CULTURA

Fotografiemos lo que comemos

La Bienal de Arte acoge la muestra ‘Seremos lo que comenos’, que surge a partir de un taller participativo con estudiantes para reflexionar sobre la alimentación

Saúl García 0 COMENTARIOS 24/02/2023 - 07:59

No es su objetivo, pero provoca hambre. Seremos lo que comemos es una muestra fotográfica que nace de un taller de fotografía participativa. Se pudo ver primero en las instalaciones del IES Playa Honda y este pasado mes de enero en la casa de la cultura Benito Pérez Armas, de Yaiza. Después viajó al centro sociocultural de Caleta de Sebo, en La Graciosa. Es comida y bebida fotografiada. Hay algún potaje, una sopa, café con cruasán de jamón y queso, muesli, una hamburguesa, una tortilla, caldo de millo, lentejas, puré, sancocho, risotto, albóndigas, boquerones, una lata de mejillones, poca ensalada, poco pescado, poca sopa, alguna bebida energética, algún dulce, mucha carne, mucha pasta y mucho arroz.

Su visión provoca hambre, pero quiere provocar otras cosas. Al menos, una reflexión sobre los hábitos alimenticios de los jóvenes y sobre el uso de la imagen como forma de comunicación. Es una muestra fotográfica dentro de la XI Bienal de Arte Contemporáneo, que lleva por título Como la liebre en el páramo.

Adonay Bermúdez, comisario de la Bienal, señaló en la presentación de la exposición que este encuentro cultural también mantiene un componente social y que debe intentar acercarse a la gente más joven. Con esos dos elementos en la cabeza, pensó en el fotógrafo Gerson Díaz, que ya había realizado antes talleres participativos similares, tanto en barrios de Arrecife como en el centro penitenciario de Tahíche. “El taller permite ver y analizar, sin extraer juicios positivos o negativos, las formas de alimentarse en Canarias”, señaló Bermúdez.

Las fotografías las hicieron alumnos y alumnas de Secundaria, de entre 13 y 17 años de cuatro institutos (IES Playa Honda, IES San Bartolomé, CEO Playa Blanca y CEO Ignacio Aldecoa en La Graciosa). Su misión era la de fotografiar todo aquello que comieran y bebieran, excepto el agua, durante una semana.

El responsable del taller, Gerson Díaz, les dio unas indicaciones sobre encuadre, composición o textura. “Simplificar el encuadre y ponerse creativos”. Las fotos se debían centrar en los platos, en los alimentos, ya fuera en su propia casa, en la de un familiar, en la calle o en un restaurante. A partir de ahí los alumnos tenían libertad para fotografiar y confidencialidad asegurada.

Las fotos no están identificadas, ni por alumnos ni por clases ni por institutos. Por otra parte, no existe gran diferencia entre los resultados de unos centros y los de otros. “La cuestión no es lo que ellos comen, sino el conjunto”, señala Díaz, que hizo una selección con los cientos de fotos que llegaron, aunque pocos fotografiaron toda su comida semanal. “Intentan falsear algunas cosas o se autolimitan”, dice. “Se hacen trampas a ellos mismos”.

En algunas fotos, queda claro que los alimentos están colocados para su inmortalidad. Llama la atención, también, la escasa presencia de dulces, comida rápida o refrescos. Hay algún ataque de honestidad, como un Red Bull junto a una chocolatina. En cualquier caso, “la selección es un reflejo de lo que hicieron y esto, al fin y al cabo, es información, es una realidad que no solemos ver y que es más fácil hacerlo así que tener que ir a la casa de cada alumno a fotografiar lo que come”, señala Gerson Díaz.

Entre las conclusiones más evidentes: que no desayunan o lo hacen con prisa. Apenas hay fotos de desayunos. En las fotos hay gran protagonismo de la pasta, del arroz o de procesados. Señala Díaz que en Playa Honda aprovecharon la exposición para comentar sobre nutrición en clase con una enfermera y que puede ser, en otros centros, una buena excusa para hablar sobre alimentación o contar con la opinión de nutricionistas.

Las fotografías las hicieron alumnos y alumnas de Secundaria, de entre 13 y 17 años

Hay datos que revelan que es necesario poner este asunto sobre la mesa. Según un estudio elaborado por Eroski Consume, Canarias es la segunda comunidad autónoma con mayor tasa de obesidad infantil, que alcanza al 35,5 por ciento de los menores, sólo por detrás de Murcia. Otro estudio anterior, de 2019, elaborado por Aladino Canarias, indica que la prevalencia del sobrepeso en la población infantil canaria de seis a nueve años es del 24,5 por ciento y la de la obesidad del 18,5 por ciento. En 2021, la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición expuso en el Parlamento de Canarias que la obesidad “es un problema social y económico importante”. El Gobierno de Canarias está elaborando diversos programas sobre la educación nutricional del alumnado de Primaria y Secundaria.

Dice Díaz que con este tipo de talleres se usa la fotografía para hablar de algo más importante, como es la nutrición. “El hecho de tener que fotografiar todos los días te hace ponerte a pensar, así que esperemos que la gente que vea la exposición haga lo mismo, que reflexione”, dice el responsable del taller y de la muestra: “El resultado final no es lo más importante, es más importante el proceso o las dinámicas, porque cuando te tienes que poner a pensar en fotografiar todo aquello que comes, te enfrentas a una realidad y a una reflexión”.

También señala que algunos platos parecen rechazables en la imagen. “Es fácil criticar algunos platos pero yo creo que me comería todo lo que hay fotografiado, o me lo he comido”, asegura.

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