El doctor David Pacheco es médico especializado en Dermatología médico-quirúrgica y venereología. Pacheco es especialista del Hospital General Virgen de la Peña de Fuerteventura desde 2013, dermatólogo de Hospital Parque de Fuerteventura, desde enero de 2016, y del Centro Médico Parque de Lanzarote, desde enero de 2019. Entre sus áreas de competencia destacadas se encuentran la dermatología clínica y la dermatológica, así como el seguimiento y control de lunares con dermatoscopia digital y el diagnóstico y tratamiento de manchas en la piel. El doctor Pacheco también está especializado en el diagnóstico y tratamiento precoz del cáncer de piel, acné, en dermatología pediátrica y en tricología, la ciencia que estudia el cabello y el cuero cabelludo.

-¿Cuáles son las consultas más habituales de sus pacientes de las islas de Lanzarote y Fuerteventura?

-Las enfermedades cutáneas constituyen uno de los principales motivos de consulta en medicina. En las Islas, por las características de nuestro clima, las personas cada vez se preocupan más por las manchas y lunares que aparecen y van cambiando por la exposición solar prolongada. Hoy en día, estamos más concienciados de lo nociva que esa exposición solar prolongada y del daño que puede provocar en nuestra piel. El cáncer de piel, en la actualidad, está muy presente en nuestra sociedad y constituye un motivo de consulta frecuente. Hemos visto un incremento en el número de pacientes con acné severo, aunque un tratamiento y llevar el seguimiento adecuado, repercutirá de forma muy positiva en el aspecto físico y psicológico de los pacientes. Los pacientes también consultan por erupciones de piel (como eccemas o empeines, psoriasis...), verrugas de cualquier índole o problemas relacionados con el pelo y la estética, estos últimos cada vez con mayor repercusión social.

-¿Cree que los isleños cuidamos la piel todo lo que deberíamos?

-En la actualidad, las personas están mejor instruidas sobre los cuidados que deben tener para proteger su piel de una forma adecuada. Los más jóvenes vienen bien informados a consulta sobre los protectores que tienen que usar, aunque todavía hay algunos conceptos a reforzar, como la correcta aplicación de los mismos y el índice de protección adecuado para su tipo de piel. Los pacientes de más edad, que no han tenido esa educación, se preocupan cada vez más y piden información al respecto.

“Los pacientes deben reconocer los cambios en un lunar o en una mancha”

-¿Cómo ha afectado la pandemia y el confinamiento a nuestra piel?

-Hemos notado en el cáncer de piel la mayor repercusión, quizá por el temor de los pacientes de más edad a asistir a consultas presenciales o las dificultades de acceso a la atención primaria. Nos hemos encontrado con tumores de piel de grandes dimensiones, que hace años no veíamos, lo cual transciende de forma considerable en el tratamiento y pronóstico de estos pacientes. Otras patologías que se han incrementado son las dermatitis de manos, por el lavado frecuente o el uso de gel hidroalcohólico, así como acnés más graves, quizá propiciados por el confinamiento y el uso de mascarillas.

-¿Cree que esta contingencia nos hace más vulnerables de cara a este verano?

-Recomendamos tener más cuidado de cara al próximo verano. La finalización del estado de alarma y la liberación física y psicológica nos puede llevar a cometer excesos, descuidando la protección. Todo esto puede ser contraproducente para una piel que no está preparada, después de un año en el que hemos tenido una exposición solar reducida y, por este motivo, se deben extremar las medidas de fotoprotección.

-¿En qué segmento de edad de la población conviene poner más atención para el cuidado de la piel?

-Cada edad tiene unos cuidados específicos. Es fundamental educar a los adultos para que enseñen a sus hijos desde pequeños a proteger su piel, para tener menos problemas en el futuro. La piel tiene memoria y, hoy en día, se sabe que las quemaduras en la infancia y en la adolescencia duplican la posibilidad de sufrir cáncer de piel en la edad adulta. Las pieles maduras requieren otros cuidados, destinados a reducir los agentes externos que participan en el envejecimiento de la misma: exposición solar, contaminación, tabaco, mala alimentación, falta de sueño...

“En la pandemia se ha desarrollado un aumento en la incidencia del acné”

-¿Qué variaciones o síntomas deberían ponernos en alerta para acudir a un especialista?

-Los pacientes deben reconocer determinados cambios en un lunar o en una mancha, como su tamaño, forma, color, o textura. También es importante estar atentos a una herida que no cicatrice, así como observar signos y síntomas como el enrojecimiento, dolor y picor que nos pueden alertar de la existencia de cáncer de piel.

-¿Convendría seguir algún tipo de protocolo en los cuidados de la piel del rostro, por el uso continuado de la mascarilla?

-Durante la pandemia se ha desarrollado un aumento en la incidencia del acné que se ha relacionado con el uso de las mascarillas y se ha denominado maskné. Se vio por primera vez en los sanitarios que luchaban en primera línea y tenían que usar las mascarillas por un largo periodo de tiempo. A posteriori, se ha extendido a la población en general. Está causado por la oclusión permanente de la mascarilla y provoca un aumento en la producción de sebo. Entre las medidas que se deben adoptar para minimizarlo están una correcta higiene de la piel, con un producto suave como agua micelar o una espuma de limpieza, cambiar de mascarilla con frecuencia y encontrar el material que más se adapte a nuestro tipo de piel.