DEPORTES

Patricio Doucet, el hombre infatigable: un Ironman por cada comunidad

Foto: Felipe de la Cruz.
Saúl García 0 COMENTARIOS 15/10/2017 - 08:50

Hace dos años Patricio Doucet (Argentina, 1975) se convirtió en el primer atleta en completar siete ironmans seguidos en siete días en cada una de las Islas Canarias. Como le habían cuestionado que las islas son ocho, el día siguiente de finalizar el reto cruzó el Río a nado, hizo veinte kilómetros en bici y, de postre, corrió cinco kilómetros más en La Graciosa. Otros más mediáticos lo habían intentado pero él lo logró, como logró este verano hacer 17 ironmans en 17 días, uno en cada comunidad autónoma. Lo hizo durmiendo poco y mal en una autocaravana. Comenzó el 18 de agosto y terminó el 4 de septiembre, de madrugada, en Marina Lanzarote.

Patricio llegó a Lanzarote en el año 2000 “a la aventura” y comenzó a hacer deporte cuatro años después porque le sobraban más de veinte kilos. Hizo amistad con deportistas que preparaban triatlones. Había hecho ciclismo en su juventud pero más que nadar sabía flotar. Aun así, en un mes y medio preparó su primer triatlón, el Vulcano, y dos años después ya terminó el Ironman.

Desde entonces no ha parado de buscar nuevos retos “porque te cansas siempre del mismo objetivo”. Primero fue el ciclismo de ultradistancia, y llegó a hacer Madrid-Gijón-Madrid, con un límite de noventa horas. En 2013 siguió con el ultraman, que consiste en hacer los tres deportes del triatlón pero distancias mayores y en varios días. En los últimos anos ha quedado quinto en Florida o segundo en el Epic 5 de Hawai. Dice que este deporte “es minoritario, hay pocos locos”.

De forma paralela, decide colaborar durante sus carreras para dar a conocer la enfermedad de la hipertensión pulmonar, pero después se plantea colaborar con una ONG local y se pone en contacto con Tinguafaya, formada por familias con hijos con alguna discapacidad. Desde entonces siempre ha colaborado con ellos, no sólo recaudando fondos en las carreras a través del padrinazgo sino también haciendo sorteos, vendiendo material, etc. Trabaja en labores de mantenimiento y es autónomo, así que organiza sus entrenamientos en función del tiempo que el trabajo le deja libre.

Este argentino, afincado en Lanzarote desde el año 2000, llevó a cabo este verano un reto casi increíble: 17 distancias de Ironman seguidas en 17 días

Los fines de semana entrena más, aunque a veces sale a correr de noche. Dice que el entrenamiento no consiste tanto “en echar horas, sino en hacer trabajo aeróbico”. Lleva una alimentación normal, sin apenas suplementos alimenticios. “Lo principal es conocer tu cuerpo, yo soy mi propio entrenador y tienes que saber tus limitaciones – asegura-, dicen que esto no es bueno para la salud pero a mí no me ha pasado factura”.

Este verano fue el reto más importante. Comenzó en Baleares, cruzó en barco a Barcelona y después siguió por Aragón, Navarra… Nadó en el mar, en pantanos, en un río y en piscinas. En una de ellas tuvo que terminar unos metros antes porque tenía que cerrar y en otras le abrieron sólo para él. Como no conocía bien los recorridos, se encontró con la sorpresa de algún puerto de montaña en la bici… Contó con árbitros locales, con voluntarios acompañantes en algunos lugares y, sobre todo, con la colaboración de Lorea Santos. Entre Valladolid y Cáceres tuvo que conducir él mismo, de noche. Ese día terminó a las 6:15 de la mañana y tuvo que desplazarse después hasta Motril.

Ahora está mirando el recorrido que hizo porque apenas le dio tiempo a disfrutar del paisaje, aunque recuerda bien el Parque Nacional de Monfragüe y el color del Tajo. Una de las mayores dificultades fue el clima “porque pasabas de cuarenta grados a frío y lluvia al día siguiente”. Dice que “mentalmente es sencillo, es tener un objetivo y creértelo, y tener fe en uno mismo”. Asegura que acabó físicamente mejor que cuando hizo las siete islas: “Mientras corres, a la vez, el cuerpo está recuperando porque vas al cuarenta o cincuenta por ciento de tu capacidad física, no vas rápido”.

Se pone en contacto con Tinguafaya, formada por familias con hijos con alguna discapacidad. Desde entonces colabora, y no sólo recaudando fondos

El reto también tenía un carácter solidario. Se podía pagar por kilómetro a beneficio de Tinguafaya, aunque la recaudación no fue muy bien. Patricio dice que no hace estos retos para anunciarlos sino porque le apetece pero reconoce que le hubiera gustado más implicación para recaudar más fondos para la asociación. “Si me duele es por haber podido conseguir más dinero para Tinguafaya, mucha gente me dice que me falla la difusión, pero yo apenas tengo infraestructura y estoy feliz así”.

Para hacer la prueba contó con el patrocinio de Turismo Lanzarote, European Sports Destination, el Ayuntamiento de Arrecife, el de Haría y el Cabildo, el Hotel San Antonio y Tripasión, y con la colaboración también del fotógrafo Santi González.

Ahora lleva varias semanas descansando y pensando ya en nuevos objetivos. “El mono de seguir lo tienes y aunque mucha gente no lo pueda entender, yo lo disfruto mucho”. Para entenderlo mejor se puede leer su blog: eldeportemehacefeliz.blogspot.com.es

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