SOCIEDAD

“Sin el impulso del mercadillo, muchas casas en Teguise estarían en el piso”

Carmen Ramón, nacida y vecina en Teguise, dedicó su Trabajo de Fin de Grado en la Escuela Universitaria de Turismo de Lanzarote a analizar la historia del mercadillo y su relación con el casco histórico

Saúl García 2 COMENTARIOS 22/07/2018 - 08:19

El Trabajo de Fin de Grado (TFG) de Carmen Ramón trata sobre el mercadillo de Teguise pero abarca mucho más que el mercadillo. Se titula La revolución social y económica de un pueblo. “Quería tratar sobre el mercadillo porque no había nada escrito pero también hablar de los mercados y de la transformación de la Villa”, dice Carmen, que estudió en la primera promoción de la Escuela de Turismo y años después completó el Grado y el TFG en 2014, con la profesora María José Morales como tutora.

El tema siempre lo tuvo claro, pero no tanto el enfoque. “Desde que supe que tenía que hacer el trabajo pensé en La Villa, el pueblo donde me crié, donde vivo y en el que he aprendido a enamorarme de su historia”, señala.

Tuvo que documentarse en la hemeroteca digital, principalmente, para la parte del mercadillo y lo amplió con el origen de los mercados en Europa, América, en España y en Canarias. Se trata de un repaso a la historia del mercadillo, que nació en marzo de 1985, pero también se trata de un estudio sobre la conservación del casco histórico, porque considera que ese es uno de los efectos más claros que ha tenido.

“Si no hubiera sido por el impulso del mercadillo, muchas casas estarían en el piso”, asegura. En los inmuebles se han abierto tiendas, bares y restaurantes. Los negocios de hostelería se han multiplicado. Los arrendamientos generan una renta para los propietarios, o para los herederos que ya no vivían esas casas o que las han vendido.

El impacto económico es mayor. Algunos de los puestos del mercadillo alquilan locales en el pueblo para guardar la mercancía, y también se han beneficiado los dueños de solares donde antes se plantaban cebollas y ahora, después de que se desplomara el precio de la cebolla, se plantan coches los domingos. No sin problemas, porque como era terreno rústico no se podían conceder licencias, aunque cubren un servicio necesario, y porque Hacienda hizo una inspección y tuvieron que pagar una multa.

“El mercadillo no se planificó”, “se han ido poniendo parches”, señala Carmen, pero ha supuesto un desarrollo tanto económico como social. El domingo era el día de fiesta en la Villa y un día para el encuentro. Empezó por el impulso de un conserje del Ayuntamiento “para dar una oportunidad a gente desfavorecida” y con el apoyo de una familia gitana, explica, con 15 puestos en la Plaza.

El objetivo inicial era dinamizar lo local, tanto los productos del campo como la artesanía o la gastronomía. Tuvo un éxito inmediato, creció rápidamente “y se desbocó”. Llegó a tener más de 500 puestos, a estar masificado y sin posibilidad de que se aprobara, ni siquiera, un plan de seguridad. Después bajó a menos de 400 y ahora se ha ordenado y han cambiado algunas cosas.

En sus conclusiones, Carmen apuntaba algunos aspectos que ya se han mejorado, como la escasez de baños públicos. Antes sólo había unos abiertos y ahora hay dos.

También el problema de la limpieza, que aunque ha mejorado desde su apertura, siguen apareciendo muchos plásticos cuando termina el mercadillo. “Hay que tomar conciencia de eso -dice- del espacio donde se encuentran, no es una carpa”.

Las quejas de los vecinos, además de por la suciedad, se amplían ahora a que el mercadillo, o más bien la ‘marcha’, se alarga durante todo el día y parte de la noche. Otra cuestión a mejorar es la visión de las fachadas. Apunta que se podría liberar alguna, como la del Teatro, que es Bien de Interés Cultural, tal y como se hizo con el Palacio Spínola.

“El mercadillo no se planificó”, “se han ido poniendo parches”, señala Carmen, pero ha supuesto un desarrollo tanto económico como social

En el trabajo se reclamaban campañas de dinamización en los hoteles y apartamentos, o más bien- puntualiza Carmen- “campañas de conocimiento, no solo para que los turistas vayan a comprar, sino para que sepan a qué lugar van, que es un casco histórico”.

En este sentido, a mediados de junio, el Ayuntamiento de Teguise presentaba una nueva campaña con nueva imagen corporativa y una web propia del mercadillo. En el apartado de los riesgos a los que se expone el mercadillo, además de la masificación se apunta una posible deriva hacia su conversión en un “no lugar”, a base de ofrecer los mismos productos que se pueden conseguir en cualquier otro mercado en cualquier parte del mundo.

Carmen reconoce que es un problema complicado porque muchos vendedores llevan más de veinte años “y tienen derechos adquiridos” y apunta como positiva la creación de la Plaza de los Artesanos. En todo caso, “en la balanza entre lo bueno y lo malo -dice Carmen- está claro que el pueblo tiene más vida y hay mas cosas positivas que negativas”.

Comentarios

La vergüenza que da un mercadillo de falsificaciones
Leo muchos puntos de vista del ayuntamiento pero no de los vendedores mismos. No se te ocurrió, Carmen, ponerte en contacto y entrevistar a los vendedores?

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