“Ningún arte traspasa nuestra consciencia y toca directamente nuestras emociones, profundizando en los oscuros habitáculos de nuestras almas, como lo hace el cine”. Esta frase de Ingmar Bergman abre el dossier de Humo, el que ya es el quinto cortometraje de Shelma Zebensuí.

La alusión del cineasta sueco a la emoción humana parece definir el trabajo de Shelma, iluminador de profesión, que ha alcanzado un personal sello estético y narrativo, donde la ausencia de voz y el protagonismo de la imagen y la música se encargan en solitario de trasladar sus historias. Su estilo abre infinitas posibilidades de interpretación al espectador.

“En Abrazo fue muy curioso”, explica el autor, en referencia a su anterior corto, el primero realizado por crowfunding (mecenazgo popular) en Lanzarote. “Quienes lo vieron sacaron conclusiones distintas, e incluso opuestas, visiones que yo ni siquiera había imaginado. Fue muy gratificante”, explica el director.

Shelma Zebensuí.

Humo (Producción Ficticia) vuelve a centrarse en la mujer, incluso encaja en el actual debate igualitario, aunque refleja la peor cara del sistema. Seis actrices de todas las edades dan vida a una figura femenina que evoluciona en medio de la humareda que llena el espacio, en una “metáfora”, como ha definido Tomás Pérez-Esaú, que participa en el corto como productor: “El cine como figura retórica, como puente de comunicaciones, antes que nada es eso, una metáfora: una relación semiótica libre, una representación con sentido. El uso artificial del tiempo narrativo nos permite un juego de paralelismos sin límite. Una metáfora para ver y nombrar la realidad: el pensamiento, sin hacer uso de la palabra. En Humo, vemos, en sucesivo vaivén, un movimiento de aproximación y alejamiento convertido en danza ritual que acabará desvelando la fuente del propio movimiento y su hacedor”.

Con guión y dirección de Shelma Zebensuí, participan en la cinta, de cuatro minutos y medio de duración, las actrices Famara y Adassa Ferreiro, Nayara Sancristóbal, Carmen R. Lemes, Neri Crespo y Miren Edurne Vázquez y el actor Bonfilio Martínez, junto a profesionales de distintos ámbitos de la música, la danza, la caracterización, la producción, el diseño o la dirección de arte. El rodaje se llevó a cabo en el teatro municipal de Tías.

Universo femenino

Aunque el universo femenino ha sobrevolado siempre la creación de este realizador, Shelma asegura que en Humo no hay una oportunidad argumental forzada. “La idea rondaba en mi cabeza desde hace varios años. Siempre me ocurre lo mismo, manejo varios proyectos que van tomando forma a lo largo del tiempo. Por ejemplo, ya sabemos cuál será nuestra siguiente propuesta, que tampoco es una idea reciente”, explica el realizador.

En esta ocasión, la financiación ha sido propia, después de la experiencia del micromecenazgo, que Shelma califica directamente de “éxtasis ininterrumpido” por las sinergias y contactos que se crearon durante el proceso de realización. “Una de las mejores cosas de Abrazo fue el acceso al patrocinio empresarial. Tuvimos dos mecenas muy importantes y eso ha abierto la puerta a la colaboración de otras entidades, como es el caso, ahora, de Rancho Texas. Hay empresas que quieren apostar ya directamente por la cultura, que quieren ver su marca asociada a la creación artística, en unos títulos de crédito”, indica el director de Humo.

De hecho, en Producción Ficticia están trabajando por la autonomía financiera con respecto a las administraciones, “y evitar, así, las servidumbres burocráticas de las ayudas institucionales, que condicionan desde plazos hasta el adelanto económico, para cumplir con los requisitos que, lógicamente, conlleva el acceso al dinero público”, explica Shelma.

Premios

Abrazo abrió la senda a la autofinanciación y tuvo un exitoso recorrido por festivales nacionales, logrando el premio en su categoría en el ABYCine de Albacete, menciones en los festivales de La Palma y Lanzarote y la selección en concurso en el Festival Internacional de Cine de Las Palmas de Gran Canaria. Esta última cita, recordada con especial cariño por el equipo, que comprobó “la profesionalidad y el cuidado con el que se trata a los realizadores canarios en este certamen”.

En el currículum de Shelma Zebensuí ya se cuentan cinco trabajos: La luz, Bucle, Bonita, Abrazo y Humo. El predicamento de los cortometrajes en el circuito se ciñe casi exclusivamente a la exhibición o concurrencia a festivales, aunque con la nueva cinta Producción Ficticia pretende acceder a las salas de cine de Canarias, para que se proyecte antes de la película programada.