plantando el jardín poco a poco y en él se pueden ver árboles como la palmera canaria, el acebuche, el lentisco o el drago y flores como la aeonium lancerottense, dos especies autóctonas de la familia de los espárragos, la convolvulus lopezsocasi, representantes de la familia de asteriscus, la caralluma buchardii, especies de lavándula, limonium, el romero marino, la correguela o la aeonium balsamiferum, con su flor amarilla, considerada como un manjar por las cabras. “Un experto local me dijo que tengo más de estos en mi jardín que en el resto del mundo juntos”, asegura.

En los últimos años y en varias ocasiones, el Consejo Insular de Aguas envió a trabajadores para destruir algunas de estas plantas, que están en la lista roja como especies amenazadas, porque sus dominios se desbordaban de su jardín y salían al barranco de Tenesía, que fue clave para que Riebold adquiera la casa, por ser un corredor para la vida silvestre, aunque asegura que se aprecian poco los barrancos en la Isla en ese sentido.

Apunta que sigue con su “obsesión solitaria por la maravillosa pero amenazada flora de esta isla” y teme que este año, o en breve, vuelva a ocurrir lo mismo. Cuenta que en una ocasión los trabajadores del Consejo entraron en su jardín mientras estaba fuera, cortaron un tarajal y arrojaron los esquejes “en una valiosa colonia de plantas protegidas de la lista roja”.

A lo largo de los años ha escrito varias cartas o correos electrónicos a los sucesivos alcaldes de Haría para que se valore el lugar, “en lugar de destruirlo” y para que se sustituya en el pueblo la “omnipresente” planta del dinero por especies locales protegidas. “Planté algunas plantas locales hace muchos años; florecieron durante mucho tiempo hasta que alguien se dio cuenta y las reemplazó con basura”, dice.

La vegetación en Lanzarote no es una quimera. Lo llama “el corazón verde de Haría”

Para Riebold, “el Ayuntamiento parece incapaz de decidir si quiere hacer algún esfuerzo por proteger la flora local o si quiere empezar a plantar especies autóctonas en las zonas que controla y animar a que las tierras que bordean nuestros barrancos se llenen de algunas de nuestras plantas raras”.

Y también cree que el propio Consejo de Aguas podría volverse “proactivo con la promoción de nuestras plantas locales alentando su introducción o protección junto a nuestros barrancos”. Dice que el que se encuentra entre Haría y Arrieta sería especialmente adecuado para esto.

“Mi jardín está en su punto máximo de atractivo en este momento. Puede haber jardines más verdes, pero no creo que haya ninguno que no esté regado y se especialice en plantas canarias”, dice. “Este jardín de vida silvestre demuestra las posibilidades que existen, especialmente en el norte de la Isla y que podrían existir en otras partes si las autoridades quisieran”, apunta. Cree que “las plantas locales son duras, se adaptan perfectamente a nuestras condiciones y, cuando se les brinda un cuidado mínimo, pueden lucir hermosas”.

David entrega sus excedentes de plantas a la tienda de al lado de su casa como regalo para los clientes y dice que “hay una aceptación constante”, pero cree, que si el Ayuntamiento tomara alguna iniciativa, “seguramente crearía más interés”. “La apreciación de la flora única de Lanzarote -asegura- parece haber disminuido en las tres décadas desde que llegué, pero los problemas persisten, como la biodiversidad, el estado de nuestra biosfera o la importancia de los árboles para combatir los eventos climáticos”.

