El presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, ha llegado con diez minutos de antelación sobre al hora prevista al Cabildo de Lanzraote, pasados cinco minutos de las once de la mañana, para abordar una vista protocolaria, que estaba previsto que durara unos tres cuatros de hora y que se ha alargado durante casi dos horas, ya que se han tratado asuntos de interés para el Archipiélago, como el turismo, el paro o la inmigración.

Sánchez llegaba en una comitiva de tres vehículos Volvo de alquiler, en traje, sin corbata y con una mascarilla negra con la bandera de España. Ha saludado con el codo a la comitiva que le esperaba a la entrada de la puerta principal: el presidente del Gobierno de Canarias, Ángel Víctor Torres, la presidenta del Cabildo de Lanzarote, Loli Corujo, el delegado del Gobierno en Canarias, Anselmo Pestana, la ministra de Política Territorial y Función Pública, Carolina Darias y Francisco Hernández Spínola, secretario de Estado de Función Pública.

Antes de entrar en la reunión en el despacho de presidencia en la que han estado presentes estas cinco personas, Sánchez ha saludado a todos los consejeros miembros de la Corporación. El Cabido de Lanzarote le ha regalado una serigrafía de un cuadro de César Manrique.

La reunión se ha alargado hasta la una del mediodía, cuando ha salido acompañado de nuevo por esa comitiva. La conversación entre ellos, en corrillo, se ha mantenido durante dos o tres minutos han.

Algunos curiosos le han gritado “Pedro” desde al distancia y ha correspondido saludando con la mano, pero no se ha acercado. Tampoco ha hecho ninguna declaración a la prensa. Tan solo, segundos antes de entrar de nuevo al coche ha respondido “muy bien” ante la pregunta de cómo estaba pasando su estancia en Lanzarote.

La visita, en imágenes