0 COMENTARIOS 31/10/2014 - 09:08

Se acercan las elecciones y se acerca el baile de ruptura de pactos. En Tías ya lo han sobrepasado. ¿Dónde iba a ir San Borondón a presentarse ante sus posibles electores con un pacto con el PP? Se rompe y dentro de seis meses ya nadie se acuerda de que gobernaron juntos durante tres años.

En otros ayuntamientos van más lentos. Amagan pero no dan (de momento). Y si no se rompe es porque desencadenaría un ruptura en cascada: si el alcalde de Teguise echa a los tres concejales del PSOE, la alcaldesa de San Bartolomé echa a los de CC y San Ginés a sus socios correspondientes. Y puede que a alguno de todos estos actores no le interese. Y, sobre todo, no se rompe porque no hay alternativa. A estas alturas no se encuentra otro socio de gobierno dispuesto a terminarse un postre que han dejado a medias. Excepto en Tías, claro.

En Teguise se hizo un ensayo ayer. Por un lado el alcalde convoca un pleno extraordinario para cambiar una partida económica para unos planes de empleo que su socio de gobierno dice que no conoce y aprovecha que su cuñada (una de las concejales del PSOE) estaba de viaje para sacar la propuesta adelante con su voto de calidad. Buena coordinación familiar. Y por otro, el PSOE contesta con la exigencia de la retirada de unas banderas que CC ha puesto por el municipio. Es cuestión de tiempo.

Otra bandera (la misma pero sin estrellas) ha servido de excusa para una fricción en un pacto con pocas fricciones (el de Arrecife). Lo que se llama diferencias simbólicas entre partidos (en el sentido literal). Ya se sabe: cuando el producto es muy parecido hay que distinguirse por el envoltorio.

En San Bartolomé no trascienden muchas peleas internas. Debe ser porque la alcaldesa las agota todas con el presidente del Cabildo. La del Plan Insular ha sido la última. San Ginés se está mordiendo la lengua por las esquinas, con riesgo de envenenamiento masivo, porque ni siquiera ha contestado a la carta del PSOE. Si los echa se queda en minoría y no saca el Plan adelante y si no los echa... pues es posible que el resultado sea el mismo.

Así que, si nadie lo remedia vía decreto (porque marcharse no se van a marchar así como así) nos quedan unos meses de tira y afloja, de diferencias, de declaraciones subidas de tono, etc.. hasta que alguno se canse de la gota malaya, destituya a sus socios y se queden todos contentos pensando que ya tienen una buena excusa para volver a pegarse en la campaña antes de caer rendidos de nuevo en los mismos brazos después de las elecciones.

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