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Comentarios

Preciosa iniciativa, muchas gracias David. Ojalá que el Ayuntamiento y Cabildo tomen nota y puedan proporcionar el apoyo que estas iniciativas tan importantes y a la par escasas necesitan. Gran artículo.
Por desgracia (y por suerte), como siempre tiene que venir alguien de fuera a decirnos a l@s canari@s; eh, que lo "nuestro" tiene valor. Mientras no aprendamos a valorar(desde el respeto hacia lo demás) lo que tenemos, nuestro patrimonio natural, paisajístico y nuestro acervo cultural, esta tierra no tendrá futuro.
Los catetos gobernantes de esta isla llevan décadas plantando hileras de palmeras en los márgenes de las carreteras , pobres palmeras torturadas que además desnaturalizan y arruinan nuestro paisaje, y destruyendo volcanes en Femes para arrojar miles de toneladas de rofe rojo en esas grotescas obras de jardinería. Mientras . este señor David Riebold crea un jardín autóctono perfectamente integrado en nuestra isla, sin destruir nada.
Para jardines son la mejores, son resistentes y preciosas
Me parece una buena iniciativa pero sin perder la belleza de nuestros paisajes
Bonito. Otra cosa es cómo resolver las zonas de sombra en espacios urbanos y turísticos. Está claro que con los árboles que debemos traer de fuera y que mejor se adapten.
Al lado de un barranco en el valle de Haría no es necesario regar. Es un microclima con muy poco viento y mucha humedad, muy distinto al clima donde viven la mayoría de las personas en la isla. Las plantas autóctonas se han adaptado a nuestro clima tras millones de años de evolución (suponiendo que algunas como la palmera canaria no las trajeran los aborígenes, como se cree que pasó en Cabo Verde), pero el clima para el que evolucionaron está cambiando. ¶Estoy de acuerdo que muchas de estas plantas tienen grandes méritos estéticos. Además, su singularidad nos aporta identidad y autenticidad. Por eso considero que debemos fomentar su uso, pero creo que debemos ser realistas. No las podemos igualar a otras plantas mucho más robustas que se usan por todo el mundo precisamente por su robustez. Muchas plantas autóctonas no se adaptan bien a nuestras ciudades: falta de capa orgánica, contaminación del aire, riego con agua depurada (exceso de salinidad, desajuste de nutrientes, etc.), compactación del suelo, pH muy alto por efecto del cemento, efecto isla de calor, etc. Solo algunas pocas plantas autóctonas son lo suficientemente robustas para reemplazar a otras especies comunes en nuestras ciudades (aloe vera, nerium oleander, portulocaria, etc.). También debemos diferenciar las plantas que resisten la sequía de las que las evitan. Un matorrisco en Arrecife tiene poco sentido, ya que solamente lucirá bonito unas pocas semanas al año. El resto del año, a menos que se riegue constantemente, la planta lucirá seca. Lo sé porque conozco una población de matorrisco salvaje en el volcán de Arrecife. No es comparable a las poblaciones en el risco de Famara donde la clasificación climática es distinta. Necesitamos seleccionar qué especies autóctonas son válidas para su uso en ciudades y luego categorizarlas por necesidades microclimáticas y de riego (sobre todo su capacidad de aguantar agua depurada). ¶Por último, creo que es muy importante que NO se creen jardines exclusivos de flora autóctona. Aunque muchos no lo noten por su sutileza, mandan un mensaje racista y xenófobo a la población, ese de que el espacio público es mejor cuando excluyes a los de fuera o que a veces es necesario excluir lo foráneo. No me parece correcto que esto se haya hecho justo en frente de un colegio en Arrecife con una gran diversidad de nacionalidades en su alumnado y profesorado. No dejemos que la flora autóctona sea usada como medio para mensajes racistas y xenófobos, seamos o no conscientes de ello. Utilicemos a la flora autóctona junto con la no-autóctona, de tal manera que una complemente a la otra. Que sea un reflejo de la sociedad que queremos, como históricamente han sido los jardines. Igual que la sociedad francesa ordenada y jerarquizada se reflejó en los jardines de Versailles, y la globalización y poder del imperio en los jardines botánicos en Kew y La Orotava, la idea de un parque público, por coherencia, debe reflejar los valores de la convivencia y la diversidad que necesitamos en nuestras ciudades. Precisamente por eso debemos incluir a la flora Canaria en nuestros jardines públicos. Pero en vez de flora nativa o autóctona, propongo llamarla flora patrimonial. Así, la gente de fuera asentada en la isla podrá decir que no es su flora, pero sí flora suya.
Lanzarote tiene las rotondas más tristes que hay visto jamas, me tomé la molestia de hacer un proyecto y de ejecutarlo gratis para diseñar los jardines de las rotondas con plantas autóctonas. Me reuni para enseñarles mi propuesta, les pareció genial pero ahí se quedo. Estaba dispuesto a hacerlo sin pedir nada a cambio, solo con la única intencion de ver a Arrecife algo decente.
Muy bien por David Riebold por su sabiduría y sensibilidad con esta tierra y muy bien por Saúl García por contarlo.
Interesante artículo (y espectacular jardín). Por desgracia, a los políticos las ideas simples pero efectivas parecen no entusiasmarles... para ejemplo, nuestra presidenta que se va a gastar más de un millón de euros para salvar las palmeras naturalizadas de los bordes de carretera destinadas ya a su desaparición y no hace nada por salvar nuestras especies endémicas vegetales en peligro de extinción. En fin, con más sentido común se podrían hacer más cosas gastando menos de las arcas públicas!
En África se está construyendo una Gran Barrera de árboles para evitar la desertificación, gracias por la iniciativa
Maravilloso artículo. Los ayuntamientos de la isla están gobernados por catetos y la falta de información sobre el ecosistema vegetal de Lanzarote entre todos los que vivimos aquí hace el resto. En las rotondas y jardines municipales debe plantearse flora nativa que no necesitan riego, florecen y son espectaculares como el tajinaste blanco de Famara, y no otro tipo de plantas que se secan a los 3 días.
Al 5, Carmen. Las plantas que vez en las fotografías son "nuestro paísaje". Son plantas nuestras, endémicas de Lanzarote muchas de ellas. ¿Te has leído la noticia?.
Veo 5 comentarios y deberían haber más.

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