
Chers dissidents. Queridos discrepantes
Igual tenía que haber escrito en francés lo que dije en castellano, porque creo que no me hice entender. No puedo más que dar la razón a mis conciudadanos porteños en su derecho al descanso, por lo que eso ya me une a la Asociación contra el ruido. Esto, a colación del artículo ¿Es Arrecife sólo descanso y tranquilidad?, publicado recientemente en Diario de Lanzarote. Dado que la posición de quien esto escribe ya ha sido puesta de manifiesto, puedo decir que muchos de los que realizan comentarios a los diversos artículos que se publican en medios digitales parecen tener varias cosas en común, una de ellas es que leen a conveniencia e ignoran aquello que no les es favorable para sostener el enfado que ha desencadenado lo que han creído leer. Otra de ellas es que si deciden que no les gusta el contenido de lo que se publica, se tiran, metafóricamente, a la yugular del autor o autora y le lanzan toda suerte de acusaciones. La tercera característica que suelen compartir los comentaristas cabreados es curiosa, y es la de firmar con pseudónimo o con un nombre de pila. Lo de que no saben leer sería la cuarta, pero no dejaría de ser una salida de tono jocosa.
Es muy sintomática la situación que describo para diagnosticar la salud de nuestra convivencia, pues lanzan toda la artillería contra la persona a la que consideran su oponente, y por haber escrito lo que no ha escrito sino lo que han querido interpretar. Lo de ocultar su identidad, ellos sabrán, pero no se entiende que se haga ante una buena causa, como es la de la asociación, que, igual, parte de un error inicial que es situarse en el enfrentamiento. No es lo mismo ser una asociación contra algo, lo cual puede generar rechazo, que a favor de algo. Una asociación por el derecho al descanso podría haber estado más atinada para generar adhesiones, quizás más simpatías, que una contra el ruido. Pero esto es sólo una reflexión y, por supuesto, una opinión sobre gramática, por aquello de que las preposiciones como “por” y “contra” son importantes. Esas salidas que menciono dirigidas a quienes, como yo, han manifestado una diferencia en algún aspecto es respondida algo así como si se colocaran cucuruchos en la cabeza para salir en tropel a quemar casas con todos sus ocupantes dentro porque no les gusta su rollo.
La disparidad de opiniones es consustancial a ser seres racionales, por lo que desear toda suerte de males a quien han decidido que no comparte nuestro discurso no parece lo sensato, ni resulta inteligente, ni es cabal. Todo lo contrario, parece reaccionario y cerril, casi Trumpismo. Y sin casi.
Resulta fascinante que alguno de los comentaristas se encomiende a la IA (inteligencia artificial) para que un asistente virtual como el Chatgpt sea quien decida lo pernicioso del artículo. Lo hace como quien se pone en manos de la bruja Lola. Supongo que es alguien contrariado y con poca imaginación a quien no se le ha ocurrido preguntar a la IA lo contrario, esto es, ¿por qué es bueno el texto? Me recuerda a esas adolescentes que, cuando las deja el novio, lo usan como a un psicólogo, sin caer en la cuenta de sus limitaciones, como carecer de empatía y de comprensión emocional, no ser verdades absolutas lo que se obtiene y que pueda generar respuestas incorrectas. Para mayor abundamiento, de lo que se trata no es de que nos responda medio bien o de que escriba correctamente, sino de pensar bien, y, esto último, no parece propio de la IA. Pero esta aclaración es para los adolescentes no para personas talludas.
Si alguien muestra una visión diferente y la hace pública, actúa en su nombre y la expone con corrección, de responder, habrá que hacerlo con mesura y argumentos. Si aquella ha escrito que el Ayuntamiento debe conciliar las actividades que organiza con la calidad de vida de la ciudadanía; si ha deseado que los asociados, y toda la población, pueda seguir viviendo en la ciudad durante mucho tiempo; si manifiesta que Arrecife es más cosas que descanso y tranquilidad y, además, no ha pedido más fiestas nocturnas, sino que constata la existencia de los ruidos propios de una ciudad, no se entiende el alboroto, ni por qué se omiten esos datos tan importantes para las conclusiones sobre el artículo, a no ser que se haya tocado una tecla que ha minado hasta el desquicie el orgullo de algunos comentaristas. Un poco soberbios sí me han parecido.
De nada, y que descansen.
Comentarios
1 smear campaign Jue, 08/05/2025 - 14:45
2 El viejo Vie, 09/05/2025 - 10:07
3 ChatGPT Vie, 09/05/2025 - 12:36
4 Anónimo Sáb, 10/05/2025 - 23:07
5 Sin luces en Ar... Dom, 11/05/2025 - 09:32
6 Al 5 Lun, 12/05/2025 - 12:17
7 Lo leído Lun, 12/05/2025 - 16:30
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