SOCIEDAD

Argana Alta, la gran olvidada

Fotos: Felipe de la Cruz.
María José Lahora 6 COMENTARIOS 12/01/2018 - 07:07

El barrio de Argana Alta, con 9.200 habitantes, de los que 2.400 son jóvenes, se encuentra para los vecinos en situación de “abandono” y la juventud “empujada al fracaso escolar y la exclusión social”, carente de alternativas y espacios donde reunirse o desarrollar su creatividad. Es el sentir de los representantes vecinales, que han emprendido una campaña de protestas para poner el foco en las deficiencias del barrio.

Desi es madre de dos pequeños y teme por el futuro de sus hijos, uno de ellos de once años. “Llevamos muchos años pidiendo que, por lo menos, lo que hay se mantenga”, comenta en los aledaños de un colosal Palacio de Deportes cerrado a cal y canto desde hace casi cinco años. “El problema es que no hay lugares donde la juventud pueda recogerse o estudiar y acaban en la calle, en los parques infantiles y otros espacios abandonados”.

Desi recuerda que los jóvenes contaban antaño con un campo de fútbol, junto con su teleclub, centro cultural y cancha de bola canaria, gracias a una cesión de unos terrenos para el uso y disfrute de los vecinos, únicas instalaciones disponibles que perdieron para la posterior construcción del Palacio de Deportes, que ahora presenta una lamentable imagen y que supone un riesgo por el desprendimiento de cristales y otros elementos arquitectónicos, que más de una vez ha estado a punto de provocar una desgracia. “Somos un gueto”, comenta Ana Balboa, una de las representantes vecinales que emprendió la lucha por una Argana digna.

En la actualidad cuentan con un pequeño centro social, en el que no dispusieron de internet hasta hace poco y al que tampoco pueden acceder cuando quieren porque no les facilitan la llave, lo que impide poder hacer uso del mismo fuera del horario establecido y menos realizar actividades para los jóvenes del barrio en su tiempo de ocio. Sin biblioteca, sin centro cultural y con las dificultades para desplazarse hasta el centro de Arrecife, los vecinos consideran que sus hijos están abocados al fracaso escolar y a la exclusión social. “Hay vandalismo porque cuando hay desidia, tú te rebelas”, enfatiza Ana Balboa indignada.

Irene Martínez lleva diez años trabajando en Argana Alta como trabajadora social y seis dedicada a proyectos de educación en la calle para prevenir el fracaso escolar, “que es altísimo”, pero por más que presenta estas iniciativas a las instituciones no obtiene respuesta. La impotencia y la desolación se reflejan en sus palabras. “Es que Argana no tiene que tener los mismos recursos que otro barrio de Arrecife, sino el doble por ser el más poblado, el más alejado y donde conviven hasta cincuenta y siete nacionalidades distintas y una población empobrecida”.

La ausencia de infraestructuras e iniciativas para los más de 2.400 jóvenes del barrio propicia el fracaso escolar y la exclusión social, según denuncian los vecinos

Con un único campo de fútbol y la dificultad de acceder al patio del colegio en horas no lectivas, los jóvenes acaban saltando la valla, ahora ya rota como en otras tantas ocasiones. Irene comenta el caso de un joven del programa que desarrolla, centrado en el fútbol como recurso para evitar la exclusión social. Relata que el chico empezó a ir menos a los entrenamientos y comprobaron que le ocupaba gran parte de su tiempo bajar caminando a la Biblioteca Insular para poder realizar los trabajos que le solicitaban en el colegio: “una hora tardaba” en hacer ese recorrido. “Sus hermanos no han terminado ninguno la ESO”, señala, y destaca que “no hay un ordenador” de acceso público en todo el barrio.

A esta situación se suman las de aquellas familias extranjeras cuyos hijos se enfrentan al problema de la barrera idiomática y para los que también se han presentado programas, que igualmente siguen enterrados. “Ahora tenemos niños de siete años sobre los que o actuamos o van a acabar mal” y seguirán los pasos de otros jóvenes que por desgracia han caído en la delincuencia y la drogadicción. “Al final llego a la conclusión de que a una parte de la sociedad le interesa que haya este fracaso, porque de la otra parte van a tener mano de obra barata sin formación”, añade Ana.

Inaccesibilidad

El barrio de Argana Alta carece de centro de salud, a pesar de que su construcción está recogida en el Plan de infraestructuras de la Consejería de Sanidad desde hace 12 años, y el pabellón sigue cerrado, a pesar de que desde julio pasado se sabe que la adjudicación de su reforma y explotación recaerá en la empresa Clece. Los vecinos critican que se hubiera permitido el gasto de 12 millones de euros en un Palacio de Deportes, investigado en el caso Unión, mientras el barrio tiene un déficit de instalaciones deportivas básicas. Sin buenas comunicaciones para los desplazamientos, los trabajadores y vecinos que residen en Argana Alta tienen que emplear parte de sus salarios en taxi o en varias líneas de transporte urbano, ante la carencia de unas buenas conexiones con el centro de la ciudad.

En un recorrido por el barrio se comprueba la dificultad de transitar por el mismo. La falta de aceras hace de este paseo un riesgo que se incrementa cuando se trata de personas con movilidad reducida. “Las aceras que hay es que las han hecho recientemente, porque han construido y el propio constructor las ha ejecutado”, explica Ana. También se divisan espacios abandonados que ahora sirven de centro de reunión para la juventud con el peligro que en muchos casos supone, como el que se encuentra frente a la vivienda de Desi, una extensión de cemento al lado del campo de fútbol con pilares de hierro y vallas derruidas, que ahora sirve de lugar de acogida para la juventud e indigentes.

Las representantes vecinales intentan crear conciencia social y así siguen organizando movilizaciones como las recientes en la calle Real. Insisten en el potencial del barrio y sus gentes y las ganas de trabajar por el desarrollo del barrio. “En Argana hay un potencial cultural impresionante, con gran calidad artística, y son unos maestros de la interculturalidad”, destaca Irene. “Con un gran respeto a esa diversidad y con un poco de apoyo eso revierte y da la vuelta” a la situación, concluye con la esperanza, al igual que Ana y Desi, de que en algún momento esta lucha vecinal y la denuncia de la situación en la que se encuentra el barrio haga por fin mella en las instituciones.

En primera persona

Desi: “El problema es que no hay lugares donde la juventud pueda recogerse o estudiar y acaban en la calle, en los parques infantiles y otros espacios abandonados”

Ana: “Nuestros jóvenes están abocados al fracaso escolar y a la exclusión social. Hay vandalismo porque cuando hay desidia, tú te rebelas”

Irene: “Es que Argana no tiene que tener los mismos recursos que otro barrio del centro de Arrecife, sino que debería disponer del doble por ser el más poblado y el más alejado”

El abandono del barrio, en imágenes

Comentarios

Parece ser que a los gandules, parásitos y mamporreros del ayuntamiento desconocen dónde está “Arganistan”, eso si cada cuatro años a por votitos. ¡Independencia ya! . Nuevo municipio al norte de la medular.
Un “Arganistan” libre e independiente.
Un “Arganistan” libre e independiente. Dinero hay
Argana se limpia y a los 3 dias vuelve a estar llena de mierda. ¿Quienes son los culpables? Los mismos guarros que viven ahí. Adios.
Estoy en el movimiento vecinal y creo q todos los vecinos de Argana deberiais participar y ayudar
Aqui no ai aguaros aki viven seres un mano con hijo y las madre seprecupan por sus hijo

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