El pasado viernes, los servicios municipales repartían sacos de arena en la ciudad, como en las capitales cuando hay conflictos bélicos. Observando dónde los dejan, podemos apreciar que se conocen los lugares en los que no se ha intervenido para eliminar o minimizar riesgos de inundación.

El alcalde de la capital, ciertamente, debe andar doblemente preocupado, pero seguro que se le pasará enseguida. Primero, porque con el riesgo de lluvias llamó a la vecindad para que no estacione sus vehículos en zonas sensibles de la ciudad, y segundo, porque desde que llovió la última vez, aquí no ha cambiado nada como para que lo que se inundaba, deje de hacerlo. Es probable que el Ayuntamiento no cuente con recursos económicos para proceder a acciones de mejora de las infraestructuras en esas “zonas sensibles”, y es más probable que el dinero que cuesten esas intervenciones se haya ido por la alcantarilla entre verbenas, conciertos y todo tipo de festejos. Matizo, sí a las fiestas, pero atendiendo a lo que podamos gastar que es muy diferente a vivir por encima de nuestras posibilidades. La pena es que cuando se desborden las alcantarillas por las lluvias, el dinero dilapidado no saldrá por ellas.

Respecto a las zonas sensibles, no las ha identificado, y no lo ha hecho porque nos sabe perfectamente instruidos, pues son las mismas de siempre. Ni se ha molestado en señalarlas porque le debe dar algo de vergüenza verbalizar cuáles son: “vecinos y vecinas, cuando se les pase la resaca del carnaval, por favor, no aparquen sus vehículos por Manolo Millares, ni por Canalejas, ni por Dr. Juan Negrín o por la zona del Charco; no pasen por cuatro esquinas ni por Hermanos Zerolo; vayan en piragua por La Plazuela,” y suma y sigue. Se ha limitado a pasar por prudente y responsable y a movilizar, que eso lo ha hecho bien, a los cuerpos de seguridad. Le falta solicitar, en un bando semanal, que no se tiren compresas, condones, ni cacharrería por la taza del váter.

Realmente no seríamos justos si a la falta de eficacia y de responsabilidad de este alcalde, no sumáramos la de su antecesores, también del PP, del PSOE, de CC, y si seguimos para atrás, otra vez lo mismo, PSOE, CC, PP, no exactamente en ese orden. Vano consuelo.

Esta Semana Santa nuestras imágenes podrían salir en chalana, sería total, al menos incorporamos un plus para ver si recuperamos público para estas actividades religiosas con enorme dimensión cultural, y así, los turistas se llevarían una experiencia de esto que llaman “destino” y que se publicita como “Canarias destino” o “destino somos todos”. Es la primera vez que me llaman destino y no sé cómo reaccionar. Me restan la humanidad y me convierten en un espectáculo que no deben perderse. Más tontos y no nacen.

Declaro que somos una ciudadanía tolerante con los irresponsables, paciente, espectadora silenciosa del circo de lo público, que traga con lo que sea, un poco dejada, un tanto incívica con nuestros residuos, poco comprometida con el buen uso de la taza del inodoro, con poca querencia por la ciudad y muy dada a quejarse por todo. Realmente, yo me lamento de los déficits de nuestros gobernantes, pero esto es una tarea compartida, Ya sé que si nosotros queremos y ellos no quieren, no hay nada que hacer, pero también es cierto que no mostramos que queramos nada, al menos, fuera de la mesa con la cervecita o el café.