Un belga, un mallorquín y un albateceño realizan vuelo acrobático en parapente para grabar imágenes inéditas de la Isla. Buscan superar retos personales y batir récords “pero siempre con las máximas medidas de seguridad”, y así volar en lugares donde nunca se haya hecho para lograr esas “imágenes increíbles con la mejor calidad” que más tarde difundirán en la red.

El proyecto ‘Seven Island’ consiste en grabar las mejores zonas de vuelo de las Islas Canarias, pero curiosamente para sus desplazamientos usan un velero con el que han arribado desde Mallorca. La primera Isla que visitaron fue Lanzarote, para navegar más tarde a Fuerteventura.

A través de los patrocinadores pueden contar con la financiación adecuada para desarrollar esta hazaña y dedicarse por completo a esta actividad. César acaba de empezar con el grupo, pero el resto lleva toda la vida dedicado al parapente profesional. No teme enfrentarse al cielo canario, el mejor espacio para realizar esta actividad durante todo el año y con unas vistas espectaculares, según destaca.

Se trata de un grupo con los mejores parapentistas mundiales compuesto por el belga Tom de Dorlodot, junto a los pilotos españoles Horacio Llorens y César Canudas, acompañados de un equipo de producción. “La idea es volar sobre las siete Islas y movernos a bordo del velero Search Projects para acceder a los sitios más perdidos y exclusivos de cada Isla”, señalan. Cuentan ya con acuerdos con medios en Bélgica, Francia y Luxemburgo para emitir su experiencia en programas de televisión y prensa a nivel internacional y que ahora difunden en Canarias.

Tom y Horacio son dos de los pilotos de parapente más conocidos a escala mundial y el español ha sido cinco veces campeón de la Copa del Mundo

El líder del equipo, Tom, es un piloto profesional de parapente y paramotor que ha competido seis veces en la más larga y dura carrera en parapente a nivel mundial, el Red Bull X-Alps y se le conoce por haber cruzado la isla de Nueva Zelanda en vivac, así como sus récords de altura y distancia en Pakistán y Pirineos. Por su parte, Horacio es uno de los pilotos de parapente más conocidos a escala internacional y ha sido cinco veces campeón de la Copa del Mundo.

Su pasión por volar desde niños les ha llevado a donde están ahora. Se iniciaron en esta actividad por el entorno familiar y cuando tuvieron suficiente edad realizaron el curso de pilotaje, rondaban los catorce años. Ahora han logrado un alto nivel en la modalidad, no en vano cuentan en el grupo con el campeón del mundo de parapente acrobático y se han profesionalizado.

César anima a la práctica de esta actividad, destaca que lo practican familias enteras y niños y asegura que no es un deporte “tan caro como parece”. Un equipo de parapente puede conseguirse por 2.000 euros y se prevé que tenga una vida útil de diez años. Enfatiza que es además el deporte aéreo “más económico y seguro de los que existen y el más practicado a nivel usuario”.

Atractivo turístico

En la Isla apenas alcanzan una decena las personas que practican este deporte de forma federada, si bien es un gran atractivo turístico. Así, los fines de semana pueden darse cita hasta 30 pilotos de parapente que visitan Lanzarote de septiembre a marzo, aprovechando que desaparecen los vientos alisios.

Para obtener la acreditación de piloto de parapente concedida por la Federación Canaria no hay más remedio que desplazarse a una isla mayor, aunque a Salva Medina, uno de los representantes de este deporte en Lanzarote, le consta que existen escuelas privadas “aunque no oficiales”.

Los pilotos además deben contar con seguros de responsabilidad civil y federarse. Aunque tampoco es necesario contar con la titulación para coger el parapente y volar. Los pilotos federados confían en que pronto exista una regulación en esta materia porque entienden que “se debería poder acreditarlo”.

Este deporte permite además conocer nuevos emplazamientos. Por lo que es costumbre “salir a volar por otros sitios”, señala Salva. Los pilotos tan sólo deben cargar su parapente en una mochila que no supera los 20 kilos de peso.

Despegues en Lanzarote

Lanzarote cuenta con tres zonas para la vuelos en parapente: el Risco de Famara, la presa de Mala y Órzola. Para volar en el entorno al Risco disponen de varios puntos de despegue como son La Villa, Chimida -con despegue en vertical- y la Ermita de las Nieves. Comenta Salva Medina que la elección de estas zonas dependerá de los vientos. Para los suaves de norte a oeste recomienda volar desde la zona de Las Pequeñas, un despegue con poco desnivel al que se accede desde La Villa de Teguise.

“Si el viento fuera excesivo, podríamos despegar en parapente desde la base de esta pequeña montaña. Este vuelo nos va a permitir una de las transiciones más bonitas de la Isla, realizando una ida y vuelta al Mirador del Río que va a superar los 40 kilómetros”, subraya.

“Impresiona este paisaje con vistas a la Isla de La Graciosa”, añade. También se puede despegar desde Chimidas, ladera muy vertical y con un desnivel importante al que se accede igualmente desde Teguise si los vientos son muy flojos.

Por su parte, “el despegue de El Cuchillo nos permite la salida orientada a norte- noreste. Vuelo térmico que nos permite realizar transiciones volando hacia atrás sin riesgo de sotaventos”, comenta. El despegue de Mala, junto a la presa, está orientado a noreste-este. “Volamos frente a la población de Arrieta. Se trata del vuelo más tempranero pues sus laderas estarán insoladas desde las primeras horas del día. Tendremos la posibilidad de volar hacia atrás realizando vuelos de cross”, apunta.

También disponen de “un despegue generoso en su superficie, su amplitud y su suave pendiente lo hace ideal con vientos del este-sureste en La Asomada. Es un vuelo de interior, superando su relieve disfrutaremos del espectacular paisaje de La Geria. Debemos prestar atención a la línea eléctrica que atraviesa la ladera de izquierda a derecha en su base”, explica.

Por último, Salva Medina comenta las posibilidades para volar en el entorno de Órzola con dos posibles despegues, uno en la parte alta accediendo desde el Mirador del Río, utilizado principalmente por ala delta, y otro en el tercio inferior de la ladera, utilizado por los parapentes y al que se accede caminando desde la playa. La dirección del viento para realizar lo que denomina un vuelo “dinámico” será NNE-NE que posibilita transiciones hasta la Isla de la Graciosa.