Consejo Insular de Lanzarote de PALCA-LA UNION

“El desafío del cultivo de las parras en Lanzarote”

En Europa se está negociando actualmente la Política Agraria Común (P.A.C.) para el periodo comprendido entre 2021 y 2027. Posteriormente, una vez sea aprobada la PAC, se elaborará un nuevo POSEI para Canarias donde se regularán las líneas de ayudas del sector primario. Desde la Organización Profesional Agraria PALCA- LA UNION se quiere ir avanzando las modificaciones que se tienen que recoger en el  futuro POSEI para que las reivindicaciones del agro insular sean adecuadamente atendidas. 

Una de las medidas que debe ser objeto de necesaria y urgente revisión por parte del Gobierno de Canarias es la ayuda al mantenimiento de la viña.

Esta medida se debe incrementar de forma significativa en aras de preservar una actividad agrícola que por su nula rentabilidad está sufriendo un progresivo abandono, según se ha reconocido por el propio Gobierno de Canarias en la presentación del último mapa de cultivos.  

En Lanzarote, el sistema en hoyos de las parras, el trazado de los muros de piedras que sirven de abrigo a las mismas, así como el entorno físico donde se encuentran plantadas configuran un atractivo turístico mundialmente admirado del cual se benefician todos los sectores económicos de la isla, sin que el viticultor perciba retribución por ello. Tenemos que asumir que algún día se tendrá que saldar la deuda históricamente contraída con los autores-responsables de mantener este paisaje único.

La agricultura en términos generales viene padeciendo un incremento constante en todos sus costes de explotación: mano de obra, agua, abonos, transportes y demás insumos; asimismo se han establecido nuevos controles administrativos que suponen para el agricultor más gastos todavía; sin embargo, por el lado de los ingresos, ni en el precio ni tampoco en las ayudas públicas se ha experimentado subida alguna.

Hasta ahora por la Consejería de Agricultura del Gobierno de Canarias se ha venido afrontando la pérdida de rentabilidad de los cultivos mediante la ejecución de acciones dirigidas a abaratar sus costes explotación. En esta línea se observa los grandes esfuerzos realizados en:   

-Incrementar la ayuda al tomate subiéndose la misma hasta los 15.000 euros/hectárea.

 -Fijar en los presupuestos del estado una cantidad para sufragar el coste del riego de agua agrícola en beneficio de los cultivos de regadío que asciende a ocho millones de euros anuales, y de la que han sido excluidas injustamente  las Islas de Lanzarote y La Graciosa en la última convocatoria.

-Incluir nuevos productos en el régimen de compensación al transporte de mercancías como ha sucedido con el plátano, aumentándose la ficha en diez millones de euros.

Es decir, todas las medidas adoptadas por la Consejería, (unas veces -vía Bruselas- a través de modificaciones del POSEI, y otras por partidas recogidas en los Presupuestos Estatales), están dirigidas a disminuir los costes de otros cultivos para así garantizar su rentabilidad; mientras, se constata que con la viña no ha sucedido lo mismo, por lo que se hace preciso establecer una mayor dotación en su línea de ayuda para evitar su progresivo abandono y  por ende su pérdida irreparable como sector económico. 

La viña ha venido padeciendo una secular falta de atención que debe ser corregida, pues su subvención se abona de forma fraccionada y siempre con retraso que a veces ha llegado a ser de varios años. Actualmente en Lanzarote, como una prueba del lamentable trato dado al sector, hay más de seiscientos viticultores que no han percibido sus ayudas por el anormal funcionamiento del Registro Vitícola de la Consejería de Agricultura. Al día de la fecha, según información facilitada por el Consejo Regulador, se han presentado una treinta de recursos contenciosos-administrativos contra la Consejería reclamando el pago de la ayuda.

Por otro lado, sigue teniendo su cuantía estancada en 1.650 euros/hectárea (aunque en la última revisión del POSEI se acordó elevarla a 1.800 euros, cantidad que sigue siendo claramente insuficiente), y qué para ser cobrada en su integridad se debe acudir al auxilio del estado.

En la fijación de una compensación a la viña se debe tener en cuenta tanto la variabilidad anual de las cosechas como sus costes reales. Todo ello, con el objetivo final de que los agricultores vean no solamente cubiertos sus gastos de explotación, sino para que además puedan aspirar a obtener una mínima ganancia por la comercialización de sus cosechas, lo que posibilitaría el relevo generacional con la  incorporación de jóvenes atraídos ante las perspectivas económicas que pudiera ofrecer esta actividad. 

No queda otra alternativa: o se incrementa la contribución a sufragar el coste del cultivo de la uva; o dicho cultivo mucho nos tememos seguirá sufriendo una lenta agonía y terminará por desaparecer, máxime cuando se tiene que hacer frente a grandes desafíos como el calentamiento global, a posibles situaciones de sequías extremas y a implementar medidas dirigidas hacia una transición ecológica que implicará la práctica de una viticultura más respetuosa con el medio ambiente. 

Ahora es el momento, porque mañana puede ser demasiado tarde, en que todos: Organizaciones Profesionales Agrarias, Consejo Regulador de la D.O.  Vinos de Lanzarote y Responsables Públicos Insulares debemos arrimar el hombro y luchar para que el cultivo de las parras no se pierda en Lanzarote.

Firmado: Consejo Insular de Lanzarote de PALCA-LA UNION.

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GRAN ARTICULO LLENO DE SENTIDO COMÚN Y DE JUSTICIA

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