SOCIEDAD

Talento en fuga

Muchos jóvenes de Lanzarote abandonan la Isla sin billete de vuelta por falta de oportunidades formativas y laborales

Arume Korujo, gastrónoma.
Myriam Ybot 3 COMENTARIOS 02/08/2020 - 07:58

Llenan las aulas de colegios e institutos, obtienen éxitos deportivos y académicos, se reúnen en las playas y atestan las verbenas veraniegas. Pero aunque pudiera parecer que Lanzarote colma las expectativas de felicidad de la juventud, una parte importante de este colectivo se ve obligada a dejar la Isla para completar sus estudios y desarrollar sus vocaciones profesionales. Y una vez fuera, el camino de vuelta a casa no es sencillo.

Sin que el asunto tenga que ver con el virus de impacto mundial, la pirámide poblacional de residentes en Lanzarote se adelgaza a partir de los 18 años, momento en el que los jóvenes continúan con la formación superior al término del Bachillerato, en su mayor parte fuera de la isla.

Esta realidad no se refleja en los padrones municipales por las ventajas económicas de la residencia en Canarias, que permite al estudiantado desplazado viajar a las islas con un descuento general del 70 por ciento en el precio de los vuelos desde la península.

Sin embargo, las listas de solicitud de ayudas al desplazamiento, -solo en Arrecife se concedieron el año pasado más de 450 becas para el curso 2018-19-, ofrecen una idea aproximada del número de jóvenes que abandona Lanzarote para formarse y que en muchos de los casos no regresa a establecerse de nuevo.

La falta de opciones laborales y un mercado fuertemente especializado, junto a la ausencia de oferta formativa en las nuevas profesiones vinculadas a la investigación o las tecnologías, esconden las razones de esta diáspora, que desangra las posibilidades de un mayor y mejor progreso insular.

“Ni la Formación Profesional en Canarias ni la FP Dual están recibiendo toda la atención que merecen y que necesita nuestra sociedad para lograr la diversificación económica que tanto deseamos. Esta formación es estratégica para responder al mercado laboral pero también para transformarlo”, señala el presidente de la Cámara de Comercio de Lanzarote y La Graciosa, José Torres.

Para que las empresas de la nueva economía funcionen, necesitan talento, -asegura el empresario. Y considera que aunque algunos de esos jóvenes, ya convertidos en profesionales, vuelvan a la isla después de estudiar fuera, las carencias siguen siendo notables.

“Es muy sencillo” -zanja: “Si mejoramos nuestra oferta formativa y la mantenemos viva y atractiva, si conseguimos que se adapte en todo momento a la realidad social, si la liberamos de su estructura paralizante, motivaremos un emprendimiento innovador que a su vez generará nuevos empleos y permitirá que nuestros talentos se queden”.

Por otro lado y según revela el IV Informe Young Business Talents sobre las actitudes y tendencias de los jóvenes preuniversitarios españoles, la juventud canaria es la más proclive del Estado a mudarse de comunidad autónoma para continuar con sus estudios. El cien por cien de los tinerfeños encuestados mostró su disposición a salir del archipiélago y en un elevado porcentaje, del 90,29 por ciento, coincidieron en su respuesta los residentes en Las Palmas de Gran Canaria. Y en pos del objetivo de la promoción laboral, al igual que hicieron sus ancestros emigrantes, más del 85 por ciento de los jóvenes trabajadores de las islas abandonaría el país si su desarrollo profesional lo requiriese.

Razones de peso

Son las dificultades de formación y progreso laboral las esgrimidas por varios representantes de esta generación para justificar la mudanza de su isla natal. El actor Roberto Cabrera recuerda que su profesión como tal es inexistente en Lanzarote, “porque no hay una industria audiovisual ni un circuito de teatro como tal”. “Me parece una lástima que no se invierta en crear un tejido profesional para que el talento de la tierra pueda vivir profesionalmente. Lanzarote en sí es un decorado natural y talento sobra, sólo hace falta que se apueste por ello”.


Roberto Cabrera, actor. 

El monocultivo del sector Servicios es el gran escollo a salvar por los jóvenes consultados, que insisten en la inexistencia de oportunidades. Eire Auyanet asegura que “durante la carrera y en diversas ocasiones busqué trabajo como copy en Lanzarote y no solo escaseaban las agencias sino que la figura del redactor publicitario parecía inexistente”.

De la misma manera, Arume Korujo y Alicia Pérez explican respectivamente que no hay en el territorio insular ni empresa de las características de la que da empleo a la gastrónoma ni centros de investigación como el que acoge los esfuerzos de la bióloga.

Daniel Espino cierra el círculo al argüir que aunque hubiera podido trabajar a distancia desde Lanzarote, nunca hubiera sido en una empresa grande, como Google. “Hay falta del talento necesario para crear un entorno tecnológico desarrollado en la isla. Con esto me refiero a que se necesita superar un punto crítico de personas formadas y motivadas, o si no, todos los esfuerzos para crear una cultura de investigación y desarrollo tecnológico se anquilosan rápidamente”. Es el proverbial pez que se muerde la cola: para fijar a los profesionales a la tierra hace falta apostar por un entorno profesional previo.

Salir del nido

Si en algo coinciden todas las voces es en la importancia de la experiencia de la formación fuera de casa, tanto por las oportunidades que se abren como por las propias vivencias. Para Cabrera, cuando se cumple la mayoría de edad se abre una etapa en la que es natural que los jóvenes busquen salir del nido y formarse. “En mi profesión, por ejemplo, suele ser en las grandes ciudades como Madrid o Barcelona donde se concentran las mejores escuelas de teatro. Puede ser una experiencia muy valiosa, siempre y cuando hubiera después la posibilidad de retornar a la isla para desarrollar y enseñar lo aprendido”.

Eire Auyanet también apunta a las enormes posibilidades de formación que se ofrecen fuera de las fronteras insulares: “En Lanzarote las opciones de estudios son muy limitadas, no solo en grados universitarios, también en ciclos formativos y cursos, lo que obliga a salir. Fuera está el infinito, inimaginable en su variedad, en su nivel y en su atractivo. Es como el parque de atracciones de la especialización profesional”.

Igual de taxativa se muestra la bióloga Alicia Pérez, al afirmar que dejar atrás la isla es para los jóvenes “una necesidad”, “para que amplíen las barreras mentales, culturales y de formación que se presentan en una sociedad reducida como la nuestra; porque cuanto más abiertos seamos desde jóvenes, más podremos aportar en la mejora y modernización de nuestra tierra en todos los ámbitos”.

Arume Korujo -con una innovadora K en el apellido, sintomática de sus ganas de cambiar el mundo- asegura que es normal que la gente deje la isla “en busca de nuevos currículos académicos que abran las puertas a desarrollar las nuevas profesiones, generadas a raíz de las necesidades que este tiempo demanda”. Por lo tanto, opina que es esencial incentivar en los jóvenes las ganas de crecer, evolucionar y salir a ver el mundo. “Lo que iría en detrimento del progreso y del desarrollo de la isla sería que los jóvenes no tuviesen ganas de irse, para volver con las herramientas de progreso para Lanzarote”, apunta.

Lanzarote es un territorio, -explica Daniel Timón, “pequeño, con relativamente poca gente, donde es fácil acabar inmerso en una burbuja cultural y social olvidando que hay un mundo entero ahí fuera”. Coincide con el resto: “es preferible que los y las jóvenes salgan, se formen, se llenen de ideas, conozcan gente y lugares diferentes, crezcan... Y luego vuelvan y compartan lo que han descubierto y vivido”.


Alicia Pérez, bióloga molecular.

Los caminos de vuelta

Revertir la situación no es tarea fácil, dadas las circunstancias insulares, aunque los portavoces de esta generación joven se atreven a formular líneas estratégicas que podrían ser el borrador de un programa futuro de recuperación del talento perdido.

La científica Alicia Pérez analiza los factores y dicta una conclusión racional y lógica: “Está claro que las limitaciones son las que son y que la isla no esta preparada para ofrecer todas las opciones de formación que nos gustaría; que si persigues la excelencia, tienes que salir... Para poder retornar e invertir todo lo estudiado y aprendido, habría que avanzar en los modelos económicos y de explotación de la isla, apostando no sólo por el turismo sino por la investigación”. Timanfaya es su ejemplo de sitio de alto interés científico que podría actuar como polo de atracción.

Con la vista puesta en las peculiaridades de su oficio, Roberto Cabrera considera que la mayoría de ciudades de España tienen un problema parecido respecto a la industria audiovisual y teatral, que tiene que ver con una inversión precaria o directamente inexistente. Y puntualiza: “Talento en Lanzarote hay de sobra; sólo hay que ver el éxito de muchos artistas locales tanto dentro de España como en el extranjero. Lo que falta, yo creo, es que por parte del sector público se apueste y confíe en los artistas que han demostrado su valía y para eso se necesita financiación y medios, para que puedan desarrollar su trabajo a Lanzarote. Así se iría creando un tejido profesional en el que además los jóvenes tendrían modelos de referencia en los que inspirarse y de los que aprender si en un futuro decidieran optar por una disciplina artística”.

El ingeniero informático Daniel Espino también acude a su profesión para responder acerca de las soluciones a la fuga de los jóvenes profesionales, al proponer la creación de startups o incubadoras de empresas, iniciativa que considera fundamental “y ni mucho menos, novedosa”. “Solo alcanzaremos el punto crítico en la cantidad de talento necesario si atraemos a la isla a gente de fuera. Muchas empresas podrían estar interesadas en tener oficinas permanentes o por tiempos limitados en la isla. Y adicionalmente, tratar de captar graduados de diferentes carreras en diferentes universidades de España podría ser también una buena estrategia. ¿Quién no querría trabajar por unos meses en el paraíso?, se pregunta.

Mientras que Eire Auyanet apuesta por la ampliación de la oferta formativa insular, “que a su vez permitiría el desarrollo de nuevos nichos de empleo”, Arume Korujo insiste en las bondades de la formación exterior, siempre que se implementen cauces para el camino de vuelta.

“Se deberían generar iniciativas para ayudar a los más jóvenes a salir de la isla a formarse profesionalmente, aprender otras culturas, otros idiomas, otras formas de vida... Y luego habilitar mecanismos para el regreso con todo este conocimiento y cultura adquiridos tras andar por el mundo, contribuyendo así al progreso de la isla con una visión más curtida y mejor”, propone la gastrónoma.

El regreso en lontananza

Volver a casa, al paraíso dibujado por Espino Timón, es casi un sueño que los cinco jóvenes entrevistados prefieren no acariciar. En el caso de las chicas, la falta de oportunidades en el campo de la Publicidad que enamora a Eire, de la investigación culinaria en el caso de Arume y de la ciencia, en el de Alicia, es una infranqueable a corto y medio plazo, aunque esta última no se resiste a manifestar que “el sentimiento y las ganas de volver siguen ahí, donde se encuentra mi familia y mis amigos y siempre me queda la esperanza de que volveré”.

Roberto no tiene la menor duda de que, de ser posible, buscará el camino de regreso: “Me encantaría poder vivir en Lanzarote en un futuro. Soy isleño, allí tengo a mi familia, a mis mejores amigos. Todo eso se echa mucho de menos viviendo en una gran ciudad como Madrid”. Para Daniel, es complicado y por tanto escapa con un ni sí ni no, ni blanco ni negro: “¿Desearía volver...? Supongo que sí, pero otra cosa es que sea la mejor opción para mí, por temas laborales, de salud, sociales... Quién sabe, quizás lo haga en los próximos años”.

Roberto Cabrera Cabrera, actor

Roberto Cabrera se formó en la prestigiosa escuela de Juan Carlos Corazza, en Madrid y ha compaginado sus estudios de Derecho y Psicología con trabajos en diferentes cortometrajes, vídeos musicales y programas de televisión. En “Efímera” (2010), bajo la dirección de Javier Macipe, obtuvo el premio 'Paco Rabal' al mejor actor en el Festival SCIFE de Zaragoza y mención especial del jurado a la mejor interpretación masculina en el Festival de Delicias. A raíz del cortometraje “Gastos Incluidos” (2019) ha recibido premios a mejor interpretación en el Festival de Cine de Fuentes de Ebro (Zaragoza) y en el Festival de Cine de Comedia de Tarazona y el Moncayo “Paco Martínez Soria”.

Eire Auyanet Ybot, creativa publicitaria

Eire Auyanet es graduada en Publicidad y Relaciones Públicas en la Universidad Complutense de Madrid. Ha desarrollado su trabajo en las agencias Best Comunicación y Neolabels, en las funciones de community manager (gestión de redes sociales) y copywriter (redacción creativa). En la actualidad forma parte del equipo de Baldosas Amarillas, una agencia con clientes como Starbucks o Grupo VIPs. Con su participación, Baldosas Amarillas ha logrado varios reconocimientos por campañas autopromocionales (El Texto Alternativo) y proyectos de marca, como los recibidos en varias categorías por la campaña de verano de VIPS 2019 en el Smile Festival.

Arume Korujo Valido, gastrónoma

Arume Korujo es graduada en Gastronomía y Artes Culinarias por la Basque Culinary Center de San Sebastián. Comenzó pronto a colaborar durante los veranos en la escuela de música familiar y ha realizado prácticas en distintos restaurantes de Lanzarote, Las Palmas de Gran Canaria, San Sebastián y Barcelona. Trabaja en Kitchen Theory (Londres), un estudio de diseño especializado en desarrollar experiencias gastronómicas multisensoriales e inmersivas, basadas en la investigación sobre psicología sensorial, en colaboración con la Universidad de Oxford. Su contrato como Ejecutiva de Operaciones le ha dado la oportunidad de trabajar con marcas como Samsung, Siemens, Audi, Baileys o Google.

Alicia Pérez Hernández, bióloga molecular

Alicia Pérez es graduada en Biología, Máster en Biotecnología y doctoranda en Biología Molecular, todo ello cursado en la Universidad de La Laguna (Tenerife). Su desarrollo profesional se ha especializado en la investigación de laboratorio del hongo fitopatógeno Botrytis cinerea con el fin de desarrollar una vacuna para cultivos que evite o restrinja el uso de sustancias químicas. Sus resultados han sido publicados en dos artículos científicos de carácter internacional, del primer cuartil y con un buen índice de impacto. El primero es de acceso abierto online en la revista Frontiers In Microbiology y el segundo se encuentra a la espera de publicación digital.

Daniel Espino Timón, ingeniero informático

Daniel Espino es graduado en Matemáticas e Informática por la Universidad Politécnica de Madrid con beca de Excelencia en el primer curso. Gracias al programa Erasmus se desplazó a Lausanne (Suiza) donde completó su formación en la Escuela Federal Politécnica. En ambas universidades fue reconocido con contratos como Research assistant (ayudante investigador) en distintos laboratorios, excelentes resultados académicos y la nota máxima en el proyecto de fin de Máster . Entre los años 2016 y 2019 trabajó para la empresa Google en Zurig (Suiza) en funciones de Site Reliability Engineer por las que recibió evaluaciones muy positivas.

Comentarios

Vaya, vaya...y yo creyendo lo que decían una artista local (grancanaria eso sí) y una tatuadora con su amigo surfista (brasileño) en Viajeros Cuatro: que Lanzarote es un paraíso. Un paraíso sin manzanas ni árboles, sin futuro para las generaciones actuales. Deberían poner el letrero que había en el Inferno de Dante: Lasciate ogni speranza"...
Que manía de vender el mantra de que se tienen que ir.... salir no es malo coño, estudiar fuera tampoco y trabajar en los centros donde se cuecen las cosas tampoco. Lo que es malo es olvidarse de las islas y no regresar algún. A ver si nos enteramos que la isla no tiene peso para tener centros de referencia en investigación y estudios. Lo que si tiene que mejorar es el gobierno de canarias becando a los que salen con expedientes brillantes, no a todo quisque sino a los que se han esforzado.
Coto privado de políticos inútiles, corrupción, saqueo de lo público , nepotismo, clientelismo, socialismo, Podemismo , pateras, paro, drogas... solo los tontos y los cautivos se quedan.

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