En el año 2003, a José Vizcaíno le encargó el Ayuntamiento de Teguise catorce obras en edificios o instalaciones municipales. Se las encarga de forma verbal, sin expediente de contratación, aunque el empresario argumenta que así es como se hacían todas las obras entonces. El caso es que las obras se hicieron, o al menos, el propio Ayuntamiento reconoce que se hicieron. El montante total suma 188.000 euros y, once años después, Vizcaíno no ha cobrado ni un euro.

En mayo de ese año el PIL acababa de ganar las elecciones. Gobernaba en Teguise, con Juan Pedro Hernández, y en el Cabildo, con Dimas Martín, aunque Hernández, hoy parlamentario por CC, repetía aquí como consejero. Unos meses más tarde, en diciembre, el alcalde o el teniente alcalde, Domingo Cejas, certifican, factura por factura, que las obras se han ejecutado por parte de Vizcaíno a través de un convenio con la Consejería de Obras Públicas del Cabildo. Eso es lo que se había acordado: que las obras las pagaba el Cabildo a través de una partida denominada “Colaboración con los municipios de la Isla”. Pero no fue así. En enero de 2004, Dimas Martín entra en la cárcel siendo presidente del Cabildo, y la cosa se complica.

Las certificaciones de alcaldía tienen el sello del Registro de facturas aunque no aparece el número de las facturas registradas. En marzo de 2004 el Ingeniero municipal emite un informe por cada factura en el que dice que a petición del alcalde ha comprobado que los trabajos coinciden con los que se relacionan en las facturas expedidas, señalando el número, la fecha y el importe, y añade: “para que conste a efectos de presentarse en el Cabido insular de Lanzarote”.

En 2006, el empresario realiza una reclamación al prepuesto de Teguise solicitando que se incluya una partida para pagarle, y en 2009 se llevó a pleno el reconocimiento extrajudicial de crédito. No se aprueba. Al día siguiente se votaba una moción de censura contra el alcalde, José Dimas Martín, del PIL, para poner de nuevo a Juan Pedro Hernández, con el apoyo del PSOE, pero esta vez en las filas de CC.

Un año más tarde, en julio de 2010 se debate también en pleno una reclamación al presupuesto y el Interventor dice que no es una reclamación porque no hay una obligación reconocida y que debería haber primero un reconocimiento de crédito. CC dice en ese pleno que los informes están hechos, como las obras, y el Interventor añade que “dada la antigüedad de las facturas” y que las obras se hicieron en dependencias municipales, “no queda más que el reconocimiento de crédito o que vayan a los tribunales y nos obliguen a pagar”.

Pero a los tribunales ya habían ido. Vizcaíno había demandado al Cabildo, no al Ayuntamiento, y pierde. La sentencia, firme, dice que no hay acreditación del contrato sino una certificación de Secretaría del Cabildo, en enero de 2007, que dice que no hay ni convenio ni acuerdo con Teguise para hacerse cargo de esa cantidad y reconoce que los trabajos se hicieron por cuenta y encargo del Ayuntamiento de Teguise.

Ayuntamiento y Cabildo se derivan la responsabilidad de abonar las facturas

Sin embargo, el que era ingeniero jefe de la Consejería de Obras Públicas del Cabildo, José Manuel Fiestas Coll, decía lo contrario. Envió casi todas las facturas a Intervención para que iniciaran el expediente de reconocimiento de crédito, y utiliza una fórmula inaudita en la Administración: “Al parecer- dice- dichas obras fueron ordenadas en su realización por el consejero de obras públicas del anterior legislatura, habiéndose gestionado por el Ayuntamiento de Teguise todo ello con cargo a una partida presupuestaria llamada “Colaboración con municipios de la Isla”. El consejero al que alude era Celso Betancort, presidente del PIL en ese mismo periodo.

Y llegamos al final. Vizcaíno pidió que se incluyeran sus facturas en el plan de pago a proveedores pero el actual alcalde le contesta que esas facturas no constan en los registros del Ayuntamiento, a pesar de que sí se hacía referencia a ellas en los informes del Ingeniero jefe. Ahora, reclama  de nuevo la cantidad en los tribunales pero en esta ocasión al Ayuntamiento.

Cosas de partido

Vizcaíno era afilado del PIL desde los años noventa. Quien le encarga los trabajos era alcalde de Teguise, del PIL, y quien se suponía que debía pagar era el presidente del PIL, Celso Betancort, como consejero de obras públicas, o el presidente del Cabildo, Dimas Martín, para quien Vizcaíno también hizo obras en inmuebles particulares y que tampoco ha cobrado o al menos no en su totalidad. Vizcaíno asegura que no ha vuelto a trabajar para la Administración y que está en la ruina. En abril de 2010 le detuvo al UCO acusándole de facilitar que Dimas Martín ocultara su patrimonio, blanqueando capitales mediante la compraventa de sociedades a su nombre, unos hechos que niega.

Encargos

Restauración de la ermita de Caleta de Famara: 16.400 euros

Reforma del bar del Complejo agroindustrial de Teguise: 11.475

Pintura en la Iglesia de Guatiza: 16.356

Márgenes de la carretera de Costa Teguise: 17.849

Reforma de la vivienda de Domingo García: 19.000

Foso de tiro en el Campo de tiro de Tahíche: 26.000

Obras en la Sociedad del Campo de tiro de Tahíche: 2.325

Jaula para la Gallera del volcán de Tahíche: 9.621 euros

Cierre de la escombrera de Famara: 11.743

Limpieza de la carretera de Costa Teguise: 4.259

Reparación y adecentamiento de la zona de cuadras del Complejo agroindustrial de Teguise: 12.000

Limpieza de la playa de San Juan en Caleta de Famara: 15.740 euros

Reforma de la oficina de la quesería en el Complejo agroindustrial: 9.325 euros

Pintura en parque y jardines en La Graciosa: 16.423