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Salinas de Janubio, un paseo por la ruta de la sal

La experiencia es pionera en Canarias, se realiza en las mayores salinas del Archipiélago en activo e incluye avistamiento de aves y fauna propia del paraje así como información sobre aspectos históricos y etnográficos

Fotos: Manolo de la Hoz.
Diario de Lanzarote 3 COMENTARIOS 10/09/2019 - 08:51

Sara Hernández, guía oficial de Canarias, especializada en ecoturismo, es, desde julio, la encargada de conducir por el paisaje de las salinas de Janubio a los visitantes, de varias nacionalidades, interesados por conocer este aspecto económico que, aunque sigue en funcionamiento, es propio del pasado de la Isla.

La visita guiada a las Salinas está siendo todo un éxito en sus dos horarios diarios, 10.30 y 12.30 horas, aunque la fragilidad del entorno no permite grupos numerosos y requiere de un permiso ambiental para recorrer los senderos habilitados.

La experiencia, que es pionera en Canarias, ya que se realiza en las mayores salinas del Archipiélago en activo, incluye avistamiento de aves y fauna propia del paraje, así como información sobre aspectos históricos y etnográficos que maravillan a los visitantes. “Me ha impactado que todo el trabajo se haga a mano, sin uso de maquinaria y el peso que tenía la presencia de las mujeres en otras épocas”, indica una turista alemana.

La ruta comienza con una explicación de la toponimia de Janubio “una palabra muy antigua, que terminó dando nombre a este entorno”, dice Sara. 

También se traslada a los asistentes los aspectos propios de la actividad de producción de sal marina artesanal, “cómo funciona el circuito, el bombeo de agua desde la laguna al caño principal, desde donde se irrigan los cocederos. Exceptuando el bombeo, el resto del proceso funciona por gravedad y evaporación, exclusivamente”, subraya Sara.


Sara Hernández, guiando a un grupo de visitantes alemanes e ingleses, hace unos días.

La actividad es un inmejorable recurso para abordar aspectos etnográficos, como la importancia que tuvieron las salinas en la economía de Lanzarote, de la mano del sector pesquero que requería la sal para la industria de los salazones. De hecho, la Isla tuvo una de las mayores flotas sardinales de Europa y hoy las salinas continúan con la elaboración de sal marina y flor de sal de gran calidad muy apreciada en la gastronomía y, en menor medida, de salmuera, para atender a barcos atuneros de forma puntual.

Avistamiento de aves

En estas fechas es posible ver aves como el tarro canelo,​ una especie anseriforme de la familia Anatidae propia de Eurasia y el norte de África que se posa en las aguas salinas. Pero la avifauna costera que se puede avistar en la zona es variadísima. Entre las nidificantes destacan especialmente la cigüeñuela común y el chorlitejo patinegro, además de otras especies de aves terrestres, como la terrera marismeña, el bisbita caminero o el camachuelo trompetero. Incluso se han llegado a ver flamencos, tal como se documenta en el libro Aves de las Islas Canarias de los autores Wilkens y Strecker, casi mimetizados con el color rosa que aporta el pigmento de la microalga de Janubio Dunaliella salina. La Sociedad Española de Ornitología considera las Salinas de Janubio uno de los puntos más importantes de limícolas migratorias de Canarias, por las cifras de individuos y la variedad de especies (se han contabilizado hasta setenta).

Pero si hay un símbolo de este hábitat es, sin duda, la artemia salina, un crustáceo milimétrico de ambientes hipersalinos  que, por sus dimensiones, es difícil apreciar a simple vista. Sara ha inventado un práctico dispositivo con lupa, para que los visitantes puedan apreciar la forma del animal. La escultura de César Manrique Artemia Salina custodia desde hace unos meses la entrada a las salinas. Fue el particular homenaje de la propiedad, la familia Padrón, al artista lanzaroteño en el centenario de su nacimiento, que se celebra este año 2019. 

La flora vascular también está presente en las salinas y tiene una representación de 93 especies, de las que nueve son endemismos, con poblaciones pequeñas dentro del espacio.

Etnografía

La ruta guiada discurre también por las proximidades de los antiguos molinos que impulsaban el agua. Se trata de una de las zonas activas de las salinas, donde se da a los visitantes una descripción etnográfica del trabajo. “Muchos se emocionan imaginando, en décadas pasadas, a las mujeres, con su vestimenta y sombreras apropiadas para hacer su labor en unas condiciones climáticas tan complicadas”, indica Sara.

Al final del paseo, los participantes visitan la Bodega de sal, un impresionante depósito con capacidad para 1,5 millones de kilos, donde pueden degustar los Sabores de Janubio (sal condimentada) y la joya de la corona, La Flor de Sal con diversos productos locales.

Sin duda, pasar una mañana en este singular paisaje isleño es una oportunidad de experimentar en propia piel la idiosincrasia de una isla universalmente conocida como ejemplo de desarrollo sostenible.

Comentarios

Que alegría de empresa. Su desarrollo, diversificación y crecimiento constante. Enhorabuena y seguir asi.
La construcción de estas salinas, allá por las útimas décadas del siglo XIX, fueron idea de dos majores: Antonio María Manrique Saavedra y Pedro Cerdeña Armas. Posteriormente pasaron en su mayoría a la familia Lleó Díaz y actualmente de los hermanos: Padrón Lleó.
Qué buena iniciativa!!!., y como la sal de aquí, ninguna.

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