SECTOR PRIMARIO

Granja San Roque: mucho más que quesos

Pepe Rodríguez gestiona esta explotación de productos agrícolas y ganaderos

Foto: Manolo de la Hoz.
María José Lahora 0 COMENTARIOS 18/03/2019 - 06:05

Pepe Rodríguez Delgado lleva diez años al frente de Granja San Roque donde elabora de manera artesanal los quesos de la misma marca, además de contar con otras producciones agrarias. La quesería ha introducido recientemente yogures para diversificar el mercado. Curiosamente, es la única quesería lanzaroteña que no cuenta con cabras para la elaboración de sus productos.

“La materia prima procede de un ganadero de El Cuchillo, a cinco minutos de casa”, explica el maestro quesero. “De la otra manera, requería un trabajo más intenso”, añade. Eso le dio pie a contactar con su vecino. “Tú tienes cabras y yo quesería. Tú haces una buena leche y yo un buen queso. Así, vivimos los dos”, le dijo.

Tras años de elaboración artesanal de queso que vende semanalmente en el mercado de Mancha Blanca, ha optado por introducir un nuevo producto para el que recientemente adquirió la maquinaria: yogur de leche de cabra.

Antes de lanzarlo al mercado quiso asegurarse de qué tamaño iban a ser los más demandados por los consumidores y relata el singular estudio de mercado realizado. “Seleccioné diferentes envases que distribuí entre mis familiares: mi madre, mi tía, mi hermano, etcétera, a los que se les preguntó cuál resultaba más cómodo. Frente al frágil cristal ganó el plástico. También se les consultó la cantidad adecuada de producto para su consumo. El resultado fue que más del 80 por ciento de los consultados optó por una porción de 125 gramos, en lugar de un envase de mayor tamaño. Sólo mi hermano prefería uno más grande”, comenta entre risas.

Pepe subraya además la oportunidad que se presenta con el convenido entre la Asociación de Queserías Aqual y los Centros Turísticos para convertirse en proveedores de sus espacios de restauración. “Es un momento idóneo, porque nosotros (Aqual) estábamos buscando un cliente y resulta que el cliente lo tenemos en casa”, señala. Una colaboración que permite abrir la puerta a la adquisición de otros productos de la tierra que beneficiará también al agricultor lanzaroteño.

La reducida producción de la quesería Granja San Roque, que garantiza una mayor calidad y un trabajo más artesanal, limita los formatos de sus quesos a los tamaños de 1.200 gramos y tres kilos. Las variedades van del fresco, que elabora semanalmente al regreso del mercado dominical, al curado, pasando por el semitierno, semicurados de gofio y de pimentón y ahumado.

En las paredes de la quesería cuelgan las hojas de control de leche diarias en las que se refleja la temperatura y las piezas producidos, junto a otros parámetros exigidos. Su apuesta por la innovación le ha lanzado a renovar la imagen corporativa y está en proyecto su nuevo etiquetado de inspiración manriqueña para los productos de la quesería.

Continúa con las estadísticas para explicar las preferencias de los consumidores. En Lanzarote el que más se vende es el semitierno y semicurado. La tendencia que ha experimentado es que los clientes consumen queso curado “como locos”. Canarias es la comunidad autónoma donde más queso se come. “Consumimos 33 kilos de queso al año por persona”, señala. Por lo que considera que el Archipiélago es un importante mercado para la producción lanzaroteña.

Más datos. En una visita a las Islas capitalinas, las queserías lanzaroteñas pudieron comprobar in situ que en Tenerife el consumidor se decanta por los quesos de cabra frescos y curados, mientras que en Gran Canaria se demanda más producciones de oveja.

Ovejas

Aunque la Granja San Roque no dispone de una cabaña caprina, sí cuenta con sesenta ejemplares de ganado ovino, por el momento, a la espera de que nazcan las próximas crías. Ovejas que pacen libremente desde noviembre en la zona de Caldera Blanca, hasta su regreso a la granja. “Son cinco meses fuera de casa y coste cero”, señala. Y de las que aprovecha muy poca leche. Primero por el mayor tiempo que requiere el ordeño y, segundo, porque principalmente estos ejemplares están predestinados para aprovechar su carne. “Lanzarote puede producir carne, pero no se paga”, lamenta.

Los costes de producción y el esfuerzo que supone para el ganadero no compensan los ingresos. Lo mismo ocurre con el sector agrícola. Su propio cultivo de grano es un ejemplo. Lentejas, arvejas y chícharos componen el grueso de su finca. “Puedo tener producción para varios meses. Un corto periodo de tiempo y cuesta mucho producir”.

Amante de los animales, también cuenta con gallinas, burros, caballos y hasta camellos. Dispone de un huerto a las puertas de su casa que nutre su hogar. Lechugas y tomates para la ensalada o piñas de millo y judías para el potaje se encuentran en esta despensa al aire libre. Recorren su finca también árboles frutales junto a un pajero que ha rescatado. Guayabos, tuneras de cinco colores diferentes o limoneros ofrecen un manjar del que se va alimentando, según la temporada. Aunque tampoco falta en su mesa el plátano.

La denominación Granja San Roque no es casual. Pepe buscaba una marca que amparase no sólo su producción quesera sino agrícola y ganadera al tiempo que honraba al patrón de Tinajo.

Educación agraria

Su experiencia le ha demostrado que “una familia con una pequeña quesería y cien animales es capaz de salir adelante. No tienes un Porsche ahí fuera aparcado, pero vives de tu trabajo”. El principal problema al que se enfrenta el sector agrario, a su juicio, es el relevo generacional. “A la gente joven, si no le das recursos se echa a correr”, dice.

También habla de la necesidad de educar a los más pequeños en favor de la producción agraria. De su época de padre en el colegio de Mancha Blanca recuerda que trabajaban en el proyecto de huerto escolar. “Hay que ir a por el futuro consumidor. Y a los chinijos hay que educarlos”, enfatiza.

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