TRIBUNALES

Una huella delató al ‘Guati’

Uno de los protagonistas de la peligrosa huida de la Policía por las calles de Arrecife, condenado a casi cuatro años de cárcel por robar en una vivienda habitada y llevarse el coche

Secuencia de la última detención del ‘Guati’ en la calle Triana, en septiembre.
M. Riveiro 0 COMENTARIOS 10/12/2018 - 05:48

Se le conoce como el ‘Guati’. El pasado mes de septiembre protagonizó una peligrosa huida de la Policía Nacional por las calles de Arrecife junto a un cómplice, que también fue detenido. La persecución terminó con el coche que había robado volcado en plena calle Triana, un miércoles por la tarde. Las imágenes subiéndose al techo del vehículo, tratando de escapar de los agentes, dieron la vuelta al país en los telediarios de aquella noche.

Cuando se produjo aquella persecución de película acababa de ser condenado por robar en una casa y llevarse un vehículo. Apenas tres semanas después, la Audiencia Provincial confirmó la condena del Juzgado de lo Penal número 3 de Arrecife a tres años y nueve meses de prisión.

Una huella dactilar en una ventana le delató. Según la sentencia, confirmada por la Audiencia, entre las 23.30 horas del 15 de noviembre de 2016 y las 5.30 horas del día siguiente, José G.R.A. acudió a una vivienda situada a apenas 100 metros de los Juzgados de Arrecife. Forzó una de las ventanas que da al exterior, se introdujo en el domicilio, se apoderó de las llaves de un vehículo todoterreno y se dio a la fuga. El vehículo apareció un día después en un descampado de la calle Triana de la capital. Una testigo lo había visto circular a toda velocidad por el municipio de Tías.

El ‘Guati’ fue condenado por robo con fuerza en las cosas en casa habitada. El Juzgado consideró probado el delito por una prueba directa: la huella del dedo anular de su mano izquierda, que se encontró en la parte exterior de la ventana corredera de la casa.

Un estudio dactiloscópico no dejó dudas de que era suya. Y, en el juicio, ofreció una versión “poco o nada convincente” de qué hacía su huella en la ventana que precisamente había sido forzada y por la que se accedió al interior del inmueble para robar las llaves del vehículo, que estaban dentro del bolso de la dueña del todoterreno.

Así, dijo que había pasado aquella noche por la casa y que se apoyó en la ventana “para mirar hacia dentro sin más y sin llegar a entrar”. Su defensa argumentó que no había huellas del acusado en el interior de la casa ni tampoco en el vehículo.

En cambio, tanto el Juzgado de lo Penal como la Audiencia subrayaron “el valor de las huellas dactilares como indicio de especial relevancia incriminatoria”. En la sentencia se resalta que el acusado no tenía “explicación racional alguna” sobre su presencia en la vivienda y su huella en la ventana forzada. Su versión de que “pasó por esa casa y se apoyó en la ventana es del todo inverosímil”, recalca la sentencia.

“Es increíble que, además del acusado, ese mismo día y en esa pequeña franja horaria, alguien que no fuera él y que no dejó huellas fuera el que finalmente entrara en la vivienda tras forzar la ventana”, subraya en la sentencia la magistrada Aitziber Oleaga.

El agente de la Policía Nacional encargado de la inspección ocular que reveló las huellas explicó que “si no se encontraron más huellas en el interior de la vivienda es porque no buscaron”, ya que el “protocolo” de actuación es buscarlas donde saben que van a encontrarlas, en este caso la ventana forzada.

El acusado mintió en el juicio: dijo que la ventana de la casa estaba abierta, cuando “no solo estaba cerrada” sino que también se encontraba así la contraventana, tal y como declaró la residente en la vivienda y dueña del vehículo robado.

Reincidencia

En la condena se tuvo en cuenta la circunstancia agravante de reincidencia. Con 35 años, acumula varias condenas: 15 meses de prisión por robo con fuerza, dictada en marzo de 2009, “otras muchas de fecha anterior por delitos contra el patrimonio”, y otras más recientes, como una de abril de 2014 por conducir sin permiso, otra de abril de 2015 por un delito de resistencia a los agentes de la autoridad y una más de febrero de 2018 por un delito de coacciones.

Entre el robo con fuerza por el que ha sido condenado a casi cuatro años de cárcel y el caso de la persecución policial por las calles de Arrecife hay ciertas similitudes. El Juzgado de Instrucción número 2 de Arrecife ordenó su ingreso en prisión provisional por robo con fuerza, robo con violencia, conducción temeraria, conducción bajo los efectos de sustancias estupefacientes, atentado a la autoridad y falsedad documental.

Según la investigación hay indicios de que también entró a la fuerza en una vivienda y se apropió del vehículo que estaba estacionado en el garaje, de que modificó la matrícula del coche y de que robó un bolso por el método del tirón. En la persecución se saltó semáforos en rojo, se salió de la carretera y ofreció resistencia a su detención.

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