Samuel Cabrera

La Graciosa: encadenando privilegios

La Playa Lambra, de La Lambra o del Ámbar (según Viera y Clavijo), que vaya usted a saber cuál es el nombre original, queda retratada en algunas guías como  un lugar salvaje, con formaciones dunares, muy poco frecuentado, con ambiente solitario y tormentoso que disfruta de dos medidas de protección, donde se puede disfrutar de una naturaleza virgen. Media hora de bicicleta,  una a pie, o diez minutos en coche son las posibilidades que se anuncian para llegar desde Caleta del Sebo, pero dependiendo de quién lo haga, omitirá o no la parte del acceso motorizado. "Paraíso alejado de todo ajetreo y sin carreteras" es otra definición de La Graciosa. La mayor parte de quienes publicitan La Graciosa saben que la información es más valiosa si ponen en evidencia el lado más natural, y no digo salvaje porque eso es lo que me viene pareciendo la relación de los graciosos con su medio. Otras guías ponen en evidencia la facilidad de acceso a pie, una fórmula más que habitual y esperada en esta pequeña isla de la que no parece que sus visitantes piensen que encontrarán un tranvía. Todo lo contrario, detestan los vehículos, la pérdida de autenticidad y la masificación. Recordemos que  el parque móvil ronda  los 145 vehículos, un disparate desde cualquier perspectiva, y donde ni tan siquiera está regulado el uso que se realiza para transportar turistas ¿Ganancias en B y servicio ilegal?

Pues esta playa, tras el cierre del acceso a vehículos por parte de la Demarcación de Costas de Canarias, algo que a priori debemos aplaudir, ha hecho perder la cabeza a Jacobo Medina, colocado por Ástrid Pérez en la oposición en el Cabildo de Lanzarote y colocado, igualmente, como asesor de la alcaldesa de Arrecife. Creo que podemos dejarlo en "colocado". Jacobo Medina es del PP, pero como si fuera de otro planeta, o de La Graciosa. Medina no sabe cómo lastrar al gobierno del Cabildo, así sea poniéndose del lado del pueblo graciosero en su pelea por ampliar sus privilegios en aquella mala réplica de la aldea gala de Ásterix  y Obelix, pero menos idealizada y bastante más despropositada y canalla. Pero, válgame Dios, no se puede censurar a los  gracioseros porqué es tabú. Pobres. Recibieron suelo gratis para sus viviendas, suelo que algunos vendieron, construyeron lo que quisieron, como quisieron y cuando quisieron, teniendo muchos de ellos vivienda en Lanzarote. Los políticos de pro del momento compraron lo que pudieron, políticos de por aquí y de más allá.

Alquilaron lo que edificaron fuera de todo control y sin fiscalización alguna. Llenaron la isla de vehículos, más como muestra de su estatus que por necesidad de desplazamiento y ahora se manifiestan como quien lo hace porque no pudieran acceder con sus vehículos a un servicio de primera necesidad, el cual parece ser la Playa del Ámbar.

La Graciosa es una isla, pero jurídicamente no es la octava isla por mucho que el estatuto de autonomía haga esa declaración de intenciones, lo cual no significa que no tengan los mismo derechos que el resto de los habitantes del archipiélago. Lo que quieren olvidar es que tienen obligaciones y deberes y un extraordinario compromiso como celadores de un territorio muy frágil, compromiso que no quieren cumplir. Eso no entra en sus esquemas a la vista del victimismo del que han hecho gala durante décadas y que tan buenos resultados les ha generado. Ahora, estos ciudadanos de primera, que venden que son de segunda, encuentran a su escudero en Jacobo Medina, que teniendo muchas posibilidades de poner colorada a la presidenta del Cabildo por lo que nos parece que no hace, utiliza como arma este asunto del cierre con el que logra mostrar su escasa inteligencia política y de la otra.

Los vecinos alegan que desde 1958 ya existía la pista para acceso de vehículos. Me queda por saber qué se considera como vehículo en esos años, en los que dudo que existiera nada, más allá del carro, el burro y el camello, aunque da igual lo que hubiera si ahora toca preservar un territorio. Se quejan los gracioseros de que se adopten medidas de protección sin una consulta a la población, lo cual defiende Medina.

"Playa Lambra no se toca" rezaba una pancarta. Pues eso, por playa Lambra, ni un coche. A mí lo que me parece es que las medidas de conservación del patrimonio natural o cultural deben ir siempre por delante de la demanda ciudadana, tal y  como ha pasado ahora,  porque puede que esta última no llegue nunca, pues no imagino al pueblo manifestándose a favor de la adopción de medidas de protección, o para poner límite a los visitantes.

No se puede hablar de La Graciosa, no se puede hablar de La Graciosa... pues vale ya. Que se abra la veda, que esto ha dejado de ser un tesoro natural para convertirse en el particular cofre del tesoro de algunos. Empecemos a contarlo.

Comentarios

Piratas asentados en la isla; sinvergüenzas que se han apoderado de lo que es de todos. Lo primeros que habría que hacer es sacar todos los coches de la isla dejando solo los imprescindibles para el rescate o auxilio de accidentados; esto es, una ambulancia, un jeep para la policía y otro coche de repuesto. Ningún coche particular. Después habría que derribar las numerosas casas surgidas sin ningún criterio, ni control. Después habría que establecer de forma permanente en la isla un destacamento del SEPRONA. Y por último, definir un número máximo de visitantes por día y un número cerrado de residentes. Así se acabaría con este nido de piratas que pretenden vivir sin respetar la Ley. Y que no se quejen; a los piratas en otras épocas se les ahorcaba y punto.
Qué pena que se pierdan los nombres originales por desconocimiento. Milagro es que no se llame Playi de Lambri.
Se cargan la isla que deberían heredar sus hijos. Avaricia y mezquindad.
"las medidas de conservación del patrimonio natural o cultural deben ir siempre por delante de la demanda ciudadana". Eso significa que no eres un demócrata ni estás a favor de los derechos humanos. ¿Cuál es el límite? Si hay mucha gente, ¿hacemos un genocidio porque el "patrimonio natural o cultural" es más importante? El primer comentario ya los deshumaniza llamándoles piratas y propone ahorcarlos si no hacen lo que dicta el ecologismo profundo. También se nota algo de desprecio cuando apuntas que Playa Lambra antes era Playa del Ámbar, información irrelevante, excepto para insinuar que los Gracioseros son incultos o analfabetos (como muchos ecologistas llamaron a los aficionados al rally). Parece que hay que prescribir y hay que DOMINAR el lenguaje porque no puede ser que lo puro y nativo se mezcle y se desvirtúe. Es sutil, pero está ahí porque parte de su forma de entender la naturaleza. Quieren proteger y conservar La Graciosa, pero desde la DOMINACIÓN del ser humano sobre todo lo que pueda introducir algún cambio en los ecosistemas. En el país del pacto del olvido es demasiado peligroso usar el ecologismo para darle salida a esas compulsiones. Seamos más analíticos y objetivos. ¿Cuál es el daño real producido cuando los coches transitan por ese camino? ¿Compensa económicamente si en vez de coches usaran triciclos eléctricos tipo Rickshaw que proporcionen sombra a los ocupantes? ¿Se podría asfaltar un carril bici para que la bici, vehículo muy sensible a la resistencia de rodadura, sea una alternativa real al coche? Hacen falta datos fiables que cuantifiquen los daños y beneficios de las distintas opciones. Con esos datos sobre la mesa, la gente de La Graciosa tomará la mejor decisión posible para su isla. Pero para eso primero hay que aceptar que el ser humano puede tener una relación simbiótica con el paisaje. Por eso César le hizo un monumento al Campesino. Esa ideología del ecologismo profundo que ve al ser humano como un cáncer no es el camino.
Mr X no me vengas de abanderado de la pureza espiritual del pueblo, sea o no graciosero. Tú los llamas incultos. No mencionas el absurdo parque móvil de la isla, ni te preguntas por las necesidades reales del vecino de la isla ni para qué quiere sus vehículos. Con los listos que han sido para sacar provecho de su triple insularidad bien podrían proponer una gestión compartida de un número de vehículos. Lo que pasa que todos quieren tener un taxi para llevar turistas por toda la isla, machacándola sin parar. No me vengas con milongas. Hasta hablas de genocidio, cosa que ni se huele en el artículo.
Señor X tienes toda la razón
Señor Anónimo,tiene usted toda la razón del mundo.
Es cierto que en La Graciosa hay muchas cosas que no se están haciendo bien, pero me parece bastante reduccionista hablar de gracioseros en general, no todos los gracioseros son iguales. De la misma manera únicamente se pone el foco en los gracioseros y se dice que la isla no tiene personalidad jurídica, efectivamente nosotros no nos gobernamos solos y lo que ha sucedido, y sigue sucediendo, es el resultado de una política mediocre de 40 años de parque natural (más gestión y menos prohibición). En cuanto a privilegios, es cierto, esta isla sigue siendo un paraíso, pese a no tener cobertura, saneamiento, punto limpio, agua, sitio en el cementerio, centro sociocultural, plan de seguridad, plan de ordenación, órgano de gestión, policía, y un largo etcétera.
¡¡¡Articulazo!!!, me adhiero, saludos
Bravo por el señor Jacobo Medina, por lo menos él ha hecho algo, sin embargo Loli Corujo ha mirado para otro lado aún siendo responsable de la gestión del Parque Natural.

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