“Lanzarote se puede convertir también en un destino de compras”
Fernando López y Valentina Consonni, propietarios de The Thin Line
-¿Por qué se aventuraron a montar un negocio tan especial como el de la moda de lujo en Lanzarote?
-Fernando López: Cuando nos trasladamos a vivir aquí, en 2012, vimos la enorme potencialidad de una isla tan diferente, tan espectacular. Tres años más tarde, decidimos abrir The Thin Line con ese enfoque de primeras marcas, porque era un mundo que no tenía representación en Lanzarote. Abrimos nuestra primera boutique en el paseo de la moda de Puerto Calero, aunque la empresa nació ya pensando en la venta digital, con diferentes canales comerciales, así que tenemos ya una trayectoria tanto en la venta online como en las tiendas físicas. En 2016 nuestra estrategia ya estaba volcada en la digitalización y en vender por Internet. Hay que destacar la enorme ventaja que da ser una empresa acogida a la Zona Especial Canaria (ZEC), lo que permite ahorrar muchísimo en costes de importación, ayuda para los movimientos de la mercancía y facilita muchísimo el comercio online.
-¿Cómo han vivido el impacto de la pandemia en el sector del comercio?
-F.L.: Como decimos, nuestra gran suerte fue llevar años trabajando con la digitalización y el comercio online, por lo que estábamos en cierta manera preparados para poder afrontar algo tan excepcional como lo que ha ocurrido. Es verdad que hubo que cerrar las tiendas físicas, aunque ya hemos empezado con las reaperturas. Cuando estalló la pandemia, lo que hicimos fue derivar la mercancía de las tiendas al comercio online y desarrollar mucho más las plataformas de venta. Hoy contamos un sistema informático que está conectado con unas 20 plataformas marketplaces especializadas para vender a cualquier parte del mundo: Estados Unidos, Noruega, Bélgica, Inglaterra, China, Corea... No hay límites. Nuestro sistema nos permite actualizar en tiempo real el inventario, de manera que cuando se vende un producto se actualizan todas las plataformas, para evitar ventas dobles. Este sistema nos permitió mantener la actividad durante lo peor de la crisis de la COVID.
-¿Cómo envían los artículos a todo el mundo desde Lanzarote?
-Valentina Consonni: Recurrimos a sistemas diferentes para Europa y el resto del mundo. El 80 por ciento de lo facturado está en terceros países. Como decimos, desde Lanzarote se puede vender a países como Australia, Marruecos o Irán. La logística, en este caso, pasa por las empresas de mensajería, como DHL o SEUR. A esto también se le tiene mucho miedo en Canarias, pero nuestra empresa a día de hoy importa 25 millones de euros en artículos de lujo, a los que damos salida de forma cotidiana. Por poner un ejemplo de la mecánica, cada día, a las 15.00 horas pasan los mensajeros a retirar la mercancía, que a las 19.00 horas está en Gran Canaria y una hora más tarde sale hacia Londres. De ahí sale de madrugada y al mediodía puede estar ya entregado el producto al cliente, ya esté en Australia o en Hong Kong. Hay ocasiones en las que la ruta tarda más, pero es un proceso que como mucho dura tres o cuatro días, lo que demuestra que desde Lanzarote se puede hacer comercio electrónico y exportar a todo el mundo.
-¿Por su experiencia, el comercio online es más productivo para un emprendedor que quiera iniciar un negocio que una tienda tradicional?
-F.L.: Son canales complementarios. Nuestra estrategia, desde el principio, pasó por tener la posibilidad de ampliar las opciones comerciales, para reducir riesgos. Por otra parte, hoy en día tener el mundo entero para poder vender facilita mucho las cosas porque, sobre todo en el negocio de la moda, cada país tiene sus gustos, sus tallas, sus preferencias... Por ejemplo, antes en el comercio tradicional te tenías que ceñir a una media de tallas de pie y siempre quedaban restos que no se vendían. Ahora, al tener más posibilidades de venta, existe la opción de ampliar las tallas, los colores, las marcas...
“El comercio online permite exportar desde la Isla a todo el mundo”
-Habitualmente, los consumidores de Lanzarote que querían comprar productos de los considerados de lujo tenían que ir a otras islas o salir de Canarias. ¿Esto ha cambiado?
-V.C.: El concepto de lujo proviene de la exclusividad. Las propias marcas hacen una especie de selección natural, por así decirlo, con varios factores: el primero es el precio y, el segundo, la imagen que quieren dar y dónde quieren que se vendan sus productos. Algunas plataformas de venta realizan una distribución selectiva, imponen un orden, una reglamentación en la distribución online, aunque el objetivo último es que se distribuya y se venda. En nuestras boutiques damos servicios para que el cliente se sienta tratado de forma excelente. En la moda, el lujo no es solo lo que vendes, sino el modo de percibirlo. En Lanzarote, me fijo en los atractivos que ofrece la Isla, en su estilo, y creo que puede venir un tipo de turismo de nivel, que disfrute de buenos hoteles y restaurantes, de experiencias que no encuentren en otros lados. Al final, ese tipo de visitantes se mueve en ciertos círculos. En la Isla da la impresión de que ha dado miedo apuntar alto. Lo cierto es que hay una clientela a la que le gusta comprar. Nuestra primera boutique tenía 190 metros cuadrados y hoy contamos con 1.300 metros de superficie entre Puerto Calero, Marina Lanzarote y Marina Rubicón.
-¿Qué opinan sobre la posibilidad de transformar el modelo turístico de Lanzarote y adaptarlo a nuevas tendencias, cuando parece que ha quedado demostrado que más cantidad no siempre es lo mejor?
-F.L.: Pertenecemos al Círculo de Empresarios de Lanzarote, donde están surgiendo proyectos como Premium, donde ya se abordan esas reflexiones. Hay que buscar nuevos horizontes para la Isla que aporten valor. Los estudios apuntan a que el turismo de compras supone el 20 por ciento de los viajes a las grandes capitales europeas. En este sentido, estamos trabajando en un proyecto, en colaboración con las instituciones, para convertir a Lanzarote también en un destino de compras. ¿Por qué no atraer a ese tipo de turistas también a Lanzarote para ofrecerles experiencias exclusivas? Esa reorientación redundará en mejoras para la economía y puestos de trabajo. Por supuesto que todo el mundo tiene derecho a disfrutar de Lanzarote, ya sea gastando en sus vacaciones 200 euros, 2.000 o 20.000, pero la Isla ha estado en los últimos años centrada en ese primer tipo de visitantes y ahora es el momento de crear servicios, entre ellos el shopping con las marcas más destacadas del mundo.
-Mencionaba la ubicación de las tiendas físicas de The Thin Line en marinas, que suelen ser también puertas de entrada de visitantes. ¿Hay posibilidades para que la moda hecha en Lanzarote se dé a conocer?
-V.C.: Queremos arrancar con un proyecto para cruceristas. En Arrecife, con el nuevo puerto y las mejoras previstas, se tiende a que el turista tenga muchos motivos para bajar del barco y, por eso, consideramos importante que encuentren en las boutiques productos que no haya en otros lugares de Canarias. Si se trabaja con mente abierta, esto también puede suponer una posibilidad para los creadores de moda locales. Además, hoy en día con las comunicaciones y las redes sociales, es muy fácil llegar a otros sitios y “ponernos de moda”, como se dice literalmente. Podemos convertir a Lanzarote en un punto de referencia. Fijémonos en sitios como Ibiza o Mikonos. Se habla mucho de Baleares, pero Lanzarote tiene un enorme potencial, que ya cuenta con cierto nombre en la moda y se la conoce en París o Milán. Lanzarote tiene su propia exclusividad, que es que sigue siendo una isla natural, con personalidad, algo que hemos notado que gusta mucho a los turistas de las grandes ciudades, en comparación con otros destinos de Canarias.
-En la actual situación económica y turística, se prevé una guerra entre destinos en la que se puede caer en una batalla por bajar los precios. ¿Cuál es su visión?
-F.L.: La isla de Lanzarote debe resituarse en el panorama turístico, no bajando los precios, sino apostando completamente por lo contrario. Esta crisis es diferente a la de 2008. Entonces, el low cost y el todo incluido pudieron beneficiar a Lanzarote, pero a la larga tal vez no sea el camino a seguir. Lo que está haciendo el Círculo de Empresarios es intentar ver el lado positivo de la crisis, es decir, ver el problema como una oportunidad para hacer cosas diferentes. Estoy convencido de que la apuesta de la Isla se debe basar en un nivel alto de servicios. El secreto es la individualización. Compres más o compres menos, el trato debe ser siempre personalizado. Es una filosofía que aplicamos en nuestra empresa a varios niveles: por ejemplo, utilizando materiales sostenibles y, con la plantilla, creando entornos de trabajo saludables, con servicios de yoga y masaje, sobre todo para la gente que pasa muchos horas ante un ordenador. Creemos firmemente que nuestros trabajadores y los colaboradores tienen que sentirse como en su propia casa.
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