Manuel Plasencia

Asesinatos en Melilla

Expresamos nuestra absoluta repulsa, dolor e indignación por los inhumanos asesinatos de al menos 37 personas cuando intentaban acceder a Melilla huyendo del hambre, guerras y miseria. La mayoría de las víctimas procedían de países como Sudán, Sudán del Sur o Chad, todos ellos inmersos en conflictos armados y susceptibles de recibir protección internacional.

La desolación y muerte ha teñido la Frontera Sur con Melilla, esta vez a manos de la gendarmería marroquí que incluso ha llegado a entrar en suelo español para realizar devoluciones en caliente (eso sí que compromete la "integridad territorial") como demuestran numerosos documentos gráficos, mientras el Gobierno del estado se ha dedicado a mirar para otro lado y justificar las actuaciones represivas, ilegales y contrarias a los derechos humanos del reino de Marruecos, atribuyendo la culpa de la masacre a las mafias de tráfico de personas es simplemente vergonzoso.

También se pueden ver en esos documentos gráficos las agresiones, aporreamientos, disparos, gaseos y apilamientos de cadáveres y malheridos, sin ofrecerles asistencia médica alguna. ¿Por qué esa diferencia de trato con los 130.000 ucranianos llegados al estado español desde que se iniciara el conflicto en su país?

Sentimos vergüenza de las declaraciones de nuestros gobernantes, en concreto la del presidente del gobierno Pedro Sánchez "Se ha empeñado a fondo en tratar de evitar este asalto violento, bien organizado, bien perpetrado y bien resuelto por parte de los dos cuerpos de seguridad", lo que ha dicho el presidente sobre el operativo policial en Melilla con los cadáveres aún calientes, es simplemente abominable, que haya llegado a justificar las actuaciones de la gendarmería marroquí en suelo español, careciendo de la más mínima humanidad, nos parece muy triste.

Por cierto, estas declaraciones superan a las de José María Aznar cuando dijo hace veintiséis años “Teníamos un problema y lo hemos solucionado”, justificando las deportaciones desde Melilla de más de un centenar de migrantes. Maniatados, con los ojos vendados y drogados con haloperidol con el fin de que no se rebelaran.

Matar a seres humanos no es cooperación internacional, son asesinatos impunes. El desprecio por la vida humana más allá de la frontera sur comienza a ser una constante de este gobierno, el más progresista de la historia de la democracia. Ya lo fue con el aval otorgado a la invasión ilegal del Sáhara Occidental por parte de Marruecos, mirando para otro lado ante esa violación del Derecho Internacional del pueblo saharaui.

El "No pasarán" no era esto, Pedro. No era esto.

 

*Miembro del comité de empresa de Canal Gestión en representación de la Confederación General del Trabajo (CGT)

 

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