FIESTAS

La geriatra Elisa Corujo leyó el pregón de las fiestas patronales de San Bartolomé

Elisa Corujo insistió en la manera de vivir de antaño, la vida se vivía sin prisas, donde la naturaleza ofrecía los cuidados

Diario de Lanzarote 2 COMENTARIOS 11/08/2019 - 04:14

El acto de apertura oficial de los festejos es la lectura del pregón, y la doctora Elisa Corujo, vecina de San Bartolomé y médico-geriatra fue la encargada en esta edición de abrir las fiestas patronales este sábado.

El alcalde, Alexis Tejera, invitó a los asistentes a participar activamente en los actos y destacó la labor de “los profesionales de la medicina, y en este caso de la geriatría, porque ellos son el nexo con la vejez entre nosotros y nuestros familiares, son los que velan por la atención en un momento de gran fragilidad”.

El alcalde dio las gracias públicamente a todas esas personas que cada día cuidan de los mayores desde cualquier centro, “que los miman, los bañan, viven sus desvelos, hablan con ellos, salen de paseo, a los que los cuidan en sus hogares con dedicación plena y gran delicadeza, renunciando en muchos casos a su propia vida”.

Elisa Corujo, emocionada, comenzó su discurso dando las gracias y comentando la oportunidad que le brinda volver a estar en este espacio y en estas circunstancias para rescatar de la memoria los recuerdos. “Hablar de un pueblo, más cuando es el pueblo donde se ha nacido, es hablar de los sentimientos que las vivencias han dejado en nuestro recuerdo, hoy, en mi recuerdo”, dijo.

“Los años van pasando y las formas van cambiando. Recuerdo los preámbulos de las fiestas cuando era joven. Nos preparábamos para ofrecer lo mejor de cada uno: las casas se enjalbegaban, se limpiaban a fondo, se estrenaban zapatos y los vestidos hechos para la ocasión con el fin de lucirlos en la procesión del Santo, la iglesia se llenaba de gente, no importaba si acudías de forma regular o no”, rememoró.

Corujo subrayó: “Mi corazón se llena de añoranza, de nostalgia, pues en el devenir de la vida todo va mudando. Es nuestro destino humano”. “Las vivencias que acumulamos de forma individual son únicas, y las compartimos con personas que nos acompañaron y nos dieron todo su afecto y saber. Sus enseñanzas nos honran y nos fortalecen, para no romper este eslabón de vida. Para seguir creciendo y compartiendo”, añadió.

La doctoró habló de precariedad y de “las dificultades de la vida de nuestros antepasados, de supervivencia, escasez de agua, limitados medios de subsistencia, grandes erupciones volcánicas, plagas, enfermedades de siglos pasados”. Habló de hambre, pobreza, la Guerra Civil, las dificultades económicas, hilándolo como causa en la primera mitad del siglo XX, para que el Ayuntamiento de San Bartolomé dejara en arrendamiento los terrenos del monte para que las personas más humildes pudieran cultivarlos.

Así fue como los cultivos de batatas, cebollas, tomates y cereales dieron al pueblo un respiro económico que se abrió a mercados nacionales e internacionales. La solidaridad con los más débiles se pudo apreciar cuando, para contribuir a mitigar el hambre, José María Gil creó “Las cocinas populares”. En ellas se daba de comer a las familias más pobres del pueblo.

La reivindicación también estuvo presente en el pregón: “San Bartolomé es un pueblo abierto, solidario que ha amparado, y ampara, otras culturas y personas. Quizás, debido al duro recuerdo del emigrante de esta tierra allá por la primera mitad del siglo XX. Ellos tuvieron que vivir grandes luchas por sobrevivir, pobreza acusada, desamparo, miserias y muertes. No perdamos este sentido de la solidaridad. Nuestro planeta tierra pertenece a todos, y todos cabemos en él. Busquemos la dignidad en la convivencia, dando cobijo al que sufre con el fin de evitar las experiencias padecidas por nuestro pueblo”.

 

La historia del municipio es larga “con sus distintos conflictos y luchas por llegar a ser”. “No ha sido fácil, pues San Bartolomé no existía como municipio hasta 1879, cuando logró segregarse de Teguise”, recordó.

El pregón lo concluyó con lo más personal, sus vivencias y raíces, en la calle San Simón y con sus padres, Irene y Eduardo: “No existe día que no acaricien mi memoria”. Tuvo palabras de amor para su abuela Matilde: “La fragilidad, humildad, amor, trabajo y mucha entrega eran los rasgos que definían a las personas de mi entorno, mi familia, mi pueblo”.

Sus palabras recordaron “los olores, sabores, al calor del horno a leña, el aroma de los dulces tradicionales”. Su madre volvió a cobrar presencia, como lo hizo la conciencia medioambiental, y César Manrique, habló de la destrucción del territorio y de preservación en este centenario de César.

Trayectoria

“Mi trayectoria profesional está marcada por la voluntad de dar cuidados. Los remedios sanitarios eran muy escasos y privados. Existía mucha generosidad, pero no todos podían acceder a ellos. Eran los cuidados y el acompañamiento los que aliviaban el malestar. Observé como mi madre se entregaba a confortar los últimos momentos de la vida de nuestros seres queridos. Se aceptaba que la vida terminara en el entorno familiar. Su cuidado y acompañamiento reverbera en mi memoria”, recordó.

Su primer centro de trabajo ha sido el Hospital Insular de Lanzarote. “Después de todos estos años, de haber estado al lado de tantas personas acompañándolas hasta el final, cada día vivo con plenitud mi sentido profesional, y doy gracias por esta conciencia, por la posibilidad que la vida me da: estar al lado de la persona frágil, de la persona que siente un gran desamparo en su proceso de enfermedad, sin recursos para sus cuidados”, recalcó.

Terminó el pregón a lo grande, nombrando a la persona “más importante” de su vida, Eduardo, su sobrino, al que le dedicó tiernas palabras: “La vida me ha permitido estar a tu lado y verte crecer. Tu padre se sentiría muy orgullo de ti”.

Comentarios

Una gran profesional y persona. Ojalá que todos los médicos que se están incorporando al Hospital tengan al menos una parte de la sensibilidad y respeto al paciente que siempre ha tenido y tienes la Dra Elisa Corujo . Hoy mucho saber , muchos aparato pero poco ver realmente al enfermo. Gracias Elisa por todo lo que has aportado a la sanidad de nuestra isla , sobre todo por el mimo a nuestros mayores .
Jamás podré agradecerte lo que has hecho por mí durante la enfermedad de mis padres, nunca he conocido a una persona con tu sensibilidad y tu cariño, gracias Elisa Corujo, eres un cielo.

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