Mario Ferrer

Un siglo usando el Charco como cloaca

En 2025 sigue prohibido el baño en el Charco de San Ginés. Se ha normalizado que una población de casi 70.000 personas vean una lámina de mar fantástica entrando en la ciudad de forma natural, pero no se pueda bañar. Al contrario, parece que todos estamos acostumbrados a la suciedad y el mal olor.

Mi familia paterna vive junto al Charco desde hace casi un siglo. Hace poco leía un texto de mi tío Mario Ferrer Bermúdez en el que contaba cómo mi abuela ya le prohibía a sus hijos bañarse en el Charco en los años treinta y cuarenta de la centuria pasada. A mi generación, treinta o cuarenta años después, también nos quitaron de la cabeza cualquier intento de baño desde niños, tal y como yo hago con mi hijo ahora.

Si uno bucea un poco en la prensa local histórica se pueden encontrar incluso viñetas criticando el mal estado del Charco de San Ginés. Les animo a que vean la que se publicó en 1932 en el periódico Tiempos Nuevos (Arrecife, 1930-1934) y que encabeza este artículo.

En el texto al que hacía referencia antes, mi tío narraba incluso el funesto caso del cadáver de un bebé que apareció flotando en la orilla. Aquella era una sociedad pobre, muy diferente a la que luego manejó toneladas de billetes con el bum del turismo y la construcción. No obstante, hoy en día el Charco sigue siendo fuente de noticias por su recurrente uso de cloaca. Las últimas son especialmente surrealistas, con cruces de comunicados entre instituciones públicas locales y Canal Gestión, culpándose mutuamente de los problemas.

Que una población pobre como la de antaño no tuviera sistemas efectivos para controlar su alcantarillado tiene su sentido socioeconómico, pero que una que ha vivido décadas de explosión de turismo de masas y el dinero no lo haya logrado todavía se debe más bien a las lógicas de la corrupción, el abandono institucional y la dejadez cívica. La falta de cuidado urbanístico del Charco y de gran parte de la capital es una muestra exagerada de lo débil que es el mito de Lanzarote como isla de excelencia paisajística. Arrecife es el cementerio donde mueren todas las idealizaciones de nuestro afamado galardón de Reserva de la Biosfera.

En los años setenta se llegó a proponer desde el Ayuntamiento secar el Charco, asfaltarlo y usarlo como gran aparcamiento, tal y como ha ido documentando recientemente Daniel Panasco. Pero el Charco no siempre fue un lodazal. Al contrario, sus condiciones naturales son extraordinarias. En el siglo XIX, Álvarez Rixo hablaba de aguas cristalinas en las que se podía ver toninas y guinchos de forma habitual. Se sabe que los aborígenes usaban esta antigua caldera submarina para pescar, cerrándola en la bajamar con un muro. Durante siglos, el Charco y el frente litoral de Arrecife fueron un vergel de vida. Probablemente una de las zonas marítimo terrestres más hermosas de Canarias y de esta zona del Atlántico. Un auténtico espectáculo de la naturaleza gracias a sus lagunas, islotes y áreas intermareales que daban sustento a algas y aves, mientras ejercían de fantástico criadero de peces y crustáceos.

El científico Ernst Haeckel, el padre del término “ecología”, se vino a finales del siglo XIX a estudiar la marina de Arrecife. Estaba maravillado. Decía que había una “sopa de vida” y que se podía quedar “veinte años” estudiando aquella explosión de especies marinas.

Área más próxima a las Cuatro Esquinas.

Hay que distinguir zonas y épocas del Charco. Mi familia paterna llegó hace un siglo a las Cuatros Esquinas, probablemente el área menos oxigenada y más sucia del Charco. Mucha gente mayor y no tan mayor todavía recuerda bañarse en el Charco sin problema. Eso fue antes de que se cerrara su entrada norte, la que conectaba con Naos. Hay diversas teorías sobre cuándo se fastidió del todo la marina de Arrecife, pero muchas coinciden en señalar la contaminación masiva de Naos por la industria pesquera y conservera, y su cierre posterior, como los hechos claves. No se sabe si fue peor el remedio o la enfermedad, pero la conclusión es la misma: con el río de dinero europeo y fondos para infraestructuras que ha pasado por Lanzarote ningún político ha sido capaz de abrir aunque sea unos modestos ojos debajo de esa carretera para conectar las corrientes naturales de la antiguamente ejemplar bahía de Arrecife y eliminar la contaminación que pueda permanecer en los fondos de Naos.

Lo increíble a estas alturas es que todavía el alga valonia, endemismo milagroso del Charco, permita cierta vida en esta zona. No obstante, nosotros también somos innovadores en la forma de contaminar. Hace unos pocos años el cruce de las Cuatros Esquinas se inundaba con cada lluvia de cierta consideración impidiendo la circulación. Alguna mente privilegiada pensó que para evitar eso, en vez de arreglar el síncope habitual del sistema de aguas pluviales, lo mejor era rebajar la altura de la acera para que todo vertiera sobre el Charco. Lo de siempre: la mejor solución es echar la mierda al mar. El resultado es que cuando llueve con cierta fuerza los coches sí pueden pasar con tranquilidad por las Cuatro Esquinas, mientras toneladas de aguas sucias, llenas de toallitas húmedas, por ejemplo, provenientes de las colapsadas alcantarillas del Lomo y Valterra, caen directamente sobre el Charco. Para más gracia, al bajar el nivel de la acera de las Cuatro Esquinas, ahora las grandes mareas del año entran en el asfalto. Quien quiera se puede acercar en las próximas semanas, y verá como con las llamadas mareas del Pino se inunda la zona en las pleamares, mientras en las bajamares podrá disfrutar del espectáculo de las toallitas que nadie ha limpiado desde la última gran lluvia. Hoy se está realizando otra obra en la misma zona, ya se verá si para mejorar o empeorar aún más la situación.

Toallitas en el fondo del Charco.

¡Viva San Ginés y viva Arrecife! Y, por favor, que alguien destine una pequeña parte del presupuesto de Festejos o de Promoción Turística a limpiar de verdad el Charco. Quién sabe, tal vez en algún momento alguien decida que el mar está para bañarse y disfrutarlo. A lo mejor mis nietos o bisnietos se pueden remojar en esta maravillosa laguna natural sin miedo a la contaminación.

 

Comentarios

"Pal pueblo que semos, buenas fiestas hemos tenío"
Es verdad. Es increíble que casi pasando el primer cuarto del siglo XXI todavía estemos así. Qué gran grupo político será el que solucione de una vez el asunto de las fecales. Mi voto para ellos. Lo digo por salud pública
Todo, absolutamente todo de Arrecife es una Cloaca, no solo el Charco...
Toda Lanzarote apesta
Los que residimos en los barrios de Arrecife vivimos en directo la suciedad que nos rodea, calles sin barrer llenas de polvo, basura y los plásticos volando es todo un espectáculo y no digamos la peste de Zonzamas. En fín, esperando que alguien resuelva el problema de la limpieza en una isla catalogada Reserva de la Biosfera.
Pan y circo
Los barrios, los del centro, los de una punta y la otra......hastío generalizado....Celebro leer escritos tan acertados que ponen el foco en una de tantas cuestiones que encogen el corazón a l@s arrecifeñ@s.....que no son pocas.
Pan y circo como el comentario 6. Fiesta y más fiesta aunque la ignorancia y la mierda nos entierren.
Solo el concierto de Alejandro Fdez costó 700.000 euros. Y la gente tan contenta. Ignorancia pura es lo que hay.

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