La última denuncia fue el 30 de noviembre. Un vecino de Güime llamó a la Policía Local, pasada la una de la madrugada, por los ruidos que venían del movimiento de maquinaria pesada de la cantera de Lanzagrava.

Allí se personó un agente, que comprobó que, efectivamente, se estaba trabajando a esas horas, cuando la ordenanza municipal de ruidos no permite trabajar al aire libre entre las ocho de la tarde y las ocho de la mañana, a no ser que se tenga autorización expresa, que no es el caso.

El Ayuntamiento, a raíz de esta nueva queja, ha vuelto a denunciar la extracción de áridos por parte de la empresa Lanzagrava, en esta ocasión ante la Agencia de Protección del Medio Urbano y Natural (Apmun) a la que le insta a iniciar un procedimiento sancionador al ser el organismo “competente” para intervenir en suelo rústico.

El conflicto viene desde 2013, cuando empezó a formarse el expediente, aunque en 1997 ya hubo un pleito entre el Ayuntamiento y la empresa por la explotación de los suelos. La cantera tenía una autorización inicial para unos terrenos, pero se ha extendido fuera de ellos.

San Bartolomé abrió un expediente que concluyó en abril de 2015 con una orden de precinto y el cese de la actividad de extracción de áridos. Era una medida cautelar, pero no se hizo efectiva.

Lo que ocurrió fue que el Ayuntamiento no tenía competencias sancionadoras ya que la competente es la Agencia de Protección del Medio Urbano y Natural, que debía haber iniciado un expediente sancionador en un plazo de quince días desde las medidas cautelares, pero no lo hizo.

Además, la empresa recurrió a la justicia ordinaria y ganó, precisamente por una cuestión de forma, porque el precinto no estuvo acompañado del procedimiento sancionador.

La cantera se explota desde los años ochenta y, según los cálculos del Ayuntamiento, en todos estos años se han extraído de la cantera de los Morros de Güime cerca de 1,8 millones de metros cúbicos de áridos, se habría excavado una profundidad de más de 24 metros (más de un metro al año) y todo ese material supondría un valor a precio de mercado en la Isla que superaría los 23 millones de euros.

El Ayuntamiento sostiene que le pertenecen al menos 600.000 metros cuadrados de esa cantera, lo que supone una superficie similar a la que ocuparían 120 campos de fútbol. En el primer intento de recuperar los terrenos, en 1997, la demanda no prosperó en los tribunales.

San Bartolomé abrió un expediente que concluyó en abril de 2015 con una orden de precinto y el cese de la actividad de extracción de áridos

El suelo está dividido en varias fincas, catastradas como públicas, aunque no figuran en el inventario municipal. Fuentes municipales señalan que la empresa no tiene ningún tipo de licencia en vigor para llevar a cabo la actividad en los terrenos en los que lo hace.

Hace cuatro años, el Ayuntamiento de San Bartolomé encargó un informe a un arquitecto, que concluyó que la empresa sólo había aportado títulos de propiedad sobre 152.433 metros cuadrados, “siendo las descripciones y lindes muy confusos y contradictorios, al denominarse cada uno de los terrenos de diferente manera, siendo en teoría el mismo sitio”.

Por tanto, Lanzagrava, sobre el terreno y según ese informe comprobado por la Oficina Técnica municipal, ocuparía tres veces más superficie de la que dice ser propietaria.

Acciones del Ayuntamiento

Por otro lado, el Ayuntamiento abrió un expediente para reclamar una parte de los beneficios obtenidos por la empresa Lanzagrava en la cantera que ha venido explotando durante años en la zona de los Morros de Güime, en terrenos de titularidad municipal. El expediente se debía haber finalizado en un plazo de seis meses, pero se alargó más tiempo y la empresa ganó en los tribunales por este defecto de forma.

Según el concejal Antonio Rocío, “es casi imposible terminarlo en seis meses porque hay que notificarlo a más de 200 afectados, pero lo vamos a volver a abrir”. El Ayuntamiento también está culminando un expediente sancionador por los ruidos en la cantera.