La Graciosa emprendió este lunes el camino de retorno a la normalidad con una semana de adelanto sobre el resto España. La jornada estuvo marcada por los controles de temperatura para embarcar hacia la Isla o tareas de desinfección impulsadas por el Cabildo, como prueba piloto para Lanzarote.

A pesar de que en La Graciosa no se registrase ni un solo contagio sus 737 habitantes han vivido el mismo confinamiento que el resto de españoles. En las calles de arena de Caleta de Sebo este lunes se notaba más presencia de ciudadanos, la mayoría con mascarilla, pero los negocios de hostelería han demorado su apertura.

Alicia Páez, la concejal responsable de los asuntos de La Graciosa en el Ayuntamiento de Teguise, sí aprecia algunos cambios: "Se nota más presencia de gente en las calles, haciendo deporte, paseando o personas mayores que van a la compra".

La concejal cree que la gente está contenta de poder salir de casa, pero subraya que todos "sienten mucho respeto y responsabilidad" y lo ve en su comportamiento: "Hay mucha prudencia", dice, "que se nota sobre todo en los padres cuando salen con sus hijos".

Miguel Páez, portavoz de la iniciativa que logró el reconocimiento de La Graciosa como octava isla en el Estatuto de Canarias, explica que muchos comerciantes han optado por no abrir sus negocios, "porque no tendría lógica". En La Graciosa, recuerda, casi todos viven del turismo.

El año pasado desembarcaron en la Isla 221.040 pasajeros mediante líneas regulares. Además, en el puerto de Caleta del Sebo se registraron otros 62.932 pasajeros a través de otro tipo de embarcaciones.

Los gracioseros siguen además preocupados por el control que se va a hacer del movimiento de pasajeros en el barco que comunica Cabeta de Sebo y Órzola, para evitar exponerse a un posible contagio.

Coincidiendo con el inicio del desconfinamiento, un equipo del Consorcio de Emergencias del Cabildo de Lanzarote, integrado por varios bomberos y un formador, y un técnico del Ayuntamiento de Teguise se han desplazado este lunes a La Graciosa para reforzar las medidas de protección ante el coronavirus, desinfectar locales y zonas comunes (como el único cajero automático de Caleta de Sebo) y dar algunos consejos de seguridad a los hosteleros.

La presidenta del Cabildo del Cabildo de Lanzarote, María Dolores Corujo, como su homólogo de La Gomera, recuerda que La Graciosa tiene "la fortuna" de ir por delante en las medidas de desescalada, pero, a su vez, el reto "de demostrar que el comportamiento responsable de la ciudadanía no pone en riesgo lo conseguido hasta ahora".

Proyecto piloto

Desde primera hora de la mañana un equipo de bomberos procedía a la desinfección de distintos locales públicos de la isla. Mientras, el técnico municipal y el formador del Consorcio informaban a los comerciantes y restauradores sobre las medidas de seguridad y protección que deben seguir para evitar cualquier posible contagio: los aforos permitidos, las distancias de seguridad o las normas de higiene personal y limpieza de los establecimientos.

"Afrontar con garantías la desescalada requiere, además de informar a la población y desinfectar los lugares de más tránsito, formar especialmente a quienes desarrollan su actividad en locales abiertos al público", ha manifestado la presidenta.

Corujo ha informado de que en la reunión de coordinación del Cabildo con los ayuntamientos, que se celebra este martes, dará cuenta de los resultados de esta prueba piloto y propondrá extender el proyecto a todos los municipios.