Doña Otilia, la voz de las plantas
Con ese asombro que me embarga el saber que la planta es la mejor invención de producir mundo, me dejo llevar por la humedad de las emociones para hacer crecer este escrito que tiene más alma que ciencia, y que, en toda su extensión, desde el párrafo apical hasta la raíz, va dedicado a doña Otilia Duque, vecina de Arrecife, y a las plantas que auxilia con su voz.
Las plantas que defiende doña Otilia no son las que crecen en los jardines públicos y cuidadas con corazón, sino esas otras que, tras las lluvias y crecer, han sido arrancadas, una y otra vez, con aversión. Y solo porque tuvieron la mala suerte de desplegar sus hojas en medio de un solar, sus tallos en un parterre no ajardinado, o sus flores, flanqueando un arcén. Como si no fuera fortuna ver tanto solar y descampado de Arrecife con ese verde arrebatador.
Doña Otilia lleva razón, esas plantas que viven cerca de su casa, en el barrio de Altavista, y que los operarios de limpieza dedican horas a eliminar, dan mucha alegría, oxígeno y color. Y aunque parecen insignificantes, representan dignamente todo lo que las plantas son.
Por representar, hasta la Naturaleza entera puede verse reconocida en las plantas de un abandonado solar, o en alguna de las hojas que lo cubren con afán. ¿Acaso no son las hojas las que alimentan a las otras partes de la planta?, ¿acaso no son las hojas las que producen el oxígeno construyendo la atmósfera, haciendo habitable este planeta para cualquier ser?
Doña Otilia, las plantas que se posicionan humildes y valientes junto a su casa, dispuestas a dispersar sus frutos y seguir dialogando con la adversidad, tienen una bella y larga historia digna de contar. Son hijas de uno de los mayores hitos de la evolución, pues descienden de las algas verdes, que hace unos 470 millones de años se arriesgaron a explorar, saltando del mar al suelo firme sobre el que vive la humanidad.
Por desgracia, la ciencia las menospreció. Como eran mudas y no se movían, como estaban ahí paradas, quietas, benévolas al alcance de la animalidad, las catalogamos como inferiores: un gran error. Y la economía las llamó recurso y las explotó. Alimento, medicina, tejido, condimento, energía, perfume, sombra, madera, pienso, ornamento y papel son. Son TODO para nosotros, pero en la forma antropocéntrica y depredadora con la que los humanos damos valor.
Le confieso, doña Otilia, que, a pesar de mi formación, aprendí muy tarde a valorar lo que en realidad son. En la universidad estudié su morfología, fisiología y ecología. Aprendí a clasificarlas, a etiquetar cada taxón. Le confieso, doña Otilia, que fue hace poco, leyendo las obras recientes de botánicos y filósofos, cuando supe lo mejor, cuando supe de la sensibilidad e inteligencia vegetal.
El gran botánico Stefano Mancuso me enseñó sus estrategias, esa firme "decisión" que han tenido de descentralizar sus funciones con una estructura modular en el en que todo es importante, pero ninguna de sus partes vital. Con su capacidad colaborativa son capaces de interceptar la luz, transformarla en alimento, recabar información, y comunicarse con otras plantas y otros reinos más. Por saber, saben encontrar el agua, dirigir sus raíces hacia donde hay uno u otro mineral, avisar a otras plantas cuando hay un problema, sanarse, defenderse, atraer a un insecto, sopesar las circunstancias. En definitiva, doña Otilia, aprendieron a sobrevivir mejor.
Cómo no venerarlas, si de ellas dependemos los demás, cómo no corresponderlas si gracias a ellas podemos respirar. Cómo no respetarlas si tienen la virtud de descontaminar, suavizar el clima, evitar la erosión del suelo, protegernos de las radiaciones ultravioletas, crear suelo y lluvia, paliar una polvareda, amortiguar el ruido..., alegrarnos y muchas cosas más.
Estimada Otilia, al igual que usted, se me parte el corazón al ver personas limpiando los solares y parterres no ajardinados de lo que es vida, y no contaminación. Pero ellas no tienen culpa, reciben órdenes de quienes aún no han comprendido que usted lleva razón y que nuestro futuro, quieran o no, tiene hojas verdes que atrapan el CO2.
Imagen: Foto realizada por doña Otilia en un solar calle Vizcaya, Altavista y editada mediante la aplicación Photofunia.
Comentarios
1 Némesis Jue, 15/04/2021 - 11:00
2 caglo Jue, 15/04/2021 - 17:40
3 Echedey Jue, 15/04/2021 - 18:50
4 Ana Carrasco Martin Vie, 16/04/2021 - 07:56
5 Margarita Vie, 16/04/2021 - 12:05
6 Fefi Vie, 16/04/2021 - 13:04
7 Duque Vie, 16/04/2021 - 13:35
8 Duque Vie, 16/04/2021 - 13:36
9 Admiradora Vie, 16/04/2021 - 19:05
10 Ventus Arborum Sáb, 17/04/2021 - 15:33
11 Mafia Lun, 19/04/2021 - 19:01
12 Martin Mar, 20/04/2021 - 21:09
13 Myriam Mié, 21/04/2021 - 11:33
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