La Red de Solidaridad Popular (RSP) es “una respuesta ante los ataques del sistema y una situación de emergencia social”. Ismael González, coordinador de la Red, presentó en Arrecife la RSP, que es una iniciativa que ya funciona en lugares como Galicia, Madrid, Cantabria, Castilla La Mancha, Andalucía, Extremadura, Valencia, Cataluña, Aragón y Jinámar, en Canarias.

González explicó que es una respuesta a la “estafa, que no crisis” y la pérdida de derechos entre las clases populares, con un 26 por ciento de paro de media y 12 millones de personas por debajo del umbral de la pobreza, con 2,2 millones de niños y niñas por debajo de ese umbral, el segundo país de la UE en pobreza infantil sólo por detrás de Rumanía, y más de un millón de hogares sin ingresos.

Señaló que la RSP es la respuesta a un pacto neoliberal que empezó por poner por delante el pago de la deuda a los derechos de los ciudadanos, lo que significó una ruptura del pacto social. Dijo que la oligarquía económica ha iniciado un proyecto constituyente sin consultar a los ciudadanos.

Esta Red se encarga de organizar esa solidaridad a través, básicamente, de cuatro programas: de soberanía alimentaria (con la solidaridad de alimentos o con huertos urbanos), de apoyo a la enseñanza pública (organizando clases de apoyo a aquellos niños que las necesiten), con boticas solidarias para ayudar a comprar medicinas a las personas sin recursos, y también de apoyo jurídico para aquellos que sufren represión por sus luchas contra el sistema.

La Red, creada en abril de 2013, aporta una web (consultar aquí), que aporta una metodología para trabajar y en la que se pueden poner en contacto aquellas personas interesadas con el núcleo de personas que está iniciando el proyecto en Lanzarote. González estuvo acompañado en su presentación por dos miembros de Izquierda Unida, Toni Vidal y Verónica González.

Es "lamentablemente un proyecto a largo plazo, con vocación de desaparecer"

Según Ismael González, la RSP intenta huir de la caridad y de las colas de personas esperando por alimentos para recuperar la dignidad de las personas, y se basa en “yo doy, yo recibo”.

La Red se organiza en cada lugar dependiendo del análisis de las necesidades y es “lamentablemente un proyecto a largo plazo, aunque con vocación de desaparecer”, y parte de la autoorganización desde la base. “No queremos suplir ninguna experiencia existente”, señaló González.