ARRECIFE

La Plataforma de Voluntarios de la perrera acusa al Ayuntamiento de “inmovilismo” y anuncia protestas

Aseguran que algunos perros llevan varios años enjaulados, sin salir a pasear fuera del recinto y sin supervisión sanitaria

Diario de Lanzarote 2 COMENTARIOS 18/09/2019 - 08:45

La Plataforma de Voluntarios de la Perrera, está “en pie de guerra” desde la pasada semana, por la falta de entendimiento con el Ayuntamiento de Arrecife y con la nueva responsable del Área de Bienestar Animal, la concejal Saro González, “por no cumplir las reiteradas promesas de mejorar las instalaciones y la vida de los 14 canes que se encuentran, en algunos casos, enjaulados desde hace más de cuatro años”, señalan.

Esta plataforma es de nueva creación, tiene ya más de sesenta miembros y asegura que el cambio de nomenclatura de la perrera de Arrecife, que pasó a denominarse Centro de Protección Animal de Arrecife, no ha servido para mejorar las condiciones de los animales que ahí se encuentran. Algunos perros llevan varios años enjaulados, sin salir a pasear fuera del recinto, desprovistos de contacto humano de calidad y sin supervisión sanitaria, explican.

Acusan al Ayuntamiento de “incapacidad, ignorancia, falta de ideas y recursos para gestionar este área con la urgencia que requiere” y han convocado nuevos actos de protesta en defensa de los animales. A partir de la próxima semana, si no hay una solución en la mesa, la Plataforma tiene previsto manifestarse en la puerta de la perrera.

Los animalistas señalan que se ha vuelto a otorgar el control y dirección de la perrera al veterinario Javier López Vicente, tras de dos años de baja laboral y después de que fuese denunciado por la Policía Local y por la sargento del Seprona, que encontró supuestas irregularidades en el trabajo del facultativo.

Los impulsores de la plataforma y las protectoras defienden que el Ayuntamiento de Arrecife y el veterinario “sólo se han ocupado de que los animales obtengan cuidados básicos: alimentación y recogida de excrementos, pero nadie ha trabajado en cuidar la salud psicológica y emocional del can que, por su condición de encierro, ha desarrollado algunas patologías como la “zoocosis”, un trastorno que se presenta en el ochenta por ciento de todos los animales que viven en cautividad”.

Según biólogos y veterinarios consultados por la Plataforma, los animales, encerrados por largos periodos en recintos pequeños, realizan acciones que se repiten constantemente, como deambular siguiendo patrones reiterativos en la jaula, andar en círculos e intentar saltar la reja incesantemente, como es el caso de un mix de Stanford que lleva tiempo notando esta falta de actividad, aislamiento e interacción con otros perros y humanos.

Responsables de grupos animalistas afirman que en un momento se intentó, a través de un grupo de voluntarios, paliar el problema creando un equipo de personas cualificadas que provenían de protectoras y albergues de la isla, para pasear y socializar a estos perros y así “hacerlos adoptables, modificando las conductas temerosas y agresivas de algunos”. El Ayuntamiento les negó la posibilidad de realizar esta tarea, alegando que se necesitaba un “seguro de responsabilidad civil” por parte del voluntariado. Este seguro tiene un coste de cuatro euros anuales, por lo que la plataforma entiende que no es un problema económico y sí de voluntad política.

Carencias

La Plataforma denuncia el hecho de que el Centro de Protección Animal de Arrecife “no promueve las adopciones, ya que en su página apenas da difusión a los canes, carecen de ficha técnica donde queden registrados los datos del animal y la información que cualquier adoptante busca, tienen horarios ultra reducidos para que la persona interesada pueda ir al recinto, donde permanecen enjaulados, y conocer al perro que tendrá que integrarse en un nuevo hogar. Esta perrera sólo permanece abierta al público de 12:00 a 13.00 horas y se dan diez ridículos minutos para que el posible dueño elija al que será un miembro más de la familia”.

El Centro de Bienestar Animal “no cuenta con la infraestructura necesaria para desarrollar su trabajo: no tienen vehículos para transportar animales, no hay nadie que recoja a los mismos fuera del escaso espacio de tiempo donde permanece abierta la perrera, no cuenta con personal cualificado y difícilmente pueden atender a un animal herido. Tampoco siguen el protocolo que por ley, están obligados a cumplir: castrar al animal para evitar que sean explotados para la cría indiscriminada y activar el seguimiento de los mismos para garantizar que tengan unas condiciones de vida óptimas, como tener conocimiento del lugar donde van a vivir, como mínimo”, destacan.

Se da la circunstancia, aseguran, de que, en reiteradas ocasiones, numerosas personas que querían adoptar han acudido al centro en los horarios fijados por el Ayuntamiento para las visitas y se ha comprobado que las instalaciones permanecían cerradas y sin personal. Desde la Plataforma afirman que la concejal Saro Perdomo les mintió al asegurar que ya se había firmado un convenio con la Protectora Sara para que gestionara la perrera y que los agentes de la Unidad de protección animal se habían negado ellos mismos a seguir con el trabajo porque no les habían pagado las horas extras,  volviendo éstos a sus funciones ordinarias. Los agentes según la Plataforma, están en total desacuerdo con estas manifestaciones ya que sólo representan una mínima parte de la verdad.

Comentarios

Bueno, no sé como dicen que no están atendidos sanitariamente si ellos mismos dicen que el veterinario municipal ya está incorporado. Entiendo que no los dejen pasear a los perros fuera del recinto por un principio de precaución, si pasa algo la culpa sería de el ayuntamiento que es el responsable de esos pobre animales. Hay que plantear las cosas bien meditadas.
Los primeros, últimos y únicos responsables son los dueños de perros. Son quienes abandonan a los perros. Ya está bien. Una tasa municipal por tenencia de perros (que aumente a medida que se tenga más y más perros) serviría para que cuando los abandonen, hayan pagado al erario público y de esa forma, no tiene que salir ese servicio del bolsillo de quienes no tenemos perros ni restar esos recursos de otras necesidades de las personas.

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