La Cerbalus verneaui, también conocida como araña cangrejo de arena o incluso, en el caso de Lanzarote, como la “dama pintada de El Jable”, aparece por primera en la literatura científica en la Lista de arácnidos recogidos en Canarias por el investigador francés René Verneau en 1888, publicada por Simon al año siguiente.

Muchos años más tarde, en el blog de la Asociación para la conservación de la biodiversidad canaria, el profesor Pedro Oromí hace esta descripción: “Se trata de una araña de dimensiones notables (su cuerpo puede medir hasta 25 milímetros) y es endémica de Gran Canaria, Fuerteventura y Lanzarote, donde suele encontrarse en terrenos arenosos, aunque puede estar también en eriales terrosos”.

“No fabrica trampa de telaraña, sino que caza a la carrera y captura las presas con sus patas anteriores muy desarrolladas, característica de las especies de la familia Sparassidae, conocidas como ‘arañas cangrejo gigantes’. A pesar de su aspecto y dimensiones, no es peligrosa. Se ha descrito otra especie canaria del género, Cerbalus alegranzaensis, bastante más pequeña y conocida solamente de El Jablito, en Alegranza”, añade Oromí en su descripción.

A pesar de ser conocida desde hace más de un siglo, sigue siendo una gran desconocida. En el fondo, como el lugar donde vive. La asociación Desert Watch celebra desde el verano pasado una serie de charlas bajo el nombre ‘El Jable, un sistema (des) conocido’. El último encuentro de este tipo, celebrado en Teguise en septiembre, lo abría Sergio Henríques, que lidera el Grupo especialista en arañas y escorpiones de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, con la conferencia titulada ‘La araña cerbalus verneaui: la dama pintada de El Jable, un tesoro natural en peligro’.

El tamaño medio, contabilizando las patas, puede llegar hasta los 10 centímetros, puntualiza Nuria Macías, que es profesora ayudante doctora  de la Facultad de Biología de la Universidad de La Laguna y señala que, aunque está distribuida en esas tres islas, hay pocos registros de esta especie. “Si nos basamos en el banco de datos de biodiversidad de Canarias está en Gran Canaria, Fuerteventura y Lanzarote, pero hay pocas citas de la presencia de esta araña”, asegura.

Que haya pocos registros quiere decir, en primer lugar, que está poco estudiada porque no se ha realizado un estudio en concreto para esa especie. Y podría querer decir también que está amenazada, que su presencia es escasa porque no quedan muchos ejemplares. Para saber si está amenazada o si puede estarlo hay que tener mayor conocimiento sobre su distribución en su hábitat potencial, que en principio se trata de zonas áridas de arena como El Jable, pero que también se encuentra en otras zonas más antropizadas, “e incluso se han encontrado a veces dentro de las casas, porque buscan humedad y si hay una época de mucha sequía o que ha llovido poco, se pueden resguardar en otras zonas buscando esa humedad”, señala Macías.

“Es importante porque es una especie que ha evolucionado en las Islas”

Es una especie de gran tamaño, de las especies más grandes de Canarias, “y a veces puede dar inquietud o miedo a algunas personas que se la encuentran y puedan pensar que se trata de una especie introducida, que no es endémica, así que hay gente que las mata por desconocimiento”, destaca. Hay muy pocas especies de arañas que sean peligrosas para los humanos y esta especie no es una excepción: “No es dañina, su veneno no nos haría nada y es raro que haya casos de picaduras”, asegura esta bióloga, que cree que hay que informar a la población de la presencia de esta especie y de la importancia ecológica que tiene en los ecosistemas. De ahí “la necesidad de protegerlas y de no matarlas”. 

Como no hacen telas, viven en el suelo y fabrican una especie de galerías o huecos en los que se refugian durante el día, aunque también pueden hacerlo bajo una piedra buscando la oscuridad y la humedad. Por la noche salen a cazar.

“Hay que protegerla, entre otras cosas, principalmente por el hecho de que sea una especie endémica, que es única de esa zona, porque si desaparece pues desaparece de todo el mundo. Y es importante porque es una especie que ha evolucionado en las islas, de ahí el valor de conservarla, porque no está en otro lugar”, puntualiza.

Amenazas

Una de las principales amenazas de esta especie puede ser la extracción de áridos que se ha llevado a cabo a lo largo de mucho tiempo en El Jable. Los enemigos naturales de esta araña son las aves, y el ser humano que reduce su hábitat, y de manera indirecta también el cambio climático, la aridificación y la transformación de sus hábitats para cultivos.

El tamaño medio, contabilizando las patas, puede llegar hasta los 10 centímetros

El Jable es un hábitat muy específico en el que viven especies únicas de esa zona, tanto de flora como de fauna, y que tiene una gran diversidad en forma de endemismos monoinsulares que solo están en Lanzarote. Canarias es uno de los lugares del mundo con mayor porcentaje de especies únicas, tanto de flora como de fauna, y en el caso de arañas también hay un alto porcentaje de especies endémicas.

Aunque también se puede hallar en otras partes, la Cerbalus vernaui es una especie de alto interés para este ecosistema de hábitat arenoso. Sin embargo, no se tiene un conocimiento amplio de la biología de esta especie, tan solo se saben cuestiones generales acordes a su familia, al grupo de las especies que son similares a ella.

Valoración

Señala Macías que se quiere llevar a cabo una valoración del estado de amenaza de la especie, en qué grado se encuentra en base a los criterios de la Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza, que tienen que ver con su distribución y sus posibles amenazas.

En función del grado de amenaza, “si la especie está críticamente amenazada”, señala Macías, habría que presentar esos resultados al Gobierno de Canarias para que fuese incluida en el catálogo de especies amenazadas de Canarias, y tendrían que hacerse después una serie de estudios de seguimiento de la especie. En cualquier caso, se trata de un procedimiento largo.

Se quiere llevar a cabo una valoración del estado de amenaza de la especie

¿Cuáles podrían ser las consecuencias? Si se determina que la especie está amenazada en una zona como El Jable, “cualquier tipo de afección que se le realice a ese hábitat ya tendría que verse con más cuidado, no se puede destruir su hábitat, se puede mejorar su hábitat y en algunos casos se puede traslocar la especie si es necesario a zonas colindantes, pero ya lleva detrás una legislación”, asegura esta investigadora. “No se puede hacer cualquier cosa si hay especies que estén amenazadas”, señala, y cita a las “especies que sirven como paraguas” para proteger no solo la especie en sí, sino el hábitat en general.

La Universidad tiene previsto colaborar, para conocer la distribución y la presencia de la araña, con un proyecto de ciencia ciudadana que promueve Desert Watch. Carmen Portella, de esta asociación, señala que para ayudar a hacer un mapa de la presencia de la araña pueden colaborar tanto los voluntarios de la asociación como cualquier persona que frecuente El Jable y pueda documentar la presencia de la araña o de sus refugios y enviar una fotografía geolocalizada junto a una referencia, como una llave o una moneda, para estimar su tamaño. Las fotografías se pueden enviar a info@desertwatch.org. El siguiente paso, después de recoger los datos de la distribución de la especie, sería el de evaluar su estado de conservación en base a esa distribución y sus posibles amenazas.