La llama viva del viejo rock and roll
Los Verbenas sacan su segundo disco, ‘Todo o nada’, empeñados en que las canciones sigan caminando por la senda del rock más clásico
Si el rock es actitud, Los Verbenas van por el camino correcto. Acaba de salir su segundo disco, Todo o nada, grabado en Cascajo Records este pasado verano, como el primero, Afirmativo, en abril de 2018. “Estamos muy contentos porque hemos ido encontrando el sonido, consiguiendo un estilo característico, nuestro, y se nota la diferencia con el anterior”, dice Luis, bajista de la banda.
En esta ocasión, son nueve temas que suenan, pero también huelen a carretera comarcal, a rueda quemada, a cartas sobre la mesa, “a cigarrillo en el pasillo”, a noche cerrada y a esquina.
En el segundo disco de Los Verbenas es domingo, pero no se va a misa. El diablo se pasea a su antojo por las canciones, aparecen bestias, se cierran bares, se abren calles y casi todo pasa en movimiento, en la carretera.
El callejón del Aguaresío se convierte en el escenario de un blues donde se dejaron amores perdidos y por donde pasan otros personajes como Jane o Johnny Nicotina.
Los Verbenas tienen nombre festivo, pero vocación trágica. En las canciones de Los Verbenas, los protagonistas tienen los bolsillos vacíos y el gaznate lleno, el sol sale por un rincón, nunca está cerrado el último bar, la carretera es infinita y, si aparece un corazón, es porque es de serpiente. Se fuma, se bebe y, si se juega, se pierde.
Decían ellos mismos de su primer disco que era rock sin aditivos, pero han acabado echando un poco de sal y pimienta a la receta. En los nuevos temas suenan algunas guitarras acústicas, algún sonido folk al estilo Ry Cooder, un poco de blues y hasta una pizca de ska aunque, en general, siguen sonando a rock clásico o al menos a rock tan clásico como pueda ser el de Burning, Moris o incluso Barricada.
El grupo se conoció a través de un anuncio de Facebook y se subió a los escenarios para hacer versiones, pero a medida que se va consolidando la familia rockera, la banda gira hacia sus propias composiciones.
Los Verbenas siguen siendo los mismos: Yiyo a la voz, Luis al bajo, Samu a la guitarra y Cristo a la batería, con los arreglos y la producción musical de Mame Spínola. Durante unos meses, a Samu le sustituye Antonio, de Inadaptados, “para que siga encendido el fuego del fuerte”.
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En sus canciones, los protagonistas tienen los bolsillos vacíos y el gaznate lleno
Y aunque sean los mismos, para este disco han sumado algunas colaboraciones, como la de Mame con algunas guitarras, la armónica de Juanra Arteaga o la voz del palmero Carlos Catana, seleccionado este año para los Grammy latinos en la categoría de rock por musicar los versos de Félix Francisco Casanova.
Yiyo tiene más peso en las letras y Samu en la música, pero los temas los firma toda la banda porque se acaban cociendo durante los ensayos. “Tenemos una base, le damos una vuelta y otra y van cogiendo forma”, señalan.
Es otra de las bandas que aprovechó el confinamiento para ir haciendo repertorio. Se iban enviando riffs de guitarra, letras y otras ideas para llegar con el trabajo casi hecho a los ensayos. En esta ocasión han tenido que desechar algunos temas.
El primer concierto lo quieren dar en primavera, cuando, previsiblemente, no haya restricciones de ningún tipo por el Covid: “Con un poco de suerte, porque el rock necesita contacto y esas cosas: beber, bailar y sudar”.

















Comentarios
1 RP Sáb, 29/01/2022 - 08:39
2 Rock Sáb, 29/01/2022 - 15:18
